La uñas constan de dos partes: una visible, llamada lámina ungueal y otra oculta, llamada matriz ungueal. La matriz se encuentra debajo del repliegue de la epidermis, es la zona donde se fabrica la uña. A partir de la matriz la uña crece hacia el exterior avanzando sobre la base ungueal. La uña se forma por escamas fuertemente apretadas, que son residuos de células muertas endurecidas por la queratina.
Una lesión en la zona de la matriz puede provocar una alteración definitiva y persistente en la lámina ungueal. La cutícula protege la matriz frente a la posible penetración de sustancias u organismos con capacidad agresiva, por eso debemos evitar lesionarla o eliminarla, la cutícula ofrece una protección natural en la zona donde se origina la uña. El recorte exagerado de la cutícula en una manicure agresiva aumenta la posibilidad de contraer infecciones. Además quitarse las cutículas no facilita el crecimiento de las uñas.
La uñas manifiestan muchas veces tendencia a quebrarse, romperse o fracturarse. Los procesos traumáticos, los mordisqueos repetidos, las manicuras agresivas o la utilización de productos químicos (detergentes alcalinos, disolventes, esmaltes y endurecedores excesivamente cargados de formol o quitaesmaltes mal formulados y abrasivos) son las principales causas de que las uñas desarrollen una fragilidad excesiva y se quiebren con más frecuencia de lo habitual.
La alimentación inadecuada y el estrés, pueden conducir a un estado anémico por falta de vitaminas y minerales. Las carencias nutricionales se reflejan en el estado de las uñas, que se vuelven débiles y quebradizas, se ablandan, aparecen surcos, grietas y manchas, se rompen y se parten con facilidad.
No es cierto que el calcio está presente en cantidades importantes en las uñas, por tanto una alimentación rica en calcio no aumenta la dureza de las mismas.
Si aparecen anomalías debajo de las uñas, como manchas negras, marrones, violáceas, rojas o blancas, o sientes dolor, lo mas conveniente es acudir al médico para descartar cualquier enfermedad o trastorno grave.
Si las cutículas están castigadas o inflamadas, hay tratamientos caseros efectivos, como una cucharada de aceite de oliva con 4 gotas de zumo de limón, realizando masajes circulares sobre la cutícula diariamente durante 2 semanas para favorecer la curación.
Si tienes las uñas frágiles y quebradizas, y tienes que usar un quitaesmalte, procura que sea oleoso y que no contenga acetona ya que ataca la capa que protege las uñas, reseca la cutícula y amarillea los dedos.
Las uñas frágiles nunca deben cortarse con tijeras o cortauñas, hay que limarlas con suavidad, es recomendable utilizar limas de cartón, las metálicas pueden astillar las uñas. El recorte no influye en el crecimiento ni en la fortaleza de las uñas.
El tabaco es pernicioso para la salud de las uñas, además de retrasar el crecimiento, probablemente por déficit de nutrición al contraer los vasos sanguíneos, también provoca alteraciones antiestéticas, como por ejemplo el color amarillento de las mismas.