TEMA: Nutrición
En la sociedad actual los temas relacionados con la alimentación, la salud, la obesidad y las dietas, son temas de interés creciente. Por un lado vivimos en una sociedad consumista, bombardeada por los intereses de la industria alimentaria, con los hábitos sedentarios ampliamente extendidos, y por otro, el conocimiento de que estos hábitos son nocivos para nuestra salud, y la presión social para conseguir una silueta esbelta, hace que sean muy populares las dietas y procedimientos para una pérdida de peso rápido, más que una tendencia a mantener hábitos de vida en su conjunto saludables.
La dieta mediterránea basada en patrones dietéticos de los países mediterráneos, especialmente España, sur de Francia, sur de Italia, Grecia y Malta, es la más recomendable para mantenernos saludables, no debería ser sustituida por otros alimentos impuestos por intereses comerciales. Esta dieta se basa en un alto consumo de productos vegetales (legumbres, verduras, frutas, frutos secos), pescado, pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), el aceite de oliva como grasa principal, el vinagre y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.
Con este tipo de alimentación se ha constatado que aunque el consumo de grasa es alto la incidencia de enfermedades cardiovasculares en los países mediterráneos es mucho menor que en los Estados Unidos. Esto es debido al mayor consumo de aceite de oliva (compuesto por ácidos grasos monoinsaturados -como el ácido oleico-).
El aceite de oliva es cardioprotector porque gracias a su composición contribuye en nuestro organismo al aumento de los niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL) o “colesterol bueno” que se encarga principalmente de retirar el exceso de “colesterol malo” de nuestros tejidos, equilibrando nuestra alimentación. Si mantienes los niveles de colesterol (LDL) o “colesterol malo” dentro de valores normales, disminuirás las probabilidades de padecer de un infarto de miocardio.
También cabe destacar la actividad antioxidante de los compuestos fenólicos que contiene el aceite de oliva virgen.
El consumo de pescado, en especial el pescado azul, es muy beneficioso ya que es rico en ácidos grasos omega 3. Algunas experiencias sugieren que el consumo de omega 3 tiene efectos beneficiosos sobre el cerebro y disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
El consumo moderado de vino tinto también está asociado a otro efecto cardioprotector denominado la paradoja francesa (Francia tiene menos incidencia de enfermedades cardiovasculares que Estados Unidos, Inglaterra y otros países europeos, a pesar que los franceses siguen una dieta más rica en grasas saturadas, consumen quesos y otros derivados de leche completa y foie gras).
Parece ser que la dieta mediterránea está asociada con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve tanto durante el envejecimiento como durante la etapa de transición entre la demencia o deterioro cognitivo leve a la enfermedad de Alzheimer.
Llevar un régimen de dieta mediterránea se asocia a menor índice de obesidad abdominal, que predice el riesgo de diabetes, hipertensión, infarto o accidente cerebrovascular. También mejora el desarrollo embrionario y fetal, y disminuye los problemas disovulatorios y de infertilidad.
Podemos decir que la alimentación es un proceso de selección de alimentos, fruto de las disponibilidades y del aprendizaje de cada individuo, que le permite componer una ración diaria y fraccionarla a lo largo del día, de acuerdo con sus hábitos y condiciones personales. Este proceso está influido por factores socioeconómicos, psicológicos y geográficos. Es voluntario.
La nutrición es el conjunto de procesos mediante los cuales el ser vivo utiliza, transforma e incorpora a sus propias estructuras una serie de sustancias que recibe del mundo exterior, mediante la alimentación, con el objeto de obtener energía, construir y reparar estructuras orgánicas y regular los procesos metabólicos. Empieza tras la ingesta del alimento y es un proceso involuntario.
La dietética es la técnica y arte de utilizar los alimentos de forma adecuada, que partiendo de un conocimiento profundo del ser humano, proponga formas de alimentación equilibradas, variadas y suficientes, tanto de forma individual como colectiva y que permita cubrir las necesidades biológicas en la salud y en la enfermedad, contemplando gustos costumbres y posibilidades.
La dietoterápia analiza las modificaciones que debe sufrir la alimentación, tanto cualitativa como cuantitativamente, atendiendo a las necesidades del individuo cuando éste sufre una patología determinada. Por ejemplo para personas que sufren de diabetes, hepatitis, etc.