Colesterol y triglicéridos: beneficios y riesgos (2º parte)
TEMA: Nutrición
Las grasas de pescado y aceites vegetales son ricas en ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados. Sin embargo, no todas las grasas vegetales son buenas.
Los aceites como los de palma o coco, aún siendo vegetales, contienen unos niveles muy elevados de ácidos grasos saturados que son perjudiciales, lo que no impide que hasta la fecha sean los más usados dentro de la industria alimentaria.Los ácidos grasos monoinsaturados (oleico fundamentalmente) están presentes tanto en las grasas animales como en las vegetales, y en alta proporción en el aceite de oliva. Numerosos estudios han demostrado que el aumento del colesterol HDL “colesterol bueno”, disminuye el riesgo de cardiopatía isquémica (como el infarto de miocardio). Los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva) disminuyen la fracción LDL “colesterol malo”, y no modifican o más bien aumentan la fracción HDL “colesterol bueno”, teniendo un efecto protector global para la aterogénesis
(formación de placas de ateroma que producen estrechamiento de la luz arterial) y la cardiopatía isquémica (obstrucción del riego arterial al músculo cardíaco).
Los ácidos grasos esenciales
son poliinsaturados de 18 carbonos: linoleico (de la serie omega 6), presentes en los aceites de maíz y girasol; y el linolénico (omega 3), presente en las grasas de pescado. Nuestro organismo no es capaz de sintetizarlos; son necesarias pequeñas cantidades para cubrir los requerimientos de nuestro organismo. Los ácidos grasos omega 6 disminuyen el colesterol total, pero en parte a costa de la fracción HDL “colesterol bueno”, tienen además otras desventajas, como su poder oxidante, por lo que ya no se aconseja como sustitutos de las grasas saturadas. Los omega 3 disminuyen los triglicéridos en sangre, pero no disminuyen o aumentan el colesterol LDL “colesterol malo”. Parecen tener efecto antiinflamatorio y antitrombótico. Algunas experiencias sugieren que el consumo de omega 3 tiene efectos beneficiosos sobre el cerebro y disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares.