Los “Pena”: “Pena Hijo”

Eduardo Ternero - domingo,  3 de julio de 2022

Seguimos con la saga de los “Pena”. Hoy traemos a José Muñoz Martín, nacido en Málaga en 1900 y  sería conocido como el “Pena Hijo”, ya que su padre era el cantaor Sebastián Muñoz Beigveder el “Pena Padre” y su madre la bailaora Carmen Martín Postigos la “Dientúa”. Normal que el Pena Hijo se criase en un ambiente de flamenco tanto por el cante de su padre como por el baile de su madre. Además desde muy pequeño José “Pena Hijo” aprendería a tocar la guitarra y se haría un maestro de la sonanta ejercería tanto como cantaor como guitarrista a lo largo de su vida.

Pena Hijo

Ya en su juventud actuó por los cafés cantantes de la ciudad Malagueña y siendo muy joven debutaría en el Ideal Concert de Sevilla. Al conocerlo Manuel Centeno, le gustó tanto su estilo que lo contrató para una gira por toda Andalucía. Con tan solo 19 años haría  su presentación en el Teatro San Fernando de la capital hispalense con José Cepero, Niño de Marchena y Niño de la Huerta, hasta  1921 en que fue llamado a filas. Primero  se incorporó al Regimiento de guarnición en Córdoba para hacer el servicio militar, pero sería  destinado más tarde a Sevilla, donde aprovecharía muchas noches – aquello que se llamaba ‘pernocta’ –,  para actuar como guitarrista en el café cantante de la capital hispalense “El Tronío”. Allí permaneció hasta que su quinta fue licenciada en 1924. Al año siguiente y una vez terminado el servicio militar continuaría actuandopopr toda la geografía andaluza, unas veces como cantaor y otras como guitarrista. En 1927 por ejemplo había actuado tocando  acompañando al cantaor Paco el “Minero”.

En septiembre de este mismo año (1927) se presentó al Concurso Nacional de Cante flamenco que se celebraba  en el Salón Imperial de Sevilla y en el que actuaba como artista invitado y sin concursar Manuel Centeno. Entre los que se disputaron los premios se encontraban entre otros: Bernardo el de los Lobitos, Rafael Cañete, Encarnita Salmerón, La Niña de Castro, el Pescaero y un cantaor al que llamaban Marchena II (creemos que no se referiría a Pepe Guillena que lleva el remoquete de Marchena II, pues Guillena es mucho más joven). Lo cierto es que José Muñoz, “Pena Hijo”, ganaría dicho concurso  por votación popular, llevándose la Gran Copa de Andalucía.

En estos años (entre la década de los 20 y hasta la llegada de la Guerra Civil), “Pena Hijo” se encuentra en los mejores momentos de su profesión,  tiene una forma de decir el cante que gusta a los públicos y estaba ganando suficiente dinero como para formar una compañía propia. En 1928 se presentó en el Circo Price de Madrid, así como en el Monumental Cinema, el Pardiñas y el Teatro Pavón. Ese mismo año grabaría para varias casas discográficas  con las guitarras de  Ramón Montoya, con Manolo y Pepe de Badajoz, con Niño Ricardo..., llegando a grabar más de sesenta discos. 

I Concurso Cante Jondo (Granada)

Al años siguiente (1929) volvió al Price con el espectáculo “El mantón español”, actuando también  en los teatros La Latina, Monumental y Pavón con “La copla andaluza”, y en el  Fuencarral con “El alma de la copla”, espectáculo que grabó más tarde para la discográfica Odeón junto a Manuel González “Guerrita”. En 1930 realizó una gira con Manuel Vallejo y de 1931 a 1933 recorrió la geografía española en la compañía de  Marchena, en la que iba Angelillo  y otros destacados artistas. Al mismo tiempo, José Muñoz seguiría grabando discos, aprovechando  el tirón que tenía con el público, siempre acompañado por los mejores guitarristas que entonces había. Está en un momento clave de su vida,  – recuerden que estamos en el apogeo de la Ópera Flamenca – y él mantenía buena amistad con Vedrines, el empresario más en boga en la España de aquellas décadas.

 “Pena Hijo”, se atrevió con casi todos los estilos sobre todo destacaba en seguiriyas y soleares. Pero, José, no fue un creador como su padre  de malagueñas; sin embargo, interpretaba mejor que nadie las que este le enseñó. Aunque también sería uno de los mejores de su época  ejecutando las de Chacón, la Trini, el Mellizo… Además se haría famoso por su forma de cantar   fandangos, así como por sus seguiriyas y saetas…  y  sobre todo por su forma de decir la cabal de Silverio, que supo recrearla de tal manera que nadie ha conseguido superar. 

Dicen  quienes escucharon a “Pena Hijo” y podemos confirmarlos en sus grabaciones que poseía un exhaustivo conocimiento del flamenco, además de un dominio de lo jondo extraordinario. Eso suele ocurrir en aquellos cantaores que han estudiado el mundo desde la guitarra,  pues ven el mundo del flamenco desde la medida, desde las notas, desde la memoria musical y si, además, tiene facultades y oído para el cante pues puede conformarse como él en  un artista cabal.

Angelillo

Pero como estamos en los años 30 del siglo XX,  la Ópera Flamenca estaba en su apogeo y Pepe Marchena está imponiendo junto a una ingente cantidad de  seguidores un cante preciosista y barroco, en el que el fandango está en boga y donde se abandonan o se ponen en segundo lugar los llamados cantes “puros”, aquellos cantes jondos que habían preconizado y querido levantar los intelectuales con la celebración del I Concurso de Cante Jondo en Granada en 1922. Por ese motivo, “Pena Hijo”, se apunta a la escuela de Marchena, y aunque tiene una voz más laína y menos potente fundamentaría su forma de cantar en la profundidad de sus sentimientos, en unos bajos melodiosos exquisitos, de una extraordinaria complejidad que gustaba mucho a los públicos.

José Muñoz “Pena Hijo” fue una persona con ideas de izquierda, un tipo progresista al que sorprendería el inicio  de la Guerra Civil (verano de 1936), actuando en la ciudad de Marsella. Temiendo las represalias y sabedor que podía ser detenido por los partidarios del bando franquista se quedó en Francia un tiempo prudencial hasta que a los pocos meses se embarcó hacia Argentina. Allí se sabe que estaba ya residiendo en 1937,  actuando durante varias temporadas en teatros y otros escenarios de la capital Bonaerense, cosechando muchos éxitos, pues es un momento en el que el flamenco en América latina está en boga. Allí además se afincaría definitivamente comprando y regentando una  cafetería.

De Argentina volvería en contadas ocasiones a España, cuando ya la represión era más liviana, para actuar en diversas ocasiones en locales como el Salón Moderno de Álora, en el desaparecido Málaga Cinema, donde actuaría con el Niño de la Ribera, Andrés de los Castillejos, Custodia Reyes, Pepe el Calderero, y un joven cantaor al que puso de nombre Niño de Vallecas, así como en otros teatros de la ciudad malacitana. 

Pero José “Pena Hijo” no estaba bien de salud, lo venía arrastrando  hacía tiempo. No encontramos por ninguna de las biografías a la que hemos tenido acceso la enfermedad padecía; lo cierto es que su mal se fue agravando en los últimos años. En el año 1969, decidió buscar un lugar que le viniese mejor para su quebrantada salud y  por ello abandonaría Buenos Aires para instalarse en la ciudad argentina  de Mendoza, que está al pie de los Andes. Pero tampoco allí le iba bien y moriría en esa ciudad el 1 de Septiembre de 1969.