Flamenco en la provincia de Almería

Eduardo Ternero - 17 de mayo de 2020

El flamenco se extiende y se entiende en muchos rincones del mundo, incluso en algunos que nos llamaría la atención. Como ya dijimos, nacería en el triángulo mágico Cádiz-Jerez-Sevilla; después se iría extendiendo por las campiñas sevillana, cordobesa, por las serranías de Huelva y Ronda, hacia Málaga y Granada, Jaén y Almería. En una o dos décadas del XIX, provocado por los movimientos laborales, los trabajos de temporadas…, las migraciones interiores sobre todo, hicieron que el flamenco llegara a todas nuestras provincias, e incluso sobrepasaran nuestras fronteras alcanzando Murcia, Castilla, Extremadura…

Pedro “El Morato

En Almería, tenemos noticias del desarrollo del flamenco a inicios del XIX, de un flamenco propio que refleja una diferenciación musical debido a su situación, tras la comarca natural de la Alpujarra, por los trovos que compartía con su vecina Murcia, el trabajo en las minas (Sierra de Gádor y Almagrera), las canteras… Todo ello definió unos estilos musicales flamencos distintos, basados en fandangos trovados, entre los improvisados murcianos y los verdiales malagueños y granadinos. Un fandango, con aires orientales, que será la base para la formación de otros estilos y conformación de palos que engrosarán el flamenco.   

Almería, a través de su fandango fue conformando las tarantas y mineras. Los trabajadores de la uva, de la mina, de la sierra y la mar, contribuyeron a su expansión y a su modificación para convertirlos en cantes nuevos, con características propias, que se desarrollarían hasta Cartagena y que llevarían el nombre genérico de Cantes de Levante. 

Mucha culpa tuvieron dos personajes que coincidieron en su amor por la guitarra, en la primera mitad del XIX: Antonio Torres, guitarrero de profesión (1817-1892), que revolucionó el sonido de la sonanta colocándole en la caja las barritas armónicas; otro, Julián Arcas, un estudioso y gran guitarrista, que llegaría a dar conciertos de flamenco y que compuso temas para soleares, rondeñas, jaberas, malagueñas…, utilizando guitarras hechas por Torres. Arcas hizo de Almería el imperio de la guitarra flamenca al crear una forma de tocar, de hacer sus falsetas; estilo que copiarían todos los guitarristas de la época. 

Julián Arcas

Julián Arcas, un estudioso y gran guitarrista, que llegaría a dar conciertos de flamenco y que compuso temas para soleares, rondeñas, jaberas, malagueñas…, utilizando guitarras hechas por Torres. Arcas hizo de Almería el imperio de la guitarra flamenca al crear una forma de tocar, de hacer sus falsetas; estilo que copiarían todos los guitarristas de la época. 

Ya dijimos que el fandango proviene, casi con total seguridad, de una danza cantada popular que se extendió en el XVIII por toda Andalucía. En Almería fue adaptándose a todos los  rincones  de la comarca, ajustándose a las faenas, a las zonas, a la impronta de los intérpretes. Se conocen el fandango de Cuevas, de Laujar,  de Níjar; de la comarca de Vélez y alto Almanzora, el Alpujarreño… Fernando el de Triana escribió: “…el fandango de Almería es de los más flamencos, rítmico, bailable”. Tal vez fuera el autentico fandango originario. Con el tiempo, los artistas siguieron creando estilos de fandangos: como el guitarrista y compositor Gaspar Vivas (1871-1936) o, últimamente,  José Sorroche, quienes han recreado algunos estilos de fandangos, de gran riqueza musical. 

De esos fandangos nació la Taranta. Carmen Amaya y Sabicas fueron los primeros en ponerle ese nombre a un baile (Nueva York, 1940). Deriva de algún fandango almeriense de las sierras de Gádor y Almagrera cuando la minería almeriense estaba en auge y había un gran movimiento demográfico. Sabemos que en 1820 la cantaban, con el estilo que conocemos, mineros como Juan el “Cabogatero”, que les fueron dando forma, sobre todo con más profundidad y melosidad. A raíz de esto, los profesionales,  aprovechando el tirón de estos cantes, meterían en su repertorio. 

José Sorroche

El Taranto, es una variación de la taranta, pero es más libre en su interpretación y temática. Los mineros almerienses tuvieron que desplazarse a trabajar a las minas de Linares (Jaén); la gente de la zona les llamaban “tarantos” por sus cantes por tarantas. Manuel Torre y el “Cojo de Málaga” grabaron los primeros tarantos, aunque con otros nombres. En el Concurso Nacional de Flamenco en Córdoba (1956), que ganara Fosforito, se empezó a titular ese cante por ese nombre.

La Petenera es un cante por el que rivalizan su paternidad Paterna del Río (Almería) y Paterna de la Rivera (Cádiz). Algún día intentaremos aclarar el tema de la “Petenera”. Ahora diremos que, en 1880, estando de moda este cante por Sevilla, había entendidos que decían que en Almería ya se interpretaban; incluso el fenomenal guitarrista Arcas ya las interpretaba. También se comenta que la “Peñaranda”, amiga del Rojo el “Alpargatero”, las aprendió en casa de éste. ¿Quién sabe si fue ella la que la transportó y las desarrolló  en  los cafés y espectáculos  de la Andalucía Occidental?

Otro día hablaremos de los cantes de Levante propiamente; de cómo los mineros de Almería se trasladaron a la Unión (Murcia) y allí florecieron cantes como la cartagenera, la murciana, la levantica… En cuanto a los primeros intérpretes, creemos que fue Pedro el “Morato”, un vendedor ambulante, trovero y guitarrista, que iba en burro por los pueblos de la comarca del Almanzora (inicios del XIX), suministrando a los mineros. Otro, el “Ciego de la playa” (1864-1925), guitarrista,  trovador y cantaor de tarantas y fandangos de Almería, de quien aprendiera los cantes de levante Antonio Chacón.

Serían el “Rojo el Alpargatero”(1847-1907), el gran impulsor de los cantes de Levante, y el “Marmolista”, que actuaba en los cafés de la ciudad, los más representativos intérpretes de aquellos primigenios cantes almerienses de la época… En definitiva, Almería ha tenido y tiene mucho que decir dentro del flamenco.