176 Me basta con saber que estuve en tu corazón (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

Hace mucho tiempo existía un ministro llamado Damocles que estaba muy celoso de la vida que llevaba su rey, por eso siempre iba quejándose de no poder disfrutar sus lujos. Un día, el rey decidió darle una lección y organizó un gran banquete con toda la pompa. Entonces invitó al ministro a sentarse en el trono y experimentar por una vez cómo era vivir la vida de un auténtico monarca.

Damocles aceptó rápidamente, se sentó en el trono y estaba a punto de comer cuando notó algo sobre su cabeza y vio que alguien había colocado una espada afilada justo encima suyo, colgando del techo, sujetada tan sólo por un fino cabello de crin de caballo… ¡que podía romperse en cualquier momento!

El rey lo había hecho para enseñarle que la vida de un soberano, aunque lujosa, siempre viene con el terrible riesgo de perderlo todo de forma intempestiva por una conspiración, una traición, un error o simplemente la mala suerte. Damocles tenía en ese momento todos los lujos y estaba sentado en el trono, pero no pudo disfrutar ninguna de esas cosas porque su mirada constantemente se volvía hacia la espada sobre su cabeza, que podía caerse y matarlo en cualquier momento.

Al final Damocles suplicó salir del trono, pidiendo disculpas al rey.” Recordó Bryan con una sonrisa triste mientras trataba, sin mucho éxito, de evadir la realidad en la que se encontraba. La historia de la Espada de Damocles siempre le había causado risa, pero de pronto sentía que era más trágica que otra cosa: “Hoy yo soy tú, mi estimado Damocles. Estoy seguro de que muchos querrían ser amados por dos mujeres hermosísimas, pero ahora lo único en lo que puedo pensar es en la espada de odio que está por caer sobre mi cabeza.”

Emily entró en la habitación con el andar regio que la caracterizaba. Su impresionante belleza, porte y presencia intimidaron incluso a la impetuosa Candice haciendo que retrocediera de forma inconsciente e hizo que Phoebe adoptase una postura rígida. Un silencio incómodo se mantuvo entre las tres mujeres por un buen rato, tan fino como el cabello que sujetaba la espada del cuento.

Finalmente, Bryan no pudo soportarlo más y preguntó: - ¿Qué estás haciendo aquí? -

 - Debemos discutir cómo proceder con el Duque Odón Ascher. - Respondió Emily con galantería, pero sus ojos continuaban fijos en Phoebe y ni siquiera le dedicó a él una mirada.

Bryan estaba muy confundido y no entendía lo que pretendía Emily. Su lenguaje corporal no le rebelaba nada. No sabía cómo debía proceder. Así que eligió permanecer en silencio expectante sin otro remedio que resignarse a lo que tuviese que ocurrir.

Phoebe por su parte también estaba insegura. Nunca antes había visto a la noble Emily Asturias tan de cerca y cualquier cosa habría esperado antes que encontrársela en esa destartalada posada. Pero algo en el tono de Bryan cuando se dirigió hacia la recién llegada provocó que despertase un desconocido recelo en su interior.

Así que se irguió tan recta como una espada y dijo: - Te saludo, noble Emily Asturias, es un inesperado placer encontrarla por estos lares. Si no es muy indiscreto de mi parte ¿puedo saber a qué se debe su presencia aquí y en compañía de MI novio? -

Y tras decir estas palabras Phoebe se acomodó para acercarse lo más posible a Bryan sin parecer atrevida, pero cubrió su mano con la suya empleando un agarre suave y firme. Finalmente le mostró a Emily la más encantadora de las sonrisas. Toda ella parecía la encarnación mismísima de la cordialidad, pero la forma en que lo había hecho mandaba un mensaje tajante en el lenguaje femenino. Era un ultimátum tan claro que hasta Bryan se daba cuenta: “¡Este hombre me pertenece a mí! ¡¿Qué pretendes acercándote a él?!

 Si tan solo esta situación hubiese ocurrido hace un mes, Bryan habría tenido mucho margen para maniobrar. Pero en ese momento sentía que la espada estaba a punto de caer sobre su cabeza.

Miró a Emily, quien también sonreía, pero no se le escapó el relámpago de furia que brilló en los hermosos ojos de la Archimaga cuando observó la mano de Phoebe sobre la suya. Quizá fuera su imaginación, pero en ese momento creyó sentir el poder Mágico de Emily reuniéndose a su alrededor, como si estuviese a punto de desatar una terrible maldición. Al mismo tiempo le pareció que los dedos de la mano libre de Phoebe acariciaban suavemente el pomo de su espada, que casualmente estaba a su alcance.

No. Tenía que ser una coincidencia. No había modo de que estas damas comenzasen una batalla campal ahí mismo…

Oh mierda. Mejor acabemos con este asunto de una buena vez.

- Escucha, la Dama Emily y yo somos… - Comenzó a decir Bryan. Pero en ese mismo instante alguien lo cortó.

- Tú novio es mi subordinado, señorita Phoebe. Ambos somos miembros de la Orden del Manto Oscuro y tenemos la misión de debilitar al Duque Odón Ascher a cualquier costo. -

-… ¡!-

Phoebe se quedó boquiabierta. El propio Bryan no podía creer que Emily acabase de soltar semejante información de un modo tan intempestivo y se quedó en silencio sin saber qué hacer. Candice parecía la única que no entendía y miró confundida de un lado a otro hasta que finalmente dijo: - ¿Qué es el Manto Oscuro? -

- Es una organización que controla todos los asuntos encubiertos de nuestro país, posee autoridad en todos los niveles del gobierno y le reporta únicamente al emperador. - Explicó Phoebe mecánicamente: - Sólo la alta sociedad sabe que existen. De hecho, el hermano de la Dama Emily es el Censor del Emperador y es miembro de su rama pública. No es extraño que también usted pertenezca a la orden. -

- La situación actual es muy delicada. - Dijo Emily muy seriamente: - Nuestras vidas penden de un hilo, al igual que el futuro del imperio.  Sólo por eso les estoy revelando esto. Aun así, espero su discreción en estos asuntos que son Secreto de Estado. -

Phoebe se puso colorada al ver la expresión de Emily. De pronto su actitud posesiva anterior le pareció increíblemente ridícula, al igual que cualquier idea suya sobre algo serio ocurriendo entre Bryan y una aristócrata de tanta alcurnia.

- ¡Disculpe mi insolencia, Dama Emily! Debí saber que no estaría aquí si no ocurriese un importante asunto de interés nacional… ¡Y menos aún en compañía de este villano! - Dijo Phoebe apesadumbrada mientras separaba su mano de la de Bryan rápidamente.

El comentario despectivo de Phoebe debió agradar un poco a Emily porque le respondió con una sonrisa que pareció sincera: - Es cierto que este vil bellaco tiene muchos defectos de personalidad. Además, es un idiota maleducado y desconsiderado. Pero sus habilidades lo hacen muy útil para nuestras misiones. Por eso me lo asignaron. -

Emily Asturias en acitud estóica

“¡Lo que hay que oír!¡Ahora resulta que soy una imposición!” Pensó Bryan irritado por el intercambio entre las mujeres, del cual salía muy mal parado. Aunque al final se contuvo diciendo para sí mismo: “Bueno, supongo que me lo merezco. Si con unos insultos puedo evitar que estas dos se peleen ahora mismo, es un precio que vale la pena.”

- ¡Ahora entiendo por qué este tipo odioso estaba siendo tan reservado desde hace unos días e incluso nos pagó para que mantuviésemos la calma! ¡Resulta que trabajaba para el emperador! - Dijo Candice interesada.

- Ejem - Carraspeó Bryan irritado para recordarles que estaba presente: - Creo que deberíamos ir al punto. -

- ¿Ven lo reservado que es? - Preguntó Phoebe socarronamente: - Ya de por sí los Necromantes son un poco extraños ¡y él debe ser el más raro de todos! Me sorprende que el Manto Oscuro lo reclutara siendo como es. -

- Tiene mucho talento para ir arrastrándose por ahí donde sea necesario y también se encarga del trabajo sucio. - Contestó Emily participando en la burla.

Sólo por eso haré que te arrastres en mi cama más tarde.” Pensó Bryan reprimiendo su cólera. Pero era evidente que las mujeres habían decidido divertirse a expensas suyo. Y dado que se sabía en falta con ambas, no le quedaba otro remedio que aguantar sus burlas por varios minutos. Así que tomó una decisión: “Si no puedes vencerlas, únete a ellas”. Entonces comenzó a burlarse también de sí mismo con entusiasmo: - En otros lugares sería un esperpento, pero para el Manto Oscuro terminé siendo un recurso útil. Básicamente lo que hago es sacar la basura, sólo que en vez de desechos trato con traidores al estado. ¡Y encima me pagan por hacerlo! -

El comentario de él mismo comparándose con un basurero arrancó una carcajada de las tres mujeres. Pero Bryan apenas estaba comenzando. Siguió haciendo más comentarios ridículos acerca de sus errores, de cómo a veces tenía éxito sin entender qué diablos había hecho bien. Muy pronto las tres estaban desternillándose de risa.

Esta era sin duda la mejor forma de proceder cuando uno está rodeado del sexo opuesto. Y muy pronto todas se habían olvidado de sus recelos iniciales.

Las mujeres aman reírse. En especial de nosotros los hombres.” Le había dicho su padre hacía muchos años cuando le preguntó cómo conquistar chicas. Era el único consejo que recordaba, aunque en ese momento no le prestó atención porque no le agradaba la idea de portarse como un bufón. Pero hoy sus palabras brillaban en su mente como el sol de oriente. “Recuerda esto siempre pequeño Han: Tu mejor aliado para conquistar a una mujer es la risa. Una mujer que se está riendo no tiene la guardia alta. Cuando ellas se ríen son más propensas a cometer errores de los que después ya no pueden arrepentirse… como aceptar salir en una cita con un chico que acaban de conocer”.

- ¡Cuánta razón tenías papá! - Susurró Bryan con un poco de melancolía.

- ¿Dijiste algo? -

- ¡No, nada! - Contestó Bryan rápidamente: - ¿No deberíamos hablar del Duque? -

Finalmente, las chicas se cansaron de reír y se pusieron a conversar de asuntos serios. Emily comenzó a explicarles la delicada situación que envolvía a los Ascher: El hecho de que habían adquirido Armas de Asedio ilegales, que podían estar asociados con el Imperio Kasi, que habían asesinado a todas las familias no afiliadas a su causa y muchas otras cosas. Les tomó mucho tiempo y en ciertos momentos el propio Bryan tuvo que tomar la palabra para exponer un detalle en específico.

- ¡¿El hermano Lawrence también está aquí?! - Exclamó Phoebe asombrada cuando ese nombre fue mencionado.

- Así es. - Respondió Bryan asintiendo: - Por diversos motivos personales y políticos nos está acompañando en esta aventura. De hecho, actualmente está buscando entre sus contactos a alguien que nos ayude a infiltrarnos en la Fortaleza de Kerlan. -

- ¿Qué motivo personal puede tener? -

- La familia de su prima Lisa Addison fue totalmente exterminada por los hombres del Duque Ascher y naturalmente quiere venganza por ello. - Explicó Bryan. No era toda la verdad, pero tampoco una falsedad. Definitivamente sonaba mucho más creíble que “es un príncipe imperial no reconocido que necesita afianzar su poder político”.

- Ya veo. - Dijo Phoebe apesadumbrada por el destino de los familiares de su amigo y compañero discípulo. Esto debió darle más motivos para involucrarse, porque levantó la mirada con una adorable expresión de resolución y dijo: - Con respecto al cargamento. Conseguí hacer lo que me dijiste y puse la marca mágica antes de entregárselo a la Legión Grifón. Incluso logré entrever que las guardaron en los almacenes occidentales de la fortaleza, donde oficialmente guardan sus alimentos. -

- Esos almacenes siempre tienen depósitos subterráneos para mantener la temperatura baja y el ambiente libre de humedad para que la carne guardada no se pudra. - Comentó Emily: - Seguramente esconderán ahí temporalmente esas máquinas de asedio en lugar de hacerlo en la armería, para que sea más fácil engañar a cualquier cuestor que envíe el emperador para hacer un inventario. -

- Lo cual significa que, si los descubrimos, al Duque le será aún más imposible justificar por qué tiene esas armas ahí escondidas. - Agregó Bryan sonriendo.

Continuaron conversando sobre las distintas formas en que podían enfrentar el peligro de Odón Ascher. Candice aceptó formalmente un contrato como guardaespaldas de Phoebe junto con sus hombres y todos acordaron reunirse nuevamente después de recibir noticias del contacto de Lawrence. El principal problema que debían abordar ahora era cómo infiltrarse exitosamente en una de las fortalezas mejor defendidas del Imperio. Sin embargo, nadie tenía una idea clara en ese aspecto porque representaba todo un desafío.

Finalmente escucharon los pasos de los mercenarios subiendo por las escaleras y supieron que ya era tarde, así que Emily y Bryan se despidieron.

****

Candice y Phoebe se quedaron solas en la habitación. Durante un momento permanecieron en silencio asimilando toda la información que habían recibido, hasta que finalmente la hermosa mercenaria se echó en su cama con una postura descuidada con ambas manos aferrando su nuca a manera de almohada, una pierna sobre la otra y una mirada distraída. Pero luego frunció el ceño.

- Yo creo que su relación con esa tal Emily no es tan inocente como la de un superior y su subordinado. Ahí hay gato encerrado. -

- La forma en que interactúan es demasiado intima. - Dijo Phoebe asintiendo: - Además, lo conozco muy bien y sé que no es alguien que se someta fácilmente a la autoridad de otros como para sentirse cómodo con ello. Bryan es un hombre fascinante, así que me extrañaría si ella no sintiese algo por él y viceversa… pero. -

- Pero ¿qué? -

 - Ella está limitada por las cadenas que el Apellido Asturias implica. Cualquier relación sentimental o física se volvería inmediatamente Razón de Estado y le quitaría mucha libertad a Bryan. ¡Y él adora su libertad por encima de todo! No me lo imagino intentando forzar esa relación a propósito. Pero incluso si ella lo intenta… ¡Yo ya tengo la ventaja! - Proclamó Phoebe sonriendo y apretando una mano.

- ¿De qué hablas?... ¡Espera un momento! Noté hace poco que te ponías colorada en su presencia y de vez en cuando le echabas una mirada que parece tan… ¡¿Qué ha pasado entre ustedes dos últimamente?! -

Al escuchar la pregunta Phoebe se ruborizó hasta las orejas, su tono vaciló y comenzó a tartamudear: - Hace poco… Nos vimos… una noche… y yo… -

Por un instante Candice se quedó boquiabierta pero cuando se recuperó soltó una sonora carcajada y exclamó: - ¡Y yo que te tomaba por una mujer recatada! ¡No puedo creer que lo dejaras entrar en tu cama tan fácilmente! -

- ¡Cállate! ¡No fue así! Digo… sí estuvo en mi cama… ¡Pero no pasó nada de eso! Solo… ¡Solo confirmamos nuestra relación! Ahora somos novios. - Gritó Phoebe mientras se sentaba abrazando sus rodillas para esconder su rostro sonrojado.

- Si claro. Se metió en tu cama, pero no pasó nada. Solamente se hicieron novios, pero te sonrojas así… ¡¿Quién se creería eso?! ¡Vamos, te exijo que me lo cuentes todo ahora mismo! - Bramó Candice cuya curiosidad no permitía la menor muestra de piedad.

*****

- ¿Por qué lo hiciste? -

Eso fue lo único que dijo Bryan en cuanto ambos regresaron al nivel secreto.

Se encontraban en los aposentos de Emily, donde nadie más podía escuchar ni una palabra de lo que dijeran. Pero la Archimaga no respondió de inmediato, sino que primero se sentó en una silla con los ojos cerrados durante un bien tiempo, hasta que finalmente habló: - Con la traición del duque Odón las ruedas de la política imperial han comenzado a moverse.

Muy pronto habrá una guerra civil. Quizá en el momento en que el nuevo emperador sea elegido o tal vez incluso antes. En cualquier caso, la facción neutral ya no podrá seguir abstenerse de apoyar a alguien y tendrán que elegir un lado… Preveo que la familia Asturias entrará en el mismísimo ojo la tormenta y quizá esta vez no consigamos salir a flote… no lo sé con seguridad. -

- ¿Qué tiene eso que ver…? - Preguntó Bryan confundido, pero Emily extendió una mano para pedirle que guardara silencio antes de continuar.

- Cuando esta misión termine sólo habrá dos resultados: O el duque Ascher nos derrota y todos terminaremos muertos o tenemos éxito y exponemos la conspiración. Si sucede lo último entonces me ascenderán de rango en el Manto Oscuro y me reasignarán, probablemente fuera del país. Por eso no me importó demasiado que mi identidad fuese revelada en estos momentos, porque pronto dejaré de trabajar en el propio Imperio.

Sirviendo a la Dama Cecilia no habrá peligro de que mi hermano tome decisiones en función de nuestra relación, por eso sé que no me asignarán para vigilar al senado. En cualquier caso, será cada vez más difícil que nos veamos como ahora. -

Emily guardó silencio un momento mientras respiraba profundamente y abrió los ojos:

- Deberías casarte con Phoebe o al menos volverte su amante. -

Bryan sintió que le estaban arrojando un balde de agua helada y quiso decir algo, pero…

- No pongas excusas, es evidente que te gusta esa mujer. - Dijo Emily sin darle espacio para negarlo: - También sé que me amas y seguramente fuiste sincero conmigo cuando me pediste que fuera tu amante. Pero sientes algo por ella, no te molestes en negarlo. -

- Claro que me gusta. - Respondió Bryan enojado: - Lo que quiero saber es por qué me pides que esté con ella y no contigo. -

- Porque te amo. - Dijo Emily sonriendo tristemente: - Te amo y quiero que seas feliz. -

- Explícate. - dijo Bryan tomando asiento y cruzando la yema de los dedos.

- Tu futuro es brillante. La próxima crisis política es para muchos una maldición, pero para ti es la perfecta oportunidad de ascender en las filas de la Aristocracia haciendo méritos militares para el nuevo emperador. ¿Pero sabes qué es lo que te falta? - Preguntó Emily sin dejar de sonreír con apatía: - Te falta dinero. -

- Ya tengo dinero, el tesoro de los Troll del Bosque es más de lo que puedes imaginar. -

- Pero ese dinero es robado. Si de pronto lo usas para comprar la lealtad de un ejército o construir una fortaleza, naturalmente todos se preguntarán de dónde salió. Así es cómo te destruirán. - Respondió Emily: - En cambio si todos saben que eres el amante de Phoebe, la lideresa del Gremio Mercante de Bootz, nadie dudará que ella es quien te financia. -

Se hizo el silencio entre ambos. Bryan ya había considerado todo lo que Emily le decía, pero nunca lo había expresado claramente.

- Yo te gusto, pero muy pronto seré más un problema que una ayuda para tus ambiciones. Y eres muy ambicioso. - Le dijo Emily mirándolo fijamente: - Esa es una de las partes que más me gusta de ti. Nunca te conformarías ¿verdad? De hecho, creo que ni el título de Emperador sería suficiente para satisfacerte.

Lo que tú quieres es convertirte en un poder por ti mismo, pero primero tienes que obtener poder político y para eso necesitarás méritos militares. Tener tu propio territorio. Gente que lo administre exitosamente. Necesitarás también la lealtad de tus propias tropas, legionarios o mercenarios, da igual. Pero para todo eso te falta crédito. Y el dinero de la Familia Asturias ya se encuentra destinado a mantener nuestro poder actual.

Necesitas dinero nuevo y limpio… Por eso te aconsejo que elijas a Phoebe para obtenerlo. -

Bryan la escuchó hasta el final, luchando por contener un alud de emociones que luchaban por brotar desde su interior. Pero consiguió guardar silencio. Y este mutismo se impuso entre los dos por un instante hasta que finalmente se levantó para pararse frente a ella con una expresión indescifrable.

Las lagrimas tragicas de Emily Asturias

- ¿Y tú? ¿Qué se supone que haga sobre “nosotros”? -

- Yo…. Yo me haré a un lado y ayudaré a protegerlos a ambos mientras todavía tenga influencias. - Contestó Emily con voz quebrada mientras dos lágrimas caían por sus mejillas: - Me diste algo muy hermoso, me permitiste experimentar lo que era ser una mujer enamorada por primera vez. Y te agradezco por eso. Ahora, yo… Me basta con saber que alguna vez estuve en tu corazón. -

Bryan la miró tranquilamente, como si la viera por primera vez. Entonces respondió con un tono extremadamente suave y triste: - Entiendo -

Esas palabras marcaron el fin de su aventura amorosa… o eso parecía. Porque de pronto él la sujetó por un brazo para obligarla a levantarse y le dio un beso a Emily con todas sus fuerzas. El acto hizo que la Archimaga se sintiese abrumada por unos instantes, momento que Bryan aprovechó para decirle: - ¡Ahora me vas a escuchar tú a mí!

Cuando acepté los sentimientos de Phoebe no sabía cómo me sentía sobre nuestra relación. Pero después de escucharte no tengo más dudas. ¡¿Crees que permitiría que una mujer dispuesta a dar tanto por mi bien quede abandonada así nada más?! Sé que soy un maldito, un desgraciado, un infiel miserable… ¡Pero no soy una bestia sin corazón, Emily! -

La Archimaga lo miró como una niña indefensa. Era evidente que esa reacción y sus palabras eran todo lo contrario a lo que ella esperaba. Emily había estado completamente convencida de que Bryan elegiría sin dudar a Phoebe si se le daba la oportunidad, pues la espadachina era igual de hermosa, pero más joven que ella.

Pero ahora el rostro del hombre que la contemplaba estaba cargado de dolor y sobre todo de mucha rabia. Sin embargo, no se trataba de una ira dirigida hacia ella sino de otra cosa. Lo que Bryan sentía era una ira hacia sí mismo por haber permitido que la mujer que amaba se sintiera tan insegura, hasta el punto de considerar aceptar un destino tan trágico únicamente por su bien.

¡Como si yo fuese un ser tan patético que necesitase comprar mi felicidad con el sufrimiento de una mujer que me ama!” Pensó Bryan rugiendo por dentro. “Lo peor de todo es que esto es culpa mía. ¡Es culpa mía por ser débil! ¡Por ser indeciso! ¡Por no haberle hecho sentir la seguridad que ella necesitaba sentir! ¡Pero eso se acabó!

Emily intentó objetar con nerviosismo: - Pero yo… -

- ¡Silencio! ¡Ahora estoy hablando yo! - Bramó Bryan cortante: - Eres brillante por supuesto, pero eso ya lo sabía. Has explicado claramente los pros y los contras de que estemos juntos. ¡Bien hecho!

Pero con toda tu inteligencia te olvidaste de algo muy importante. Y es que pareces olvidar que yo nunca te pedí que “fuéramos amantes”. Te lo dije claramente ese día en que tomé tu cuerpo por primera vez. Mis palabras fueron: ¡DESDE AHORA ERES MI MUJER! ¡Y yo siempre mantengo lo que digo! -

Bryan entonces volvió a cubrir sus labios con los suyos usando un agarre bastante brusco y casi salvaje, pero controló muy bien su fuerza para no lastimarla. Este tipo de amor tan violento hizo que Emily recordase vívidamente el día en que se conocieron, cuando Bryan la había violado mientras estaba fuera de sí. Su corazón entonces comenzó a latir con fuerza y su respiración vaciló.

Antes de darse cuenta sintió que la arrojaban sobre la cama. Luego unos brazos poderosos desgarraron su túnica de maga, dejando sus pechos y bajo vientre expuestos en la oscuridad de la habitación.

- ¡Tú eres mía, Emily! Me pertenece tu cuerpo, tu corazón, tu esperanza y tú amor. ¡Hasta tu fantasma sería mío si alguna vez murieras! - Dijo Bryan colocándose sobre ella con una mirada salvaje, destrozando las ultimas prendas que se interponían en su camino hasta dejar su cuerpo completamente descubierto y entonces comenzó a desnudarse él también mientras le decía: - Me importa poco si es “conveniente” o la política… ¡o hasta tú opinión al respecto! Eres MÍA Emily, me perteneces a mí. -

Emily se sentía como una oveja en el altar para el sacrificio cuando Bryan se subió a la cama sobre ella, sin tocarla, sosteniéndose a pulso sobre sus manos en puño. Cuando miró por debajo del abdomen musculoso comprobó con un estremecimiento que él ya estaba listo y se preguntó si pensaba penetrarla así, sin más preámbulos.

- Eres una mujer trágica, Emily. - Dijo Bryan mirándola y ella se sintió hipnotizada por esos ojos oscuros que refulgían con poder: - Te enamoraste de un demonio y ese demonio también se enamoró de ti. Ahora no voy a dejarte ir, aunque todo el mundo se oponga. Y tú puedes estar segura de que sin importar a cuantas mujeres decida amar en el futuro… ¡Siempre tendrás que estar a mi lado! -

Acto seguido descendió sobre ella como seguramente Urano lo hizo sobre Gea en los tiempos inmemoriales. Emily vio que los poderosos brazos de Bryan se flexionaban e inconscientemente se preparó para el dolor, pero por culpa del miedo no se había dado cuenta de que su cuerpo femenino ya había respondido por ella. Y estaba húmeda, mucho más de lo que imaginaba, cuando Bryan entró en su cuerpo deslizando su miembro viril en su matriz con una facilidad absurda, abrumándola con sensaciones.

Amor apasionado de Bryan y Emily

- ¡Eres mía para siempre Emily! - Susurró Bryan usando por primera vez un tono dulce que caló hasta el interior mismo del corazón de su mujer, mientras limpiaba dulcemente las lágrimas de alegría que brotaban de los ojos de la Archimaga al escucharlo y al mismo tiempo sentirlo dentro de ella: - Algún día el mundo entero lo sabrá. Y tendrán que aceptarlo, aunque no quieran. Porque ahora tengo una nueva ambición que sobrepasa mi propio bien… ¡Y es la de sujetarte firmemente frente a todos los poderes de este mundo y gritar a los cuatro vientos: “¡QUE EMILY ASTURIAS ES MI MUJER!” -

Y antes de que la hermosa Archimaga pudiese contestar, Bryan comenzó a atacar su vientre con un poder tremendo que exigió a sus entrañas una reacomodación sísmica. Pero lo más increíble fue que, de algún modo, Emily consiguió responder con una pasión que la sorprendió incluso a ella y sus gritos extasiados hubieran llegado hasta el firmamento si la barrera insonorizada no los hubiese detenido.

Hicieron el amor como si delirasen, sucumbiendo al placer mutuo de un modo desquiciante que los mantuvo en un estado de exaltación perpetua. Perdieron el sentido de la realidad, del tiempo o del peligro que los rodeaba. Nada importaba más que entregarse a la idolatría de sus cuerpos. Cuando terminaron Emily había perdido el conocimiento unas siete veces y finalmente la sed fue tan acuciante para ella, que Bryan tuvo que salir de la habitación para traerle agua.

Entonces compartieron esa simple bebida en la cama mientras se acariciaban y se juraban amor eterno, sin importar los obstáculos ni el final que el destino les deparase.

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú donde la comida China se ha fusionado con la hispanoamericana para crear la gloriosa mezcla que conocemos como “El Chifa”.

Hoy es 19 de marzo del 2021 y lamentablemente tengo que empezar suplicando nuevamente por crudo y frío dinero debido a que estoy en graves problemas financieros. ¡Cómo cambian las cosas! Cuando empecé este trabajo me dije a mi mismo que nunca cobraría por ello porque no quería que esto fuese algo lucrativo. Pero la Pandemia ha destruido tantas cosas.

Aun así, no pienso cobrar y al final lo que pido son donaciones. ¡Si puedes ayudarme colaborando con mi Patreon por favor usa el enlace de abajo!

Bueno, ahora comentaré sobre los cambios.

La historia de la ESPADA DE DAMOCLES siempre me ha fascinado. Cuando era niño me ayudó a comprender que muchas veces puede parecer que los poderosos tienen una vida fácil, pero esto no es así. Al mismo tiempo sé muy bien que un harem de mujeres hermosas puede sonar genial para un adolescente… Pero en realidad bien podría ser el infierno en la tierra, pues las mujeres pueden ser mucho más despiadadas que los hombres.

En cuanto al consejo sobre relaciones que el protagonista emplea es sacado de la película “Los Fantasmas de mis Ex” protagonizada por Matthew McConaughey porque… bueno, mis familiares la estaban viendo justo cuando traducía esto y me pareció una forma inteligente para que el protagonista escapase de la situación escabrosa.

La escena pasional, se inspiró tanto en el libro Salamina de Javier Negrete como en otros diversos. Esta es la tercera vez que Emily duda sobre si merecer ser la pareja del protagonista y es de lejos la más complicada. Quería también que fuese la decisiva. Después de esto Emily ya no debería tener más dudas, por eso mejoré todos los argumentos de ella y también hice que la respuesta del protagonista fuese más intensa.

Las imágenes también fueron difíciles de encontrar porque no quería nada que fuese obsceno sino sensual. Algo curiosamente difícil últimamente.

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios. ¿Te gustó el capítulo? ¿Cómo lo habrías hecho diferente? ¿Algo que te gustaría cambiar? ¿Has detectado algún error ortográfico?

Y por favor no dejes de compartir este trabajo con todos los que puedas para hacernos más populares ¡Si puedes patrocinarme me salvarás la vida!

Espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.