Enfermedades mortales en nuestra era (1º parte)

Muchos escritores y músicos famosos de los siglos XVII y XVIII, como John Keats y Wolfgang Amadeus Mozart, murieron en plena juventud, afectados por enfermedades infecciosas. El compositor Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) murió, según sus médicos, de un “ataque agudo de fiebre” con presencia de erupciones escamosas. Se han propuesto muchas teorías, desde la triquinosis hasta la gripe, pasando por un envenenamiento por ingestión de mercurio y una rara enfermedad renal. Pero la causa más probable sería un ataque agudo de fiebres reumáticas.

Si tan insignes personajes hubieran vivido en nuestra época, probablemente hubieran disfrutado de mucho más tiempo de vida y hubieran sobrevivido a las enfermedades que les causaron la muerte.

En el año 1900, la esperanza de vida en los Estados Unidos era de 47 años. En estos momentos ha alcanzado la cifra récord de 77 años. Ahora las causas más habituales de muerte no son las infecciones, sino que suelen estar relacionadas con trastornos de la edad, y entre ellas están los problemas cadiovasculares, el cáncer y los problemas de obstrucción pulmonar. Precisamente la infecciones pulmonares son las únicas causas de muerte por infección que siguen siendo habituales.

La enfermedades cardiovasculares

El término de enfermedad cardiovascular es muy amplio, y se utiliza para designar muchos tipos de problemas relacionados con el aparato circulatorio.

La enfermedad coronaria se produce por acumulación de depósitos de grasa, denominados placas, en las paredes de las arterias que aportan sangre al músculo cardíaco. Estas placas van estrechando paulatinamente los vasos, en un proceso que se denomina arteriosclerosis. Las placas reducen o bloquean por completo la llegada de sangre a todas la zonas del cuerpo regadas por la arteria. El resultado suele ser la muerte de los tejidos.

El infarto de miocardio tiene lugar cuando se produce una fractura de las placas de grasa acumuladas en la pared de una arteria. Las células sanguíneas y otros componentes de la sangre chocan contra la placa y forman un coágulo que de repente interrumpe el flujo de sangre que llega al músculo cardíaco. La falta de riego hace que empiecen a morir algunas de las células musculares, debido a la falta de aporte de oxígeno, lo que puede conducir a un fallo cardíaco agudo, dado que el corazón deja de ser capaz de bombear sangre a la velocidad y presión requeridas. También pueden producirse arritmias, que son latidos irregulares o lentos, y que también pueden resultar fatales.

El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante de enfermedad cardiovascular, de cáncer de pulmón y de obstrucción pulmonar. Es el responsable de la muerte de uno de cada diez adultos, y será la causa de la muerte de una tercera parte de las personas que lo consumen. Los productos relacionados con el tabaco contienen nicotina, un ingrediente psicoactivo que produce una fuerte adicción.

Los efectos negativos del tabaco no se limitan a sus consumidores. Los recién nacidos de mujeres que consumen tabaco durante la gestación tiene más probabilidades de pesar menos al nacer, y ese factor suele relacionarse con una mayor riesgo de muerte durante el parto y con otras enfermedades de la infancia. Se estima que miles de no fumadores mueren al año por inhalar humo de tabaco presente en el ambiente. También se producen afecciones de la vías respiratorias altas y bajas en niños que viven en casas en las que hay fumadores.

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