Arte y Liturgia

Mosaico de "El Buen Pastor"

Mausoleo de Gala Placidia (Rávena)

30 abril 2023: IV Domingo de Pascua

por Javier Agra Rodríguez

Evangelio S. Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.

Reflexión sobre el Evangelio

Llegamos al Cuarto Domingo de Pascua. Hoy la Iglesia nos invita a orar por las vocaciones religiosas, hagámoslo extensivo a toda vocación cristiana para que nuestro seguimiento de Cristo sea desde el puesto que Él nos asigne y nuestra vida redunde en alabanza del Padre Dios por la fortaleza del Espíritu Santo.

De los siete mensajes claros con los que Jesús se presenta con autoridad como Hijo de Dios, en el evangelio de Juan, con este inicio “YO SOY…” Hoy leemos el tercero: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir y encontrará pastos” y también intuimos el cuarto con el que iniciaremos el evangelio del lunes: “Yo soy el Buen Pastor”. Y ambos textos se agrupan en un mismo contexto teológico.

El texto nos recuerda al mismo evangelio de Juan, en otros momentos: Juan  3, 3; Juan 14, 6. También suena el salmo 23, 6. Jesús es la puerta del Reino, por Él entramos en medio de la paz y de la abundancia, de la tranquilidad y la seguridad y ya moraremos para siempre en la casa del Padre. Teníamos cerrada la puerta del “paraíso” (Génesis 3, 24) pero ahora Jesús nos la abre para siempre para que podamos entrar y salir con libertad: “Yo soy la PUERTA”

El cuadro                                                       

En Rávena, Italia está el MAUSOLEO DE GALA PLACIDIA construido en la primera mitad del siglo V. Este impresionante Mosaico está a caballo entre el Arte Paleocristiano y el naciente estilo Bizantino. En el tímpano de la entrada al Mausoleo, dedicado al mártir San Lorenzo, está este gran mosaico que habla de la Resurrección como victoria sobre la muerte y sobre todos los males a través de Jesús Buen Pastor. Jesús está sentado sobre un trono de piedra, la decoración que lo acompaña ya ha dado un paso hacia el arte bizantino, mientras la figura de Jesús joven solemne lleno de dignidad y serena presencia, sin ningún asomo de barba, pertenece aún a la imagen que nos transmiten las catacumbas y el arte paleocristiano; será ya en el siglo sexto cuando comenzaremos a ver a Jesús con la fisonomía y barba que hoy nos es familiar.

Adorna a Jesús, el nimbo dorado de la santidad, un manto púrpura de la divinidad y la Cruz que es el cayado del pastor. Situado sobre la puerta de entrada, simboliza la vida eterna de la que Él es la puerta de entrada. Jesús cuida a sus ovejas con paciencia, las encamina hacia los pastos más apetecibles con prudente sabiduría, los protege con cariño, cautela, energía… como David a los rebaños de su padre cuando tuvo que enfrentarse al león y al oso (1 Samuel 17,36), cuida a sus ovejas con absoluta tenacidad y dedicación hasta dar la vida por ellas.

Javier Agra Rodríguez

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