TEMA: Nutrición
En estos tiempos es alarmante el elevado consumo de bebidas azucaradas, están en el punto de mira, las señalan como uno de los factores más influyentes en el incremento de la obesidad entre los niños, adolescentes y adultos. Las calorías que aportan este tipo de bebidas son importantes, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nivel de consumo de azúcar no debe exceder 10% de las calorías diarias recomendadas en nuestra dieta diaria. Sin embargo, en algunos casos el 15% de la ingesta de calorías diarias se hace a través del azúcar que contienen estas bebidas y se calcula que los adolescentes consumen una media de 375 kcal por cada bebida. Las bebidas azucaradas son "calorías vacías" que no cuentan con propiedades benéficas para la salud ni tienen valor nutricional y, a menudo, se asocian con el consumo de alimentos salados y comidas rápidas. Estas bebidas aportan energía pero no sacian, la persona come más y a la larga esto puede derivar en obesidad.
La obesidad se ha convertido en uno de los mayores retos de la salud mundial para el siglo XXI. Su aumento entre los niños y adolescentes es particularmente alarmante, dado que está íntimamente relacionada con el aumento del riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes mellitus tipo 2 o complicaciones cardiovasculares. Aquellas personas con una mayor predisposición genética pueden ser más susceptibles a los efectos adversos de las bebidas azucaradas, éste es un claro ejemplo de la interacción entre genes y medio ambiente.
Todos sabemos que el exceso de grasa en el organismo genera graves problemas de salud, cuando la grasa almacenada en exceso alcanza cierta magnitud, los adipocitos (células que forman el tejido adiposo y almacenan los triglicéridos) ya no pueden almacenar más grasa. Entonces, la misma se deposita en el tejido muscular, en el páncreas, en el hígado y hasta en el cerebro.
El depósito ectópico de grasa, que se almacena fuera del tejido adiposo, es lo que inicia una serie de alteraciones en el metabolismo que causan las patologías que conforman el llamado síndrome metabólico: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, dislipemias, obesidad central (grasa localizada alrededor del abdomen, con una circunferencia de la cintura mayor de 102 cm para los hombres y 88 cm para las mujeres).
El azúcar simple que contiene este tipo de bebidas se asimila muy rápido y causa subidas bruscas del nivel de glucosa en sangre, como respuesta el páncreas produce más insulina de lo normal en proporción al azúcar presente en el organismo, las respuestas agudas de insulina para compensar las subidas excesivas de azúcar en sangre pueden provocar a largo plazo una resistencia a la insulina (el organismo desarrolla resistencia a los efectos de la insulina, es decir no la utiliza adecuadamente y el resultado es un relativo déficit insulínico).
La resistencia a la insulina crónica o mantenida es común en las enfermedad tales como la diabetes mellitus tipo 2, la obesidad, la hipertensión arterial, las dislipemias o la enfermedad cardiovascular.
Es importante que las bebidas azucaradas se consuma con moderación. Reemplazar una bebida azucarada al día por agua, leche desnatada o zumo de fruta natural puede reducir una cantidad significativa de calorías. Con frecuencia se piensa que las bebidas deportivas, energéticas y con sabor a frutas son saludables para nuestro organismo pero no es así ya que están llenas de azúcares tanto como los refrescos.
La mejor defensa que tenemos para combatir los efectos perniciosos de las bebidas azucaradas por su consumo excesivo es la información, por eso te recomiendo que hagas llegar este artículo al mayor número de personas posibles, recuerda que miles de millones de euros se dedican a esconder esta realidad por medio de las más diversas técnicas publicitarias provocando que minimicemos sus efectos nocivos.
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