¿Se puede prevenir la muerte súbita?

TEMA: Prevención de enfermedades

Este término resulta más claro en su acepción deportiva que en la médica, ya que no existe unanimidad en cuanto al tiempo que ha de transcurrir desde que comienzan los síntomas hasta que acontece la muerte para decir que ésta ha sido súbita. Se considera así toda muerte de causa natural que tiene lugar en la primera hora tras el comienzo de los síntomas.

En el caso de encontrar muerto al paciente, se considera muerte súbita, si en las 24 horas previas el paciente se encontraba bien y no era previsible tal desenlace. Se trata, por tanto, de muertes no esperadas, no producidas por un agente externo conocido (traumatismo, intoxicación, etc.), en pacientes aparentemente sanos o, al menos, no críticamente enfermos. Por tales características con frecuencia producen situaciones de gran dramatismo familiar y social.

En los países occidentales su causa más frecuentemente es el corazón. La mayoría de los casos (alrededor del 90%) se deben a trastornos del ritmo cardíaco que causan una parada cardíaca inmediata sin síntomas previos: encontrándose previamente bien, el paciente sufre una pérdida de conciencia brusca y se aprecia la desaparición del pulso arterial. En el resto de los casos se produce un fallo cardíaco progresivo, que provoca un colapso circulatorio y en breve tiempo un paro cardíaco.

Cuando se analizan las autopsias de los fallecidos por muerte súbita la enfermedad más frecuentemente encontrada (en el 80% de los casos) es la cardiopatía isquémica, ocasionada por la arteriosclerosis (obstrucción) de las arterias coronarias encargadas de suministrar oxígeno y sustratos necesarios para la producción de energía en el músculo cardíaco (miocardo). Otros trastornos cardíacos menos comunes que pueden originar la muerte súbita son: la miocardiopatía dilatada (aumento del tamaño del corazón y debilitamiento del mismo), síndrome de preexcitación (comunicación eléctrica anormal de la aurícula al ventrículo debidas a las taquiarrítmias), etc.

En pocas ocasiones (5%), la causa de una muerte súbita no está en el corazón, sino en otros órganos, destacando la hemorragia cerebral o digestiva masivas. En algunos casos no se encuentra enfermedad alguna asociada a la que achacar estas muertes.

La mayoría de los pacientes que fallecen por muerte súbita tienen un corazón vulnerable, debido a factores tales como: el infarto al miocárdio previo, que provoca una inestabilidad eléctrica en el corazón. Otros factores desencadenantes son la insuficiencia cardíaca, la hipertrofia ventricular izquierda, el estrés físico y psíquico, alteraciones metabólicas, etc.

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