Digestión: cómo llegan los nutrientes al torrente sanguíneo (parte 2/2)

TEMA: Funcionamiento de nuestro cuerpo

La comida entra en el estómago y se almacena en él durante un período de tiempo antes de pasar al intestino delgado. El estómago es la zona donde se realiza la digestión de las proteínas. Las proteínas se rompen gracias a la acción de los jugos gástricos, que son segregados por glándulas y células individuales que tapizan las paredes del estómago (epitelio gástrico). Este fluido contiene una enzima denominada pepsina y también ácido clorhídrico, que facilita la acción de la pepsina y contribuye a la destrucción de las bacterias patógenas que hayan podido ser ingeridas. El estómago se contrae gracias a los músculos de sus paredes, y así se mezclan los alimentos con los jugos gástricos. Cada cierto tiempo, la comida semidigerida abandona el estómago y va entrando poco a poco en el intestino delgado. En esta fase de la digestión, la sustancia alimenticia se denomina “quimo”. La acidez del quimo se contrarresta con las secreciones básicas del páncreas y del hígado en el momento en que entra en el primer tramo del intestino delgado, llamado duodeno. El páncreas produce las enzimas pancreáticas que actúan en la digestión. La bilis producida por el hígado interviene en el proceso digestivo (a nivel del duodeno) funcionando como emulsificante de los ácidos grasos y así facilita la acción de los jugos digestivo sobre las grasas para que puedan ser absorbidas por el organismo. La bilis es importante para la absorción de las vitaminas liposolubles: A, D, E y K. Las otras dos regiones del intestino delgado son el yeyuno y el íleon. A lo largo de este tramo, el quimo sufre un conjunto de acciones químicas y mecánicas. Durante este proceso, la mayor parte de las proteínas, de los hidratos de carbono y de las grasas se han convertido en pequeñas moléculas que pueden atravesar las paredes intestinales y penetrar en el torrente circulatorio. Para facilitar la absorción, las paredes del intestino delgado están tapizadas con una multitud de repliegues epiteliales denominados vellosidades intestinales. La superficie útil para la absorción es tal que extendida cubriría casi la totalidad de una pista de tenis. Las vellosidades del yeyuno (que a su vez tienen microvellosidades) permiten el transporte de la fructosa, de los aminoácidos, de los péptidos pequeños y de la mayor parte de la glucosa hacia el interior del cuerpo. En el íleon se absorben la vitamina B12 y las sales biliares.

El proceso digestivo utiliza una gran cantidad de agua, que debe ser reabsorbida. La reabsorción tiene lugar en el colon. Una vez que el quimo ha llegado al colon, la digestión prácticamente se ha completado. El material que queda es atacado por bacterias y se convierte en heces, que salen del cuerpo a través de ano.

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