El bisfenol A y los ftalatos son disruptores endocrinos

El bisfenol-A, usualmente abreviado como BPA, entra en el organismo por contacto, y pertenece a la familia de los llamados disruptores endocrinos los cuales son capaces de alterar el sistema hormonal, tanto en seres humanos como en animales. Al imitar o alterar el efecto de las hormonas estas sustancias pueden enviar mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones en el metabolismo y la reproducción. Entre los disruptores endocrinos se encuentran los ftalatos, empleados en la industria como ablandadores de plásticos, las benzofenonas, que se encuentran en los filtros ultravioletas de las cremas solares, los parabenes, usados para extender la caducidad de productos cosméticos tales como los champús, las cremas, etc.

Según el Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas de la Organización Mundial de la Salud, todavía no se conocen a ciencia cierta algunos vínculos existentes entre los efectos para la salud humana y la exposición a los disruptores endocrinos.

Tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos como el Programa Nacional de Toxicología tienen una cierta preocupación por los efectos para el cerebro, el comportamiento y la próstata del feto, el lactante y los niños pequeños en el grado actual de exposición humana al BPA. El Programa citado tiene una preocupación mínima por los efectos en la glándula mamaria y la manifestación de la pubertad a edad más temprana en la mujer. Según el Programa no se puede descartar la posibilidad de que esta sustancia altere el desarrollo humano. En cooperación con el Programa Nacional de Toxicología, la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) realiza actualmente estudios detallados para responder a varias preguntas claves y aclarar la incertidumbre sobre los riesgos del BPA.

La mayor parte de la exposición humana al BPA ocurre por medio de los alimentos y bebidas, también puede provenir del aire, el polvo y el agua. El BPA proveniente del revestimiento de las latas de alimentos y de los productos de plástico fabricados con esa sustancia, puede filtrarse a los alimentos. La cantidad de BPA filtrada de los envases de alimentos y bebidas es mayor si esos alimentos y líquidos están calientes o hirviendo. Si los envases de alimentos o las botellas están rayadas o dañadas, quizá se libere más BPA a la comida o al líquido.

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