Arte y Liturgia

Retablo del Espíritu Santo

Colegiata de Santa María, Manresa

7 agosto 2022: XIX Tiempo ordinario

por Javier Agra Rodríguez

Evangelio Lucas 12, 32-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».

Reflexión sobre el Evangelio

El día siete, Domingo XIX del Tiempo Ordinario, la Iglesia nos presenta un texto del evangelio que impulsa a la espera vigilante, a la acción solidaria, a transformarnos por la acción del Espíritu.

El cuadro

El sábado seis celebraremos “La Transfiguración del Señor” y muy bien podría haber presentado el grandioso cuadro de La Transfiguración pintado por Giovanni Penni (Florencia, 1488 - Nápoles, 1528) sobre una idea de Rafael y que podemos admirar en el Museo del Prado.

Sin embargo, presento el “RETABLO GÓTICO DEL ESPÍRITU SANTO” de la COLEGIATA DE SANTA MARÍA EN MANRESA, Barcelona. Es una obra del pintor PERE SERRA de los últimos años del siglo catorce. En sus cinco calles y tres cuerpos coronados por el ático en cinco pináculos, se representan veintidós escenas de la vida de Cristo, con la característica común de alguna presencia del Espíritu Santo.

La calle Central es más ancha. En ella se representa Pentecostés como tabla inferior y más grande, motivo central que da nombre al Retablo; el Espíritu Santo en forma de Paloma sale del rasgado cielo y se posa como Lenguas de Fuego sobre los apóstoles reunidos en torno a la figura central de María. Sobre ella La Coronación de María después de su Ascensión y en el pináculo La Crucifixión de Cristo.

En las dos calles a su izquierda contemplamos cuatro escenas de la infancia de Jesús junto a María su madre, en los dos cajones altos están representadas la Creación del mundo y la Creación del hombre.

Las dos calles de la derecha tienen representados cinco momentos de la vida adulta de Jesucristo: El Bautismo, La Transfiguración, La Resurrección, la Aparición a los discípulos en el Cenáculo y la Ascensión; además también vemos pintada la tabla con el Discurso de Pedro que, junto con Pentecostés, se considera el momento del nacimiento de la Iglesia.

La Predela sufrió diferentes contratiempos en la historia; en una restauración de mediados del siglo veinte se colocó la tabla con la “Lamentación sobre Cristo Muerto”, obra de 1411 realizada por el artista Lluís Borrassá. A su derecha se representa el Discurso de San Esteban y a su izquierda un cuadro sobre san Martín en el momento de la Consagración de la celebración de la Eucaristía con una simbología curiosa e intensa que cuenta Santiago de la Vorágine en su libro “Leyenda áurea”

Las tablas del ático están coronadas en cada de sus pináculos por ángeles que llevan escrito es la filacteria un texto alusivo al cuadro sobre el que están. “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1, 2), sobre la imagen de la Creación. “Yahvéh Dios formó al hombre del polvo de la tierra…” (Génesis 2, 7), sobre la imagen de la Creación del hombre. “Una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado…” (Marcos 1, 11), sobre la tabla del Bautismo de Cristo. “Su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos de volvieron blancos como la luz” (Mateo17, 2), sobre la escena de La Transfiguración de Jesús.

Termino apuntando que en estas pinturas del gótico las imágenes de Jesús, de María, de los santos… aparecen más cercanas a los fieles que las observan; descienden desde el cielo, desde Dios Padre para moverse y convivir entre las personas; muestran un rostro cercano, como una caricia del Padre Dios.

Javier Agra Rodríguez

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