“El Planeta” Leyenda flamenca

Eduardo Ternero - 29 de febrero de 2020

Uno de los cantaores más antiguos, del que se tenía   memoria escrita, era “El Planeta”. Se conocía muy poco de su vida;  lo nombra el escritor Estébanez Calderón en sus “Escenas Andaluzas”: “…era un cantaor que se acompañaba él mismo a la guitarra, que había participado en una juerga gitana en Triana junto al “Fillo” y cantó un romance del Conde Sol”

A partir de ahí todo han sido conjeturas y especulaciones, dichos y leyendas sin verificar. Es más,  no se sabía ni su nombre. Pero gracias al flamencólogo e investigador arahelense Manolo Bohórquez, que ha esclarecido y desempolvado legajo, que ha indagado a través de archivos y parroquias, por media Andalucía, se ha llegado a su identificación y a constatar la verdadera historia de este cantaor mítico,  considerándose, desde ahora, documentada la vida de, tal vez, uno de los primeros cantaores de la historia conocidos.

Tras indagar en su vida, se ha podido conocer parte de la proto-historia de nuestro pasado flamenco. Y tras la  investigación se ha podido cerciorar que, efectivamente, Manolo Caracol, era su tataranieto. 

Verifica  el crítico que, “El Planeta”, se llamaba Antonio Monge Rivero, nacido en Cádiz hacia 1789;  era hijo de Gregorio Monge y de Francisca Rivero, que también eran naturales de Cádiz. “El Planeta”  se casó, siendo muy joven, con la también gaditana María Vara Gallardo, en plena guerra con el francés (1808), con la que tuvo al menos siete hijos, entre 1810 y 1834: Antonia, Tomasa, Francisco, Dolores, María Dolores, María Magdalena  y Tomás. Según referencias, puede que tuviera algunos más y murieran o no constan en los archivos. Se sabe que vivió en Cádiz durante un tiempo, tal vez después en Triana y más tarde en Málaga, donde se asentó gran parte de su vida.

Se argumenta que el apodo “El Planeta” se le pondría por la alusión que el cantaor hacia en sus letras a los astros. También se ha dicho  que “El Planeta” cantó romances, polos y cañas y tal vez primigenias soleares pero seguramente son elucubraciones. 

Otras leyendas dicen que, posiblemente, fuese hijo de “Tío Gregorio”, aquel mítico cantaor gaditano que cantó en una fiesta campera y del que hablaba  José Cadalso en sus “Cartas Marruecas” (siglo XVIII). Coincidencias hay: Es cierto que el padre del  “Planeta”, llamado Gregorio, se dedicó siempre a la carnicería igual que el mítico “Tío Gregorio”; pero no sabemos si el padre del “Planeta” estuvo en la cárcel;  “Tío Gregorio” sí, por apuñalar a otro hombre en la feria de Cádiz. Muchos han comentado que al “Planeta” se le atribuye una seguiriya alusiva al encarcelamiento de su padre… pero todo son conjeturas  y por tanto, hasta no confirmarse, no pueden darse como certezas. 

Antonio “El Planeta”, siguiendo la tradición familiar tuvo la  profesión de carnicero cortador o tablajero, como dicen en Cádiz. Algo más tarde  se desplazaría a Málaga donde el negocio le fue bien ya que aparece en los archivos con alto nivel económico; prueba de ello es que, durante años,  tuvo como empleados a gente de su familia y varias criadas, por tanto el negocio era suyo y le reportaría buen nivel de vida; algo impensable para un gitano a inicios del XIX, recientemente terminada la Guerra de la Independencia. Tanto sería su nivel económico y social que aparece en los archivos con el tratamiento  de Don por parte de los escribanos.

“El Planeta” debió alejarse del cuchillo y la tabla  y dejó el negocio en manos de sus hijos y su señora para dedicarse al trato de la carne, visitar primos y cantar donde se le requería. No es extraño encontrarle viviendo temporalmente en Triana o en Madrid, pasar por Cádiz… Así cuando Estébanez Calderón le visualiza en una fiesta de la calle Castilla de Triana, seguramente se habría desplazado y, aprovechando los negocios familiares, entroncar con otros cantaores y así moverse por todo el territorio. Cuentan las crónicas que al Madrid de 1853 llegó acompañado de María “La Borrica”, la hermana de  “El Viejo de la Isla” para cantar seguramente en algún café-cantante de la época. Entiendan que por esas fechas era ya un hombre bastante mayor.

Lo que si está claro es que tuvo que ser un cantaor famoso en su tiempo, por el nombre y las connotaciones de tantos historiadores hacia su persona. Sabemos que de él bebieron con toda seguridad la siguiente generación: “El Fillo”, Quintana, Frasco “El Colorao”, Paquirri de Cádiz, Silverio, el Nitri, etc. 

Antonio Monge Rivero “El Planeta” falleció en su domicilio malagueño en 1856, a consecuencia de una congestión cerebral, cuando tenía 66 años. En los archivos consta que el cantaor,  de oficio vendedor, fue enterrado en Málaga, supuestamente en el cementerio de San Miguel. 

Fotos: “El Planeta”, Fiesta en  Triana (siglo XVIII), Cementerio San Miguel (Málaga).