Arte y Liturgia

Pentecostés

Mainó

28 mayo 2023: Domingo de Pentecostés

por Javier Agra Rodríguez

Secuencia

Ven Espíritu Divino,

manda tu luz desde el cielo,

Padre amoroso del pobre;

don en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.


Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.


Entra hasta el fondo del alma,

divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre

si Tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado

cuando no envías tu aliento.


Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde

calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.


Reparte tus Siete Dones

según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

Evangelio S. Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Reflexión sobre el Evangelio

El episodio que leemos hoy del evangelio de Juan, está situado el día de Pascua. Las puertas están cerradas y trancadas por el miedo. Jesús vence este temor y esta cerrazón con la Paz Pascual, con su presencia. Jesús atraviesa las barreras externas e internas de las personas.

En este encuentro de Jesús y sus discípulos alcanzamos a ver rasgos de la celebración de la Eucaristía: día del Señor, presencia de Jesús en la comunidad, reconciliación por el perdón, recuerdo de la pasión, don del Espíritu.

El saludo de Paz incluye el cumplimiento del gozo (16, 21 – 22; salmo 35, 9) y el cumplimiento de una promesa (14, 27 – 28; Isaías 66, 12). La misión que encomienda Jesús tiene como modelo y origen su propia persona como enviado del Padre y con la garantía del don del Espíritu Santo.

El gesto de soplar recuerda la creación de las personas (Génesis 2, 7), la resurrección de los muertos (Ezequiel 37). Esta creación del hombre nuevo, dotado del aliento del Espíritu por la Resurrección de Jesús, también la rememoramos en la primera lectura de este domingo del libro de Los Hechos de los Apóstoles 2, 1 – 11.

Los Hechos de los Apóstoles, lectura de parte del libro que escribió Lucas, recuerda momentos importantes de la Teofanía del Antiguo Testamento: el don del espíritu al rey (1 Samuel 16, 13), al Mesías esperado en Isaías 11, 2, a los colaboradores de Moisés (Números 11)…

Las lenguas de fuego, son una metáfora visual (Isaías 5, 24); con Jesús el don del Espíritu está ordenado a la proclamación del evangelio. Es un solo Espíritu el que se distribuye y se posa sobre cada testigo de la Resurrección de Jesús. 

El cuadro                                                       

Para acompañar la lectura de este domingo, propongo la pintura “PENTECOSTÉS” de JUAN BAUTISTA MAÍNO (Pastrana 1581 - MADRID 1649) pintado hacia 1618 que se expone en el MUSEO DEL PRADO. En el mismo museo y del pintor Maíno, podemos admirar otra versión de Pentecostés además de diversos cuadros.

Este religioso dominico, que aprendió a pintar en Italia, expresa en sus obras un realismo casi siempre atenuado por una volatilidad que aportan las texturas de la pincelada que compone su obra, con una movilidad novedosa que se ve en la finura de las ropas en las que parecen entreverse diferentes capas y tonos cromáticos.

En cualquier caso, la serenidad, la confianza, la dulzura de los rostros que transmiten sus cuadros permite que el espectador permanezca embelesado ante sus creaciones. En esta versión de Pentecostés, el cielo “se abre” como una cortina que ladearan los dos ángeles que contemplamos, para dar paso a la luminosidad de la divinidad entregada en el Espíritu Santo que desciende en forma de paloma y se posa sobre cada uno de los reunidos.

Así nace la Iglesia, en torno a María bajo la promesa del Señor Jesús de permanecer siempre con sus discípulos por medio del Espíritu Santo que nos envía el Padre para hacer, a quienes lo aceptan, valientes testigos de la Resurrección. Nunca estaremos huérfanos, tenemos la compañía de la Santísima Trinidad, que nos da fortaleza para transformar esta tierra hasta que sea un reino de libertad, justicia y PAZ, pues tal es el AMOR.

Javier Agra Rodríguez

Los textos e imágenes que se muestran en esta web se acogen al derecho de cita con fines didácticos, que pretenden fomentar el conocimiento de las obras y tienen como único objetivo el análisis, comentario o juicio crítico de las mismas.