Arte y Liturgia

Santísima Trinidad

Jean Cornelis Vermeyen

4 junio 2023: Santísima Trinidad

por Javier Agra Rodríguez

Segunda Carta de S. Pablo a los Corintios 13, 11-13

Hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.

Saludaos mutuamente con el beso santo. Os saludan todos los santos.

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.

Evangelio S. Juan 3, 16-18

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Reflexión sobre el Evangelio

A lo largo de los diferentes libros de la Biblia encontramos numerosas muestras del amor de Dios a la naturaleza entera, “Amas a todos los seres…” Sabiduría 11, 24; el pasaje del evangelio de Juan que leemos este domingo se refiere especialmente al amor por las personas y su mundo más concreto y cotidiano, por quienes entregó a Jesús hasta las últimas consecuencias, a su Hijo Único, como ya había anticipado con Isaac, según narra Génesis 22, 2 – 16.

Jesús ha llegado a las personas para que todos nos podamos salvar por medio de Él; quien se cierra a este don del amor, ya está juzgándose él mismo porque el amor es crítico y discierne entre creyentes y no creyentes. Recordamos el pasaje de Juan 12, 46 – 48 donde Jesús habla de la luz y quienes la siguen o no la siguen.   El evangelio continúa con este tema en los siguientes versículos, que hoy no proclamamos.

En la segunda lectura de este domingo, segunda carta de Pablo a los Corintios, leemos una síntesis del amor y también la bendición en la Santísima Trinidad que ha pasado a formar parte de la liturgia. 

El cuadro                                                       

Para acompañar a la liturgia de este domingo, propongo la pintura “SANTÍSIMA TRINIDAD” de JAN CORNELIS VERMEYEN (Beverwijk, Holanda 1500 – Bruselas, 1559) pintado entre los años 1530 y 1540 que pertenece al MUSEO DEL PRADO. 

El Padre Dios, con sereno rostro meditativo, observa directamente al espectador, parece decir: Aquí tenéis a mi Hijo, el amado, a quien os entregué de una vez para siempre; aquí tenéis a vuestro salvador, muerto en la cruz, a quien glorifico y en él a toda la humanidad. 

El Padre Dios sostiene en sus manos a Jesús muerto, al que vemos con las señales de los clavos en brazos y pies, limpio de sangre y con expresión de serena calma porque ya ha superado todo dolor y todo el camino de la cruz. En este Jesús estamos todos recogidos en el abrazo del Padre Dios. 

En lo alto, el Espíritu Santo en la figura de una paloma, parece coger impulso para iniciar un vuelo que, desde la divinidad, va a llegar a posarse sobre las cabezas de todas las personas que lo esperan como promesa y fuerza de misión.

Las tres personas de la Santísima Trinidad están rodeadas de ángeles; seis más individualizados tienen con ellos los símbolos de la pasión, entre las nubes revolotean otros seis más propiciando una simbología del número doce como los apóstoles sobre los que se consolida el edificio de la iglesia; al mismo tiempo producen la sensación de movimiento y extensión de la Santísima Trinidad que, en rompimiento de gloria, se proyecta sobre el paisaje de la tierra.  

Javier Agra Rodríguez

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