Dolor de espalda asociado a la actividad laboral
TEMA: Prevención de enfermedades
El dolor de espalda, especialmente el lumbar, es una patología que con frecuencia se asocia a la actividad laboral. Existen varios factores (o la combinación de ellos) que lo pueden desencadenar.
Muchas profesiones requieren un esfuerzo físico considerable, en otros casos, suponen la repetición de determinados movimientos o exigen mantener una misma postura durante un tiempo prolongado.
Debido a la creciente competitividad, el entorno laboral requiere una implicación cada vez mayor por parte del trabajador, lo que genera un grado de estrés que puede llegar a ser elevado.
Las limitaciones del mercado laboral no siempre permiten escoger la actividad más acorde con la situación y características de la persona (edad, sexo, condiciones físicas, entorno familiar, etc).
Podemos mencionar algunos ejemplos que a diario pueden desencadenar el dolor de espalda:
Sobrecargas posturales: posturas sedentarias prolongadas (conductores de vehículos, telefonistas).
Microtraumatismos repetitivos: trabajos relacionados con vibración (manejo de maquinaria y vehículos industriales).
Sobrecargas súbitas: manipulación de objetos pesados (más de 25 kilogramos) sin ayudas mecánicas (mozos de almacén, repartidores de butano).
Carga mental: contacto con situaciones de dolor y sufrimiento (personal de enfermería y auxiliares de clínica), que se suma al esfuerzo físico que representa el manejo manual del peso de una persona.
Estrés psíquico: cambios profundos en las empresas o falta de incentivos (ausencia de oportunidades, monotonía).
Características individuales: dificultades para compaginar horarios (mujeres con niños pequeños, pluriempleo), patologías concomitantes (alergias, discapacidades), esfuerzos excesivos para la persona (edad avanzada, constitución física débil).
Prevención
Si tienes un trabajo dinámico y debes levantar carga toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Siempre deben buscarse posiciones de equilibrio, de forma que los centros de gravedad del cuerpo y de la carga estén lo más próximos posible.
Hay que agacharse doblando las rodillas y no el tronco, levantarse aprovechando el impulso de las piernas.
Los pies deben colocarse separados, enmarcando la carga y adelantando ligeramente uno respecto al otro.
La carga tiene que sujetarse de forma segura.
Los codos y antebrazos han de mantenerse pegados a la cara interna de las piernas, para descargar parte del peso sobre ellas.
Si tienes que transportar cargas, mantén presente lo siguiente:
Si la carga se transporta a peso, hay que llevarla pegada al cuerpo para mantener el equilibrio sin forzar la columna.
Los brazos tienen que permanecer estirados para no forzar los bíceps ni los codos.
No se debe flexionar el tronco ni efectuar rotaciones.
Para trasladar un objeto sin levantarlo debe
evitarse, siempre que se pueda, arrastrarlo o empujarlo a fuerza de brazos. Hay que apoyar la espalda contra él y empujar con las piernas, aprovechando el peso del cuerpo para moverlo.
Si tu trabajo es estático y tienes que permanecer de pie:
El plano de trabajo no debe estar demasiado bajo respecto a los codos del operario.
Ha de existir espacio para los pies debajo de la mesa.
Debe procurarse realizar la mayoría de los movimientos con los brazos apoyados. Si no es posible, hay que dejarlos descansar de cuando en cuando sobre la mesa de trabajo.
Conviene disponer de un reposapiés que permita elevar alternativamente un pie respecto al otro.
No debe mantenerse mucho tiempo seguido la misma posición. Estar quieto de pie castiga más la espalda que andar.
Para alcanzar objetos es mejor desplazarse que alargar el cuerpo.
Si tienes que permanecer sentado toma en cuenta lo siguiente:
La espalda nunca debe estar curvada, hundida o en tensión, sino vertical y bien apoyada en el respaldar del asiento.
Si se trabaja con ordenador, debe disponerse de apoyo para los antebrazos al manejar el teclado y el ratón.
La pantalla del ordenador ha de estar por debajo de la altura de los ojos y centrada respecto al cuerpo.
Las rodillas deben estar flexionadas en ángulo recto, con los muslos horizontales y las piernas verticales.
Los pies han de descansar cómodamente en el suelo, a poder ser sobre un reposapiés.
Al usar el teléfono debe evitarse la postura de sujetar el auricular con el cuello para tener las manos libres.
Al leer es conveniente elevar los libros o documentos (como si hubiera un atril) para no tener que forzar las cervicales.
Si se cruza una pierna sobre la otra hay que alternar de pierna de vez en cuando.
No hay que mantener mucho tiempo la misma posición. Es conveniente levantarse, andar unos pasos y arquear ligeramente la espalda hacia atrás con las manos apoyadas en la zona lumbar cada 45-50 minutos.