Los antidepresivos son un grupo de fármacos que se han asociado con trastornos de dependencia. Entre estos fármacos, podemos destacar, por su amplia utilización, la amitriptilina (Tryptizol®), la fluoxetina (Prozac®), la paroxetina (Seroxat®), la sertralina (Besitran®) y la venlafaxina (Vandral®).Se denomina depresión a una serie de trastornos complejos y graves, caracterizados por la aparición de una disminución patológica del estado de ánimo de la persona, que suele ir acompañada de una disminución de la actividad mental y física.
La depresión puede clasificarse en dos tipos generales, en función de la causa que la motive. Esta clasificación es muy importante, ya que puede establecer el tipo de tratamiento a instaurar:
Depresión reactiva u orgánica
Depresión endógena o involutiva
Depresión reactiva u orgánica. Existe una causa que ocasiona la depresión, como situaciones de gran estrés (problemas familiares, laborales, sociales, económicos, muertes en la familia), enfermedades mentales o endocrinológicas, procesos que cursan con dolor, utilización de ciertos fármacos o drogas de abuso, etc. El tratamiento de la causa que motiva la depresión suele eliminar ésta, aunque no siempre es así.
Depresión endógena o involutiva. Es un problema más grave, ya que no existe un motivo claro y conocido que produzca la depresión. En estos pacientes suele recurrirse a la utilización de estos fármacos antidepresivos.
Los fármacos antidepresivos se han empleado tanto para el tratamiento de la depresión como de la ansiedad, debido a la relación que existe entre estas patologías. Normalmente, el paciente con ansiedad presenta insomnio y a la larga puede desarrollar depresión. De igual manera, entre los síntomas de la depresión destacan la ansiedad y el insomnio.
Si bien existen alertas acerca de los posibles efectos adictógenos de los antidepresivos, en los ensayos clínicos realizados hasta el momento no se ha podido demostrar que esto sea cierto, si bien tampoco se ha podido descartar este aspecto. Por esta razón, se recomienda utilizarlos con precaución, sólo con prescripción médica y en aquellos pacientes que realmente lo necesiten.
Un aspecto a tener en cuenta es que la depresión es una enfermedad que aparece en crisis. Una vez pasada esta crisis, el paciente experimenta un periodo de normalidad hasta que el cuadro vuelve a manifestarse. Las recaídas son cada vez más frecuentes, de manera que la enfermedad tiende a cronificar. Ante el miedo a la recaída es posible que el paciente experimente cierta tendencia a continuar el consumo del medicamento.
Aunque no se ha podido esclarecer el potencial efecto de dependencia ocasionado por estos fármacos, en algunos de estos antidepresivos, especialmente en fluoxetina, paroxetina, sertralina y otros fármacos del mismo grupo, se ha descrito la aparición de un síndrome de abstinencia tras el abandono brusco del tratamiento. Por este motivo se recomienda reducir la dosis de forma gradual.
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