TEMA: Funcionamiento de los fármacos
Poco se sabe de los medicamentos, no solo acerca de sus propiedades sino también en relación con la descuidada conducta que, inadvertidamente, tenemos, a veces, durante o después de su uso.
Por ejemplo, muchas personas conservan en el armario del baño, los medicamentos que sobraron de un tratamiento anterior.
Es un error y puede ser peligroso. Los niños pueden intoxicarse con ellos o usted puede sufrir una reacción adversa si vuelve a emplearlo cuando está caducado. De hecho, este tipo de intoxicaciones representa entre el 3 y 7% de las urgencias hospitalarias.
Un fármaco o medicamento es una sustancia o preparado que tiene propiedades curativas o preventivas y se administra a las personas para ayudar al organismo a recuperarse de los trastornos producidos por las enfermedades o bien para protegerlo de ellas.
El medicamento puede denominarse de dos formas: por su nombre científico o por el nombre comercial que aparece en el Registro de Especialidades Farmacéuticas.
Algunos medicamentos solo pueden administrarse con prescripción del médico, mientras que otros pueden comprarse libremente sin receta en la farmacia.
En cualquier caso, un uso inapropiado de los medicamentos, sean con o sin receta, suele ser peligroso para la salud.
Antes de que se ponga a la venta cualquier medicamento la Agencia del Medicamento o el Ministerio de Sanidad del país comprueba que realmente ese fármaco sirve para lo que está indicado, además, investiga los posibles efectos secundarios. No obstante, muchos medicamentos todavía tienen componentes con el potencial de causar efectos que pueden ser tóxicos, e incluso graves, si se toman en exceso.
El nombre científico, un enredo impronunciable
Es el nombre utilizado por los médicos y farmacéuticos. Cuando esta denominación es adoptada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) se llama DCI (Denominación Común Internacional). Por ejemplo, el nombre científico del antiinflamatorio con nombre comercial registrado Voltaren®, es diclofenaco.
Nombre registrado o marca comercial
Es el nombre que le da el laboratorio fabricante al medicamento. Los publicistas de estas empresas son expertos en dar nombres pegadizos y fáciles de recordar a sus productos, por ejemplo a un medicamento para dormir cuyo nombre farmacéutico era midazolam, en España lo denominaron comercialmente Dormicum®. En realidad, como suelen haber varios laboratorios que fabrican el mismo producto, existen muchos nombres comerciales para cada medicamento.
Los medicamentos también pueden comercializarse con su nombre científico. Estos medicamentos, una vez que han demostrado que tienen los mismos efectos terapéuticos, son los llamados genéricos.
Los medicamentos genéricos
Los medicamentos genéricos los fabrican otros laboratorios distintos al que tenía la patente original una vez que esta ha caducado.
Son más baratos que los otros y tienen sus mismas cualidades por lo que, generalmente, los preferiremos.
La pregunta de siempre:
¿Los medicamentos genéricos son de peor calidad que los de marca?
En absoluto. Para poder registrar los medicamentos genéricos éstos deben superar los mismos controles de calidad de los medicamentos originales. Son más baratos porque, a diferencia de la empresa que lo sintetizó y patentó, cuando caduca la patente, el laboratorio que ya puede fabricar el genérico no tiene que amortizar el elevado costo de la investigación que hicieron los descubridores al principio.