TEMA: Psicología
Causas del acoso escolar
La causas del acoso escolar pueden ser varias, el aspecto físico, el gusto por determinado tipo de juegos, dificultades concretas tanto a nivel de aprendizaje como de habilidades de otro tipo, o simplemente determinadas características de la interacción con los demás, que les puede hacer distintos, pueden ser tenidas en cuenta para producir acoso y para que éste cuaje. En general, a estas edades las afinidades en el juego y en las actividades cotidianas van conformando los grupos, y van permitiendo a los niños aprender a relacionarse y a manejarse ellos mismos.
El otro aspecto importante que caracteriza el acoso escolar, en unión a las diferencias individuales, es la tendencia a marcar esas diferencias y utilizarlas para sobresalir dentro del grupo. El acosador o acosadores, a través de su acción continua sobre otro u otros, ejerce una forma de dominio sobre los demás. La continuidad en el tiempo les proporciona sensaciones de superioridad en el grupo y determinadas ventajas asociadas al liderazgo, en la forma que se entiende a estas edades.
En definitiva, se produce un desequilibrio de fuerzas en el que en un extremo quedaría el acosador o acosadores y, en el otro, el acosado o acosados. En el medio estaría el grupo extenso de escolares, cuyo comportamiento en general se aproxima más en cierta medida a los primeros, ya que no se mantienen totalmente al margen, sino que suelen apoyar en cierta forma a aquéllos.
Consecuencias del acoso
El proceso de acoso pasa por distintas etapas en el tiempo, en las que el acosado va reaccionando según sus recursos y sus expectativas.
En una primera fase, el acosado suele mostrar su reacción según sus formas habituales de defenderse, lo que, en la gran mayoría de los casos, no le permite zafarse, sino, bien al contrario, hace que el acoso aumente y que poco a poco se vayan creando unas expectativas negativas sobre el éxito de conseguir librarse del mismo.
En una secunda fase se produce la estabilización de la conducta de acoso, en el que el acosado va asumiendo la situación como estable, adoptando la sensación de que no puede hacer nada para salir de ella y pensando que ya ha probado todo tipo de estrategias y es imposible escapar.
La tercera fase se produce cuando la situación se hace insostenible para el acosado, quien ve minadas ya sus fuerzas y percibe un deterioro personal, muchas veces observado mejor por los que lo rodean. Es cuando aparecen signos evidentes de que está desesperado, de que lo está pasando muy mal, de que la situación se le hace insostenible: estados de ansiedad, depresión, cambios anímicos bruscos, baja autoestima, quejas cotidianas sobre ir a clase, tendencias a faltar...
En muchos casos es en esta fase cuando los adultos toman conciencia de que existe un problema verdaderamente grave y de que el alumno sufre un auténtico drama.
La intervención para solucionar esta problemática involucra a todas las partes implicadas; es decir, al alumno que sufre el acoso, a los padres, al acosador y a todo el equipo humano del centro escolar. El psicólogo es el encargado de diseñar y coordinar las estrategias adecuadas para prevenir y solucionar este tipo de conflictos.