Tratamiento de la hiperlipidemia

El primer pilar del tratamiento de las hiperlipidemias es la dieta. Debe disminuirse el consumo de grasas totales, y proporcionalmente de grasas saturadas y colesterol. Las carnes grasas, embutidos, la yema de huevo, algunos derivados lácteos, el aceite de palma y el de coco son muy ricos en grasas saturadas y colesterol, deben ser restringidos al máximo. Los ácidos grasos monoinsaturados tienen un efecto protector en la aterosclerosis: del total de grasas el más recomendable es el aceite de oliva. Las grasas poliinsaturadas se encuentran en los aceites de pescado, girasol y maíz, con restricción menos estricta que para grasas saturadas.

Si existe sobrepeso es importante la restricción calórica total. También es interesante realizar un ejercicio físico regular.

Cuantos más factores de riesgo cardiovascular existan, más importante será una dieta estricta. En muchas ocasiones la dieta no es suficiente y es necesario añadir tratamiento farmacológico, que suele ser necesario de por vida.

Dietas en el tratamiento de la hipercolesterolemia:

Primer nivel:

- Limitar el consumo de grasas totales, que supongan menos del 30% del valor calórico total: 10% ácidos grasos saturados y poliinsaturados, y 15% de monoinsaturados. Menos de 300 mg de colesterol al día.

- Comer mucho pescado y poca carne, siendo ésta preferentemente pavo, pollo sin piel.

- Restringir los huevos a dos por semana.

- Restringir lácteos grasos (leche entera, mantequilla y queso), a favor de leche y yogures desnatados.

- Utilizar aceite de oliva.

- Comer verduras y frutas abundantemente.

- Evitar dulces, bollería, frutos secos, aperitivos y helados.

- Pan, arroz, patatas y pasta permitidos con moderación, mejor integrales.

Segundo nivel:

- Reducir las grasas al 25% del valor calórico total de la dieta, de 200 a 250 mg de colesterol.

- Mayor restricción de quesos y carne.

Tercer nivel:

- Reducir las grasas al 20% del valor calórico total, con 100-150 mg de colesterol.

- La mayoría de las calorías se obtienen de cereales, legumbres, frutas y verduras. Carne y queso desnatado en muy pequeñas cantidades.