¿Qué es la ética en la docencia?

Plática

Organizada por la Coordinación de Formación Docente, el Departamento de Lingüística Aplicada y el Departamento de Inglés y Sección de Sueco, en el marco del Plan de Desarrollo Institucional de la Dra. María del Carmen Contijoch Escontria, directora de la ENALLT, sobre Buenas Prácticas e Investigación-Acción en el aula, el 27 de septiembre se llevó a cabo la plática: ¿Qué es la ética en la docencia?, a cargo de la Lic. Bárbara Sanz Polo y Gabilondo, filósofa por la UNAM.

Durante esta plática, la Lic. Sanz Polo hizo referencia al Diálogo de Protágoras el Sofista, (Platón), en el que Sócrates sostiene una conversación con un alumno sobre la trascendencia de tocar el alma de una persona, es decir, “el espíritu, lo más profundo del ser humano, donde está su centro, su reflexión, su esencia, lo que somos o lo que queremos ser”.

Dijo que, para hablar de la ética en la docencia, lo primero que se debe recordar es el significado de la ética. “La ética te enseña a reflexionar acerca de muchos conceptos que son útiles para tu vida”.

¿Es lo mismo ética que moral?, ¿Pueden existir conflictos entre ambas?, preguntó la Lic. Sanz Polo.

Explicó que hay quienes consideran que son lo mismo, pero no es así. “La moral tiene que ver con nuestras costumbres. En cambio, La ética es un área de la filosofía en la que hacemos una reflexión acerca del fenómeno moral. Cada pueblo, en cada lugar donde ha existido el ser humano, ha generado sus propias costumbres, sus propias reglas de conducta”.

Apuntó que la Ética, como parte de la filosofía, nos enseña a dudar y a pensar por nosotros mismos. “La ética se enfoca en cuestionar qué es el bien, qué es el mal […], cuáles son sus parámetros, qué son los valores, ¿Existe la posibilidad de valores universales?”

Señaló que la Ética presupone que somos seres libres y que, por lo tanto, tenemos capacidad de distinguir y elegir entre una cosa y otra. “La ética también investiga qué es el valor, por qué es que tenemos una cierta jerarquía de valores, por qué los valores van cambiando de una sociedad a otra, en qué consiste que valoremos más un tipo de conducta que otro tipo de conducta”.

Al reflexionar sobre los cambios que se dan en los valores con el paso del tiempo en cada región o lugar, externó que para los filósofos “la gran pregunta es: ¿Hay valores universales?, ¿Podemos aspirar a valores universales?”.

“Estamos tratando de convencernos de que sí es posible, de que el genocidio es malo, de que la esclavitud está mal, de que la pederastia está mal, que, aunque hayan sido prácticas humanas, no son buenas prácticas”. Aseguró que es necesario construir el argumento para convencer a los grandes organismos internacionales como la ONU, de que ese es el camino correcto.

Destacó la importancia de la Ética en ámbitos como la medicina, la química, la biología, el derecho, las finanzas, la ecología, para cuestionar si algún ámbito puede escapar del cuestionamiento ético. En este contexto planteó la importancia de la Ética en la docencia.

Precisó que para explicar lo que es la ética en la docencia es necesario considerar una segunda concepción de la palabra ethos, según Heráclito: “El ethos es para el hombre su daimon”, es decir, si alguien está estudiando qué es el día, qué es la libertad, qué son los valores, por qué está mal cierto tipo de costumbres, ese conocimiento no se queda en un nivel abstracto, sino que va permeando lo más profundo de su ser y llega a un punto donde está la formación de su carácter.

Ethos quiere decir: tu última morada, el lugar más recóndito de ti mismo, donde te haces esas preguntas - ¿Estaré haciendo lo correcto?, ¿Esta acción qué consecuencias va a tener?, ¿Cómo voy a enfrentar este tipo de decisiones? – y el ethos se construye y forma el carácter de una persona”.

El carácter, señaló, es el destino de una persona, y para formar el carácter es necesario trabajar constantemente virtudes como la templanza y la justicia.

Para formar el alma, la parte espiritual de una persona, con la que se enfrenta a través de sus valores, su libertad, sus decisiones personales a ciertos fenómenos, “está un maestro”.

“A mí me gusta muchísimo la concepción de maestro que tenía nuestro antiguo pueblo mexica”, enfatizó: “Para ellos los filósofos y maestros eran los tlamatinime. El tlamatinime es una tea que no ahúma, una luz que no provoca tizne. Es un espejo horadado por ambos dos lados, te deja ver la realidad, pero te hace verte a ti mismo. Es una guía veraz para otros. Gracias a él, la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza. Aplica su luz sobre el mundo. Un maestro te da rostro y corazón”.

Entonces, reflexionó, “puede ser que docencia quiera decir enseñanza, pero también guía y conducción”. Y afirmó: “El camino más profundo es el camino hacia nosotros mismos, y en ese camino necesitamos ser conducidos y, ¿Quién nos va a conducir?, un maestro”.

Recordó que los griegos tenían un Oráculo en Delfus, donde la gente preguntaba sobre su destino. “Ahí había dos inscripciones: Conócete a ti mismo y Todo con medida”. Es algo muy profundo, expresó, “porque cada quien tiene una medida: conócete a ti mismo, hasta dónde puedes llegar. Llega hasta donde puedas llegar”.

¿Qué enseñar?, ¿Cómo hacerlo?, ¿Cómo acercarnos a nuestros educandos?, ¿Cuál debe ser la ética de la docencia?

La Lic. Sanz Polo apuntó que de acuerdo con Werner Jaeger en su libro Paideia, todos los pueblos con un cierto desarrollo tienen necesidad de educar, y esa práctica de la educación es fundamental porque es la transmisión de los valores, de la historia, de la identidad de un pueblo.

“El trabajo de un maestro no es un trabajo menor, es un trabajo fundamental”, porque recuerda y transmite los valores esenciales de la cultura, el conocimiento.

Dijo que esa docencia debe ser política, “es individual pero también debe ser colectiva, porque solamente haciendo buenos ciudadanos, podemos tener una mejor sociedad. Debemos construir con nuestros alumnos la necesidad de ser mejores ciudadanos”.

Subrayó que también es muy importante recuperar la dignidad del maestro, porque “un maestro es un formador”, y “educar es humanizar”.

¿Cómo humanizar?, ¿Por qué humanizar?

Se refirió al Discurso por la dignidad del hombre, escrito por el filósofo italiano renacentista Pico della Mirandola para expresar que “Ser humano es un trayecto, es un camino, es un esfuerzo, es algo que tenemos que construir, no está dado así nada más”.

Por ello, afirmó, “necesitamos una guía. Un maestro te va a dar un rostro y un corazón con el cual enfrentarte a la vida, a lo que tú quieres llegar a ser”.

Educar es humanizar, y humanizar significa “trabajar con nuestra naturaleza para llegar a ser un verdadero ser humano”.

La ponente reflexionó al respecto y dijo que uno de los caminos de la ética para este fin, es la estética, y que el arte es una forma muy profunda de organizar a los educandos. “Muchas veces es a través del arte que logramos humanizar a los otros; a través del teatro, del cine, de la música, de la escultura, de la pintura…”.

Platón decía en el libro 7° de La República, refirió la especialista, que a los niños se les debe educar jugando, que la educación debe ser un proceso muy divertido y agradable. Resaltó que la curiosidad natural que hay en un niño nutre las clases a través de preguntas. “Ese es el sentido de la educación”.

Al cierre de su exposición, aseguró que un educador es fundamental para formar una mejor ciudadanía.