Quemaduras: función de la piel (parte 1/5)

La piel nos protege de las enfermedades y las heridas, y también ayuda a regular la humedad y la temperatura. Por ejemplo, en procesos de hipertermia, cuando la temperatura del cuerpo se eleva por encima de los niveles óptimos, las glándulas sudoríparas de la piel segregan agua, y así el cuerpo se refresca gracias al proceso de evaporación.

La piel tiene tres capas, que son la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo.

La epidermis es la más externa, y supone la primera barrera de protección del cuerpo. Sus células van perdiéndose y se sustituyen por otras nuevas de manera continua. La epidermis también contiene células que producen melanina, el pigmento que colorea la piel y protege contra los rayos ultravioletas.

La dermis es la capa más gruesa de la piel. Contiene tejidos estructurales, que aportan a la piel fuerza y elasticidad, y es la zona en la que se insertan los folículos pilosos. Es en esta zona donde se forman las arrugas y las huellas dactilares.

La capa subcutánea es la más interna de la piel. Está formada por células adiposas integradas en tejido conectivo. Esta capa protege al cuerpo de las heridas y regula los cambios de temperatura exterior.

Las quemaduras

Las quemaduras son lesiones tisulares que pueden ser producidas por agentes térmicos, eléctricos o químicos.

La extensión de la lesión depende del tipo de agente y de la duración e intensidad de su acción.

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