El jabón es un gran aliado en la lucha contra el coronavirus

Un Mundo Limpio

La historia de los coronavirus como agentes patógenos en humanos se remonta a mediados de los años 60 cuando se aislaron por primera vez a partir de muestras obtenidas del tracto respiratorio de adultos con síntomas de resfriado común, deben su nombre al hecho de tener una forma esférica de la que sobresalen unas espículas que les dan la apariencia de una corona (semejante a la corona solar).En la actualidad se conocen siete tipos de coronavirus que infectan humanos, cuatro de ellos (HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HcoV-HKU1) son muy comunes y algunos de ellos están presentes en el resfriado común junto a otros agentes patógenos como los rinovirus, por lo que se estima que una proporción muy alta de la población ha desarrollado defensas frente a ellos estando mayoritariamente inmunizados. Además de estos cuatro coronavirus han aparecido de últimamente otros tres: SARS-CoV, MERS-CoV y el peligroso SARS-CoV-2 causante del Covid-19.

Los números nos indican que SARS-CoV-2 es extraordinariamente eficaz en la transmisión entre humanos probablemente debido a su tiempo de incubación (14 días), lo que le proporciona una gran transmisibilidad presintomática. Pero al mismo tiempo presenta una tasa de letalidad mucho menor que la de SARS-CoV y MERS-CoV, que se estima del 2-4%, y una tasa de mutación baja de acuerdo con los datos acumulados en los ya más de 850 genomas secuenciados, lo que son sin duda dos buenas noticias.

Probablemente estamos ante un ejemplo de evolución darwiniana. Si SARS-CoV-2 ya ha evolucionado hasta alcanzar una elevada eficiencia de transmisión entre humanos y una buena tasa de replicación en los pacientes, no tiene muchas razones para incrementar su letalidad.

El SARS-CoV-2 es similar a sus primos hermanos, Pall Thordarson, químico de la Universidad australiana New South Wales, a través de su cuenta oficial de Twitter explica lo siguiente: “los virus están formados de material genético (ARN), unas proteínas externas que les sirven para anclarse a las células humanas, y una membrana lipídica (envoltura de grasa) que lo protege todo y que ayuda al virus a propagarse e invadir nuevas células. El jabón disuelve la membrana lipídica y el virus se desmorona como un castillo de naipes quedando completamente inactivo, incapaz de penetrar en la membrana celular. De hecho, los desinfectantes, geles, cremas... que contienen alcohol tienen efectos similares, pero en realidad no son tan buenos como el jabón normal que disuelve el pegamento que mantiene unido al virus".

El virus es una nanopartícula autoensamblada en la que el eslabón más débil es la membrana lipídica (grasa) que lo envuelve, por eso se insiste tanto que nos debemos lavar las manos frecuentemente.

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