Juanito Mojama

Eduardo Ternero - domingo,  2 de octubre de 2022

En la historia del flamenco hay personajes que, no entendemos la causa o los motivos, quedan olvidados, presentan lagunas históricas y que,  en un momento dado, alguien lo recupera, se empieza a indagar, a rebuscar en su vida, en sus grabaciones y nos lo descubre y nos asombra. Eso ha ocurrido con el jerezano Juan Valencia Carpio conocido como “Juanito Mojama” que no fue lo suficientemente famoso hasta los años 80 del pasado siglo. 

Juan  nació en la calle Honsario o Fonsario (cementerio  judío) del barrio de Albarizuela de Jerez de la Frontera (Cádiz) en el año de 1892, junto a la casa de Tío José Paula, a quien seguramente escucharía cantar de niño. Su padre fue Juan Valencia Romero nacido en el flamenquísimo barrio jerezano de Santiago y su madre, Joaquina del Carpio Heredia, del otro barrio también flamenco de San Miguel. Desde pequeño destacó  en las reuniones de cabales, en los colmaos y en los tabancos de su ciudad como cantaor y bailaor, trasladándose posteriormente (1916) a la capital de España para probar suerte, alojándose con su hermana en casa de un primo hermano. A  Madrid  llegó con aires de su gente: los “Valencia”, Paco La Luz, la Serrana… y fue recibido por el Canario de Madrid, quien lo llevó directamente a Don Antonio Chacón, en el café cantante Villa Rosa.. Era tan delgado, tan espigado y tan moreno  que la primera vez que  el guitarrista Miguel Borrull – aficionado a poner motes a todo el que llegaba nuevo por Madrid –, le vio entrar en el tablao donde actuaba, le puso el remoquete de “Mojama” comparándolo al producto elaborado de tira de salazón de atún.

El joven Juanito Mojama

Juan, actuaría en casi todos los tablaos madrileños, Fornos, los Gabrieles…Sin embargo, encontramos en su biografía cosas extrañas: Que, en la década de los 20, en 1925, cuando solo contaba 32 años, se le hiciera un homenaje en el Salón Olimpia de Madrid, donde actuaron los mejores de la época: El Estampío, Perico el del Lunar, Fosforito de Cádiz o José Cepero… Además, a finales de esta década (1929) grabaría  un total de ocho placas de pizarra con el acompañamiento a la guitarra del maestro Ramón Montoya, para el sello Gramófono. Son, pues, un total de 16 cantes que bien resumen su calidad cantaora, que resultan ser de una arrebatadora belleza y conmovedora profundidad.

En esas fechas, cosa extraña también,  era anunciado en París, fue fotografiado en el Hotel Ritz de Madrid, se le echaba de menos en todas las fiestas de cabales… En los años 30 actuaría con los mejores artistas del momento, recorriendo todos los cafés de la capital de España. Sin embargo, en el periódico la Voz, de 1936, en la sesión de desaparecidos, saldría que, Manuel Valencia Carpio,  de 44 años había desaparecido de su casa madrileña en calle Fuente del Berro, 39; no sabemos si se había alejado de los medios por voluntad propia o qué le había ocurrido realmente. 

Juan, ya maduro.

Caracol y Lola Flores, que le habían escuchado cantar en Barcelona, le contrataron en Madrid en su  espectáculo, (Zambra, 1944). Intervino en la película 'La Cigarra' de Florián Rey, en 1948).  En el año 1.949 se le tributó un homenaje en el teatro Alcalá de Madrid con la participación de numerosos artistas, Algunas fotografías le muestran en 1950, con Rafael Pareja, Antonio El Chaqueta y Juan Varea en la calle Sevilla de Madrid. Y en 1955, en una fiesta en el restaurante Riscal, con José Cepero, Pericón, Perico el del Lunar, Jarrito y Pilar López; y la última foto, con Fati el Pelao. En esas fechas salieron  unas declaraciones de Terremoto (padre), afirmando que no había visto cantar más gitano que lo hacía él (por su “tío” Mojama) y sobre todo como vocalizaba y hacía los melismas.

El guitarrista Manuel Morao, su gran amigo, diría de él: “Juan Mojama, se fue a Madrid muy joven y no volvió a Jerez 45 o 50 más tarde. A lo largo de su vida sería un gran admirador de Chacón, con quien actuaría en Villa Rosa, y de Manuel Torre. A Mojama le tocaría hacer de puente entre el flamenco de aquella época dorada y los nuevos cantaores del XX, antes de la llegada de la Ópera Flamenca.”

Pareja, Mojama, Chaqueta, Varea

Juan fue un cantaor de los llamados raros, no le  gustaba cantar en grandes eventos, en espectáculos grandiosos, sino en fiestas privadas, con los cabales y los amigos, en sitios reservados. Cuentan sus cronistas que era tan orgulloso que no quería que nadie supiese que estaba contratado para cantar, no le gustaba que le dijeran que era un profesional de aquel arte, que lo hacía cuando él estaba a gusto. Ya hablamos en otra ocasión que el Nitri o Tomás Pavón eran otros artistas de ese mismo talante. Juanito vestía siempre con traje, de forma muy elegante, cuidando su imagen de tal manera que muchas de las veces, cuando estaban en una de esas fiestas pagadas, pareciera que el señorito era él. 

En las fiestas, en los colmaos, era normal que fuesen los camareros quienes recomendasen al guitarrista un cantaor, para que este lo “agradeciese”. A Mojama muchos camareros le hicieron el vacío  y no solían recomendarlo porque se negaba a “soltar la manteca”; no le gustaba pasar por el aro de los camareros.

Tendría mucho dominio del compás, pues, quienes le conocieron dicen que cantaba y bailaba con mucha gracia. Mojama desarrolló un amplio repertorio de estilos y sobresalió en todos los cantes como en la soleá, seguiriya, tientos, tangos, bulerías y especialmente en las bulerías por soleá. 

Mojama. en Madrid

En 2015 la Universidad de Cádiz redescubre la figura de Juan Mojama con el testimonio de periodistas, músicos y artistas. Se descubriría una placa en la casa donde nació, y se celebró un Congreso Flamenco, donde participaron grandes flamencólogos como Manuel Ríos Ruiz, José María Velázquez-Gaztelu, Manuel Morao, Manolo Sanlúcar, Paco Cepero… y un largo etcétera de investigadores del flamenco. 

En agosto de 2017 se haría un nuevo Homenaje a Juan Mojama en Jerez con motivo del 125 aniversario de su nacimiento. Su legado ha dejado una larga estela como se puede ver en artistas de la talla de su sobrino Terremoto de Jerez, Camarón de la Isla o Juan Moneo, El “Torta”. Escuchando los pocos cantes que dejó grabados y que magistralmente acompañaría Ramón Montoya, se pueden sacar algunas conclusiones: por ejemplo, las alegrías, las lleva por la misma línea que la Niña de los Peines, pues, la influencia es mutua entre ambos. En la granaína, la línea que sigue es la de Chacón, aunque Mojama tiene una voz muy personal y tiene una gran medida del compás, sobre todo en los cantes por soleá de Utrera que marcaría la Serneta al igual que las del Mellizo y las de Triana. Sin embargo, en la seguiriya sigue la estela de Manuel Torre y de Francisco la Perla. En los tientos y bulerías demuestra su manejo vocal… En todos sus cantes se aprecia la calidad y la categoría de este cantaor de culto tan particular.

Antonio Mairena no llegó a poderlo llevar a que grabara, pues estaba en los últimos momentos de su vida y  se dedicaba a vender tabaco por la Pañoleta por los bares, con un deterioro mental acusado. Juan Valencia Carpio, “Juanito Mojama”, murió en Madrid en octubre de 1.957, de una enfermedad hepática.

LIBRO: “Yo tenía mu güena estrella” de J. L.  Ortiz Nuevo 

Juan Mojama con Ramón Montoya - Bulerías - En la Iglesia Mayor de Sevilla 

Juan Mojama con Ramón Montoya - Tientos - Hablo con Jesús y le digo