Inteligencia: genética y ambiente
TEMA: Funcionamiento de nuestro cuerpo
Con sus más de cien mil millones de células neuronales conectadas entre sí a través de una compleja red el cerebro es el más eficaz y potente ordenador, pero no funciona de la misma manera para todos los seres humanos, entre otras diferencias hay cerebros más inteligentes que otros, y de forma excepcional hay incluso mentes geniales.Por muy atrás que dirijamos la mirada, de Isaac Newton a Pablo Picasso pasando por Wolfgang Amadeus Mosart, Charles Darwin o Albert Einstein grandes nombres han hecho grandes aportes para que el mundo sea tal y como lo conocemos hoy, la evolución del hombre es la historia de la inteligencia.
En 1955 pocas horas después del fallecimiento de Albert Einstein, el patólogo Thomas Stoltz Harvey extrajo su cerebro y lo donó a la ciencia, lo disecó en 240 bloques y lo encapsuló en probetas, hoy lo conservan en el Departamento de Anatomía de la Universidad de Kansas con la esperanza de encontrar en él la razón de su genialidad.
Posteriormente se estudiaron muestras de distintas partes del cerebro de Einstein y se encontró que había un número significativamente mayor de células en la zona parietal en comparación con cualquier otro cerebro, posiblemente esa diferencia podría estar relacionada con una mayor capacidad de razonamiento matemático.
Los últimos estudios científicos establecen que más de 1000 genes influyen en la inteligencia, pero aún no se han podido identificar los genes específicos, esto es debido a la influencia del entorno. Se sabe que hay genes relacionados con funciones celulares como la plasticidad neuronal, que es un proceso por el cual el cerebro es capaz de cambiar su estructura y su función en relación con el entorno.
Para poder aprender, crear y adaptarnos al entorno necesitamos que la estructura celular de nuestro cerebro cambie en cierta medida, es decir, que se produzcan fenómenos de plasticidad, que el lugar donde el cerebro procesa la información, de alguna forma, también cambie.
Experimentos con gemelos separados e integrados en diferentes contextos ambientales demuestran que aunque son genéticamente idénticos acaban desarrollando distintos niveles de inteligencia.
Las personas que genéticamente muestran mayores habilidades también pueden desarrollarlas aun en mayor grado, si se les da la oportunidad de acceder a un ambiente estimulante.
Por otra parte, también sabemos que las personas que quizás de forma natural, de forma congénita, tienen o expresan menos habilidades en determinados campos o dominios cognitivos, pueden llegar a alcanzar el mismo nivel que una persona mejor dotada genéticamente para esa tarea concreta a través del entrenamiento.