Cuál es la diferencia entre un probiótico y un prebiótico, y por qué lo necesitas

Un Mundo Limpio

Avances en la ciencia médica señalan que tenemos un inmenso conjunto de bacterias que viven en nuestro sistema digestivo, principalmente en nuestro intestino, son billones de bacterias, en total representan 2 kilos de nuestro peso corporal. Estos organismos crean un micro-ecosistema llamado microbioma, y aunque no nos damos cuenta juega un papel muy importante en nuestra salud e incluso puede afectar nuestro estado de ánimo y comportamiento, tienen una relación de simbiosis con nosotros.

El doctor Ronald Kahn, endocrinólogo y profesor de medicina en la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, dice lo siguiente: "los endocrinólogos solemos escuchar a los pacientes decir que se sienten de forma diferente tras haber comido alimentos diferentes". Esto apoya, al menos sobre el papel, la teoría de que si nuestra flora intestinal interactúa con los alimentos y los nutrientes de forma diferente, estos tendrán repercusiones variadas en nuestro estado de ánimo y, finalmente, en nuestra salud mental. En palabras del propio doctor Kahn, "lo que este estudio dice es que muchos factores en nuestra dieta afectan al funcionamiento de nuestro cerebro. Una de ellas es la forma en la que la dieta cambia el microbioma. Nuestra alimentación no solo cambia los niveles de glucosa o presión sanguínea, también modifica un montón de señales bioquímicas que transmiten los microbios de tu intestino. Estas señales finalmente alcanzan el cerebro".

Lo que comemos provoca que aparezcan poblaciones microbianas específicas, para bien o para mal, y si comemos bien, disfrutaremos de microorganismos beneficiosos que trabajen para y con nosotros, pero si comemos mal, empezarán los problemas de salud.

La clave para mantener un microbioma sano es nutrir en forma equilibrada las casi 1000 especies diferentes de bacterias del intestino.

Hay dos maneras de mantener este equilibrio: ayudar a que crezcan los microbios que ya están allí dándoles los alimentos que les gustan (prebióticos) y añadir microbios vivos directamente al sistema (probióticos).

Los prebióticos son fibras vegetales especializadas. Actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino.

Los prebióticos se encuentran en muchas frutas y verduras, especialmente en aquellas que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el almidón resistente. Estos carbohidratos no son digeribles por el cuerpo, por lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios. Son los siguientes:

Pan integral, ajo crudo, alcachofas, achicoria, judías, puerro, trigo, espárragos, ñame, etc.

Hoy en día, la lista de suplementos prebióticos podría ser aún más larga, pero por lo general contienen un carbohidrato complejo como la fibra. Las compañías de suplementos comercializan productos para condiciones específicas, como la salud ósea y el control de peso, y alegan que sus ingredientes mejoran el crecimiento de tipos específicos de bacterias.

Los probióticos son diferentes ya que contienen organismos vivos, generalmente cepas específicas de bacterias que se añaden directamente a la población de microbios sanos en el intestino.

Al igual que los prebióticos, puedes tomar probióticos tanto a través de los alimentos como de suplementos. Probablemente el alimento probiótico más común es el yogur.

El yogurt se obtiene fermentando la leche con diferentes bacterias que quedan en el producto final. Otros alimentos fermentados por bacterias, como el kéfir, el chucrut, la kombucha, el kimchi, el miso, le tempeh y los encurtidos también son buenas fuentes de probióticos.

Los suplementos probióticos también contienen organismos vivos. Una dosis única puede incluir una cepa particular de microbios o una mezcla de microbios. Al igual que con los suplementos prebióticos, las compañías de suplementos probióticos comercializan productos para afecciones específicas, como el síndrome del intestino irritable.

Un dietista-nutricionista puede ayudarte a analizar las fuentes de alimentos de prebióticos y probióticos.

Una cosa que hay que entender acerca de los suplementos es que hay muchísimos tipos. Por ejemplo, un tipo de bacteria que se usa comúnmente es el lactobacilo. Pero hay más de 120 especies de lactobacilos, y al menos una docena de ellos se utilizan como probióticos.

Lo que es más, hay varios otros tipos de bacterias, cada una con docenas de especies, lo que da lugar a una variedad impresionante de probióticos disponibles. E incluso, cuando se elige un tipo de bacteria, la cantidad en el suplemento puede variar entre marcas.

Cuando tomes un probiótico, investiga la afección que deseas tratar y elige el probiótico en función de esa afección. Además, ten en cuenta que aunque un probiótico puede ser prometedor en el tratamiento de una afección, es probable que la investigación se encuentre aún en sus primeras etapas.

Aunque el suplemento puede haber mejorado una afección en unas pocas personas y en una circunstancia muy limitada, puede no tener la misma eficacia en situaciones del mundo real. Como siempre, cuando consideres tomar un suplemento, habla primero con tu médico.

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