La medicina geriátrica intenta hacer frente al envejecimiento, a las enfermedades crónicas y a las dificultades sociales de las personas mayores. Aunque los geriatras no suelen curar enfermedades ni añadir años a la vida de las personas mayores, lo que sí pueden hacer es mejorar su calidad de vida.En la Europa del siglo XIV se ponía mucho énfasis en el concepto de “tener una buena muerte”, según la creencia cristiana. Se realizaron opúsculos en los que se explicaba a los moribundos lo que les esperaba y se les recomendaba orar, además de otros comportamientos y actitudes dignas.
En el Londres de 1935, cuando lo que se hacía con los pacientes mayores sin recursos era literalmente dejarlos morir en hospitales para pobres, Marjorie Warren, la “madre de la geriatría”, asumió la responsabilidad del cuidado de 714 pacientes, muchos de los cuales eran muy mayores y estaban muy enfermos. Desarrolló su labor mediante el trabajo en equipo y bajo un prisma positivo y optimista, y el resultado del mismo fue que un 35% de los pacientes dejó la institución con el alta médica.
En estos momentos, en Gran Bretaña la geriatría es la especialidad con más médicos dedicados. No obstante, la proporción de ancianos crece continuamente, al igual que la necesidad de especialistas.
Las variaciones en la esperanza de vida en las distintas regiones del mundo se deben fundamentalmente a las diferencias en el enfoque de la salud pública, la nutrición y los cuidados médicos. También la pobreza tiene un impacto muy fuerte. En Swazilandia la esperanza de vida es de 32 años, en la India de 68 y en Australia de 81.
El envejecimiento
Las personas que tienen entre 65 y 75 años se diferencian de los adultos más jóvenes debido al envejecimiento, a las enfermedades crónicas, a la medicación múltiple y a las necesidades sociales.
Aunque el envejecimiento no es en sí mismo una enfermedad, cambia radicalmente la apariencia externa y reduce la capacidad para mantener estable y autorregulada la fisiología del organismo. Como resultado de todo ello, las personas mayores son más susceptibles de percibir de forma negativa ciertos cambios, como por ejemplo las variaciones en la medicación o los cambios ambientales.