Arte y Liturgia

Noli me Tangere

Lavinia Fontana

9 abril 2023: Domingo de Resurrección

por Javier Agra Rodríguez

Secuencia

Ofrezcan los cristianos

ofrendas de alabanza

a gloria de la Víctima

propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado

que a las ovejas salva,

a Dios y a los culpables

unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte

en singular batalla,

y, muerto el que es la Vida,

triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,

María, en la mañana?»

«A mi Señor glorioso,

la tumba abandonada,

los ángeles testigos,

sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras

mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,

allí el Señor aguarda;

allí veréis los suyos

la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,

sabemos por tu gracia 

que estás resucitado;

la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate

de la miseria humana

y da a tus fieles parte

en tu victoria santa. 

Evangelio S. Juan 20 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. 

Reflexión sobre el Evangelio

La Pascua judía reunía en Jerusalén al pueblo liberado por Moisés para conmemorar aquel éxodo, para ello se inmolaba y comía el cordero pascual. Hoy, la Pascua cristiana reúne en todas las partes del mundo a los discípulos de Cristo, en comunión con el Señor, verdadero cordero de Dios que libera a cuantos creen en Él con su pasión, muerte y Resurrección.

Esta liberación pascual está ligada a la creación misma según leemos en Salmo 33, 77, 95, 136… Isaías 51… y otros numerosos textos del Antiguo Testamento.

A medida que se acerca la Pascua, las palabras y acciones de Jesús van tomando sentido de urgencia e inmediatez: purifica el templo provisional y anuncia el templo definitivo; su cuerpo será la pascua del pan entregado y compartido; Jesús será el cordero, la víctima pascual definitiva de nuestro éxodo de este mundo al reino del Padre.

El cuadro                                                       

Para acompañar la lectura del evangelio de este Domingo de Pascua, propongo el cuadro “NOLI ME TANGERE” de la pintora italiana LAVINIA FONTANA (Bolonia 1552 – Roma 1614). Pintora del primer barroco con influencias del manierismo, trabajó bajo el mecenazgo del papa Clemente VIII y tras la muerte de éste, continuó pitando para su sucesor Paulo V. Fue una mujer de prestigio, tanto que en 1611 se acuño una moneda con su efigie. 

Lavinia Fontana tuvo su propio taller y allí pintó “Noli me tangere” el año 1581 que se expone en la galería UFFIZI de Florencia. Noli me tángere es un término genérico de diversos cuadros en los que se muestra a María Magdalena a los pies de Jesús, después de la Resurrección en el momento en que lo descubre como el Maestro y le quiere abrazar los pies. Jesús le dice las palabras que dan título al cuadro: Noli me tangere (No me toques) corre a avisar a mis hermanos que he resucitado…

De este modo María Magdalena es la primera misionera de la Resurrección de Jesús. Recuerdo, aunque ya se sabe, que TANGERE se pronuncia como palabra esdrújula con tilde en la A, solamente que los latinos no tenían esa señal ortográfica.

En el cuadro destacan María y Jesús en el primer término, Jesús como hortelano tocado con sombrero para protegerse del sol y con una pala para cultivar la tierra en su mano derecha, mientras con la izquierda extendida sobre María le indica que se levante y corra a anunciar la Resurrección. María Magdalena, tiene en su mano el tarro de ungüento con el que pensaba embalsamar el cuerpo del maestro, recuerdo también del frasco de perfume con el que ungió los pies del maestro sobre los que derramó sus lágrimas y secó con sus cabellos.

Notamos el esta artista el uso de colores fuertes, la dulzura serena y enérgica de los rostros, la seguridad de la presencia de los protagonistas, la delicadeza de la terminación de los detalles de las ropas y de los acabados con mimo y cuidado.

De fondo contemplamos, a nuestra izquierda la cueva que fue sepulcro de Jesús y la narración del ángel que dice a las mujeres que Jesús ha resucitado para que ellas vayan a decir a los discípulos de vayan a Galilea donde Jesús los visitará. A nuestra derecha, la luminosa luz del amanecer del día de la Resurrección como anticipo de la victoria final para cada persona, para la humanidad completa y para la naturaleza entera.

Javier Agra Rodríguez

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