La Gran Pascua Rusa

Nicolái Rimski-Kórsakov

Nicolai Rimsky-Korsakov (1844-1908) compuso su Obertura La gran pascua rusa como una explosión calculada de color orquestal que reflejara los sentimientos populares rusos en esta gran fiesta cristiana.

Rimsky tomó sus melodías del Obikhod, una colección de los mejores cánticos de la Iglesia Griega Ortodoxa. Empezó a componerla al inicio de 1888 y la terminó en el verano del mismo año cuando también trabajaba en la partitura de Scherezade.

Rimsky-Korsakov fue un compositor, director de orquesta y pedagogo ruso de finales del siglo XIX, miembro del grupo de compositores conocido como Los Cinco, al que también pertenecen Balakiev, Cui, Mussorgsky y Borodín. Este grupo que se formó en San Petersburgo tenía como objetivo producir un tipo de música específica rusa, en lugar de continuar imitando el estilo europeo, o la formación que se daba en los conservatorios de Europa. Se les puede considerar una continuación del movimiento nacionalista musical que se dio a finales del romanticismo.

Rimsky-Korsakov está considerado como uno de los grandes maestros de la orquestación, por el acertado tratamiento que da en sus composiciones a las diferentes familias de instrumentos dentro de la orquesta. En esta ocasión escucharemos su obra Scheherezade, un ejemplo del empleo frecuente de cuentos de hadas y temas populares en sus composiciones.

(Nikolái Andréievich Rimski-Korsakov o Rimsky-Korsakov; Tichvin, 1844 – Lyubensk, 1908) Compositor y director de orquesta ruso. Entre 1856 y 1862 estudió en la Escuela de Marina de San Petersburgo, a la vez que se formaba musicalmente. En 1859 comenzó a estudiar piano con F. A. Canille, quien le animó a componer y le presentó a Mily Balakirev y Cesar Cui. Junto con estos dos, además de con Borodin y Mussorgsky, formaba el grupo de innovadores de los Cinco.

En 1871, cuando aún era oficial de la marina, fue nombrado profesor en el Conservatorio de San Petersburgo, función que ejerció hasta su muerte. Los acontecimientos políticos de 1905 provocaron que fuese suspendido provisionalmente como profesor al haberse opuesto a las medidas disciplinarias tomadas contra los estudiantes del Conservatorio. Abandonó el servicio en la marina en 1873, siendo entonces designado inspector de las orquestas militares de la tropa, puesto que mantuvo hasta 1884. Se dedicó entonces plenamente a la música.

Fue director de orquesta en los conciertos de la Escuela gratuita de música (1874-1881) y subdirector de la Capilla Imperial de 1883 a 1893. A partir de 1886 dirigió también los conciertos sinfónicos rusos creados por Beliaiev. Desde principios de la década de los 90 hasta los primeros años del siglo XX atravesó un período de gran creatividad, dedicado principalmente a la ópera.

Rimski-Korsakov fue el miembro mejor preparado desde el punto de vista técnico del grupo de los Cinco, aunque, como en los casos de sus compañeros Balakirev, Borodin, Cui y Mussorgsky, su dedicación a la música no fuera en sus inicios profesional.

Como los demás músicos de su generación, buscaba plasmar en sus óperas un carácter más auténticamente ruso en los temas y la música que sus predecesores. Partió de personajes de la poesía popular, de viejos cuentos, de ritos eslavos, de temas legendarios fantásticos y del romanticismo de Oriente, y trató la ópera con gran variedad de estilos y riqueza musical. Pero también se ocupó de temas en los que la tendencia política se manifiesta claramente, como en El gallo de oro (1906-1907).

Maestro de la orquestación, Nikolái Rimski-Korsakov ocupa un lugar destacado en la música sinfónica de finales del siglo XIX, llegando su influencia hasta Debussy y Ravel. En sus composiciones utilizó tanto modos antiguos de la iglesia como modos poco frecuentes con intervalos aumentados y disminuidos. Escribió, entre otras muchas piezas, tres Sinfonías (1865-1884), Sinfonietta sobre temas rusos (1884), Capricho español (1887) y Sheherezade (1888).

Finalizó y reinstrumentó algunas obras de Mussorgsky (La Khovantchina y Boris Gudonov, entre otras), de Borodin (El príncipe Igor), de Dargomijsky (El Convidado de piedra) y preparó numerosas partituras de Glinka para su edición. Entre sus óperas se encuentran títulos como Mlada (1889-1890), Noche de Navidad (1894-1895), Sadko (1895-1896) y Leyenda de la ciudad invisible de Kitej y de la virgen Fevronia (1903-1905).

Comentario a la obra

En la tradición rusa, la Pascua es conocida como "la fiesta brillante", y es esta nomenclatura la que Rimsky-Korsakov evoca en su matrimonio musical de ritual cristiano y entusiasmo pagano; una oda al renacimiento ardiente de la naturaleza después de la oscura somnolencia del invierno.

El Festival de Pascua ruso se inició a principios de 1888 y se completó unos ocho meses más tarde, al mismo tiempo que Scheherazade. La obertura fue presentada al público justo antes de la Navidad del 88 por la Orquesta Sinfónica Rusa de San Petersburgo, de la cual Rimsky había sido recientemente nombrado jefedirector de orquesta.

Lo siguiente está tomado del análisis del propio compositor, como aparece en su autobiografía publicada póstumamente, Mi vida musical:

"Durante el verano de 1888 terminé "The Bright Holiday" [como él lo llamaba], una obertura de Pascua sobre temas de Obikhod [una colección de música de la iglesia ortodoxa rusa]... La larga y lenta introducción... sobre el tema "¡Que Dios se levante!", alternando con el tema eclesiástico "Un ángel lloró", se me apareció al principio como la profecía de Isaías de la resurrección de Cristo. Los lúgubres colores del Andante lugubre parecían representar el santo sepulcro que había brillado con luz inefable en el momento de la resurrección...

"El comienzo del Allegro, 'Que también los que le odian huyan ante Él', lleva al ambiente festivo del servicio de la iglesia ortodoxa en los maitines de Cristo. La solemne voz de trompeta del Arcángel es entonces desplazada por una reproducción tonal del alegre y danzante tañido de las campanas, alternando con una evocación de la rápida lectura del sacristán y el canto del sacerdote leyendo las alegres noticias del Evangelio. El tema de Obikhod, "Cristo ha resucitado", que es la parte subsidiaria de la Obertura, aparece entre los toques de trompeta y el tañido de las campanas, constituyendo una coda triunfante.

"En esta obertura se combinaron así las reminiscencias de la antigua profecía, de la narración del evangelio, y también una imagen general del servicio de Pascua con sus alegrías paganas. Los cabriolas y saltos del Rey David ante el Arca, ¿no expresan el mismo estado de ánimo que la danza de los adoradores de ídolos? Seguramente, el Obikhod ruso es la música de baile de la iglesia. ¿Y las barbas ondulantes de los sacerdotes y los sacristanes vestidos con vestiduras blancas y sobrecargas, entonando "Hermosa Pascua" no transportan la imaginación a tiempos paganos? ¡Y todos esos panes de Pascua y las brillantes reducciones! ¡Cuán lejos de las enseñanzas filosóficas de Cristo! El lado legendario y pagano de la fiesta, la transición de la lúgubre y misteriosa noche del Sábado de la Pasión a la desenfrenada fiesta pagano-religiosa del Domingo de Pascua es lo que estaba ansioso por reproducir en mi Obertura".

De acuerdo con la preocupación de la era romántica por un programa (es decir, una línea de historia) para la música no verbal, Rimsky decidió pedir a un "verdadero escritor" (en su estimación) que proporcionara a la primera edición publicada de la obertura un escenario poético, encargando a un amigo, un conde Golyenishchev-Kutuzov, para ejecutar la tarea. Pero el compositor consideró el resultado demasiado valioso para transmitir la "energía primitiva" de la pieza. Así, Rimsky se puso a trabajar en un programa, una maravilla de la discursividad, fuertemente ligada a las citas del Antiguo y Nuevo Testamento, pero terminando en un resplandor de gloria verbal que coincide con la exultante sección final de la música: "'Resurrexit!' canta el coro de los ángeles celestiales al sonido de las trompetas de los arcángeles y el batir de las alas de los serafines. "¡Resurrexit!" canta los sacerdotes del templo, entre nubes de incienso, a la luz de innumerables velas, al repique de las campanas triunfantes."

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