Rincón Flamenco - "Reflexiones sobre el flamenco" por Eduardo Ternero Rodríguez
Eduardo Ternero - domingo, 23 de marzo de 2025
Estamos a inicios de 1953, ya hace un año que, en Marchena, a Pepe le dieron el homenaje, que rotularon una calle con su nombre y que fuera nombrado hijo predilecto de la villa. Ahora, como venimos diciendo, trabaja en Madrid, pero se acerca muchas más veces a Marchena. Por su condición, Pepe, no cejará un ápice en su espíritu de cigarra a lo largo de su vida; él es caprichoso, se mueve a su antojo, trabaja cuando quiere y le apetece, se fija unas metas, pero, no le va la vida ni la economía en ello. Pocas veces le veremos preocupado por algún fracaso financiero. En esos momentos menos; nuestra España parecía que iba a mejorar, nuestras esperanzas estaban puestas en la ayuda que vendría de los EE.UU. El plan Marshall, había levantado el ánimo de la gente, de los aficionados a los espectáculos que se rascan los bolsillos y un halo de euforia hace que los eventos artísticos fluyan con más alegría.
Melchor de Marchena
Por tanto, para nuestro artista más universal, para nuestro protagonista, este año podría ser un año de recuperación; no en vano, tiene preparados dos grandes espectáculos y ha contratado un elenco de artistas de mayor caché del que venía haciendo en los últimos años. Igual está ocurriendo con sus paisanos artistas, con Pepe Palanca y con Melchor de Marchena, a ambos sonríe la vida artística que llevan. Palanca sigue con sus giras por media España. Melchor está instalado en Madrid, es el guitarrista preferido por muchos de los grandes del cante (Caracol, Mairena...) y ya tiene un vástago con tres años que mira la sonanta, queriendo descubrir en ella los sonidos que embelesaran al mundo del flamenco, estamos hablando de su hijo Enrique. Parece mentira, pero Marchena, nunca ha sido pródiga en reconocer a sus hijos más ilustres. José Tejada Martín “Pepe Marchena”, figura indiscutible no solo a nivel nacional, sino mundial, se merecía, desde hacía tiempo, aquel reconocimiento que se le hizo. Pero creemos que, igualmente, José Lebrón López “Pepe Palanca” y Melchor Jiménez Torres “Melchor de Marchena”, habían llevado a gala el nombre de su pueblo y habían demostrado a estas alturas de siglo una capacidad artística suficiente como para haber tenido el reconocimiento en vida que merecían.
Tampoco, queremos desdeñar a artistas que, en cualquier otro lugar, hubiesen tenido una mayor consideración, no solo por las autoridades que han marcado la política y el devenir de Marchena a lo largo de los años, sino de los propios aficionados a nuestro inédito arte. Hablamos de Josefa Torres “La Gilica”, su hijo Juan Jiménez “El Cuacua”, “Pepe el de la Flamenca”, Josefa Ramos “Niña de Marchena”, Manuel Fernández “Titi de Marchena”… y otros más recientes como Juan Pliego “El Caeno”, Manolo Cobano… y sin lugar a dudas a Enrique de Melchor.
Pepe Palanca
A veces, nos cuesta entender, quienes defendemos nuestras raíces, quienes consideramos que los valores inmateriales, que tanto costaron desarrollar como ocurre con el flamenco, sean menospreciados por nuestros herederos vitales. No llegamos a comprender que no sean puestos en valor como ocurre con aquellos restos materiales, igualmente sujetos de patrimonio, sobrevenidos de hace cientos, miles de años, que se alejan en la memoria de los tiempos y reciben mayor consideración. Aún, la historia cercana del flamenco, podemos alcanzar con la mirada, el recuerdo, la herencia que dejaron; todavía están presentes familiares cercanos, como para recoger su legado con cierta frescura y tratar de conservarlo. “La añoranza, cuando no se emplea con cierta inteligencia, no ennoblece la actitud de los pueblos”. Aún no es tarde, para recuperar ese patrimonio que desarrolló Marchena, respecto al flamenco a lo largo de casi dos siglos y medio que tiene de vida. Existen recursos y medios para lograrlo.
Pero sigamos con la España de 1953 y los nuevos proyectos del recién nombrado Hijo Predilecto de Marchena, que se encuentra en la capital de España, a inicios de primavera, para presentar, el 4 de abril, una nueva obra “Entre mujeres y flores”. El espectáculo se estrenaría en el Teatro de la Zarzuela y como hiciera en años anteriores, Pepe, se rodea de un elenco en el que la mayoría lo forman mujeres: figura fija es la gran artista Mercedes Chacón; suman Choni Rodríguez, Antonia Fuentes, Conchita Martín y Mercedes Borrul, hija y nieta de una saga de guitarristas, “Los Borrull”, a la que llaman “La Gitana Blanca”, gran bailaora, actriz y cantante, que se retiraría, en pleno apogeo de éxitos, al casarse con el conde Moix.
Terminado el contrato en la capital madrileña, el 20 de abril, se homenajea a Marchena y a sus acompañantes; aquella noche la Compañía hace su última función. A continuación comienza una gira por todo el levante español: Alicante, Murcia… El éxito va en ascenso, a pesar de que este tipo de varietés copla-flamenco esté en un difícil momento; Eugenio Cobo (escritor y flamencólogo), nos trae una reseña del cantaor Antonio Piñana que asistiría como público en su ciudad natal, Cartagena, para ver el espectáculo de Marchena. Piñana, fue un cantaor que debemos incluir dentro del clasismo y la ortodoxia flamenca; sin embargo, no le dolieron prendas para reconocer y declarar la valía del artista marchenero: “Mucho tiempo pasará sin que se nos borre de nuestros sentimientos de aficionados todo el cante que le escuchamos a este insuperable artista. Aunque existan otros géneros, no pueden llegarle de manera alguna a Pepe Marchena, un artista que lleva 30 años dedicado a cantar flamenco y por el camino de la verdad…” Estas declaraciones, venidas de quien vienen, demuestran el respeto y el valor que Pepe mantenía no solo ante los aficionados sino entre los propios artistas.
Mercedes Borrull, actriz, cantante---
El 23 de abril, seguramente en los preparativos de la gira por levante, sale publicado en el diario “Pueblo” y en la revista “7 fechas” un comunicado: “Pepe Marchena, el gran cantaor se dispone a marchar a Pakistán para dar unas conferencias sobre el cante español en Karachi”. Sin embargo, no tenemos referencias de este viaje, en estas fechas. Conocemos que viajaría a la populosa ciudad de Pakistán en 1960 y a Israel en 1969, pero, de eso hablaremos más adelante. El espectáculo-obra de la Compañía de Marchena, “Entre mujeres y flores”, aún tendría vigencia durante 3 o 4 meses. Cuentan sus biógrafos que el título de la obra está inspirado y sacado del “Romance a Córdoba”, donde uno de sus versos dice “… entre mujeres y flores pasaban los domadores…” (pueden escucharlo para recordar). Dicen que, Pepe, fue un enamorado de las flores, debió tener una sensibilidad superlativa, muchos versos de sus fandangos y romances están dedicados a ellas. Así nos lo refrendaba en “Memorias del Pali” que escribiera José María Gómez en una serie de artículos para el Correo de Andalucía durante los años 80. En uno, Paco Palacios “El Pali”, contaba: “… estando yo con el poeta Francisco de la Cal Morilla “Conde de Marchena” y otros amigos en el chalé de Pepe, ocurrió que, en un momento dado, Pepe, se ausentó. Le buscamos y, al cabo, lo encontramos cantándole a las flores de su jardín”.
Mientras a finales de primavera, en Madrid, en el teatro Lope de Vega de la Gran Vía madrileña triunfa Antoñita Moreno, la gran artista española del momento, la que copa todas las portadas de revistas y prensa y la que en breve, para el próximo año, formará pareja cinematográfica con nuestro artista marchenero en su última película. Pero no adelantemos acontecimientos: Estamos en el verano de 1953 y Pepe, daría otra vuelta de tuerca a su Compañía, ahora tocaba recorrer las plazas de toros, teatros al aire libre… y recurrió a contratar a Canalejas de Puerto Real y a Juanito Varea, dos figuras del flamenco en aquellos momentos, para representar la obra titulada “Así se canta”. El elenco se completaría con las guitarras de Benito de Mérida y Pedro Montoya y las cantaoras Niña de Castro, Rafaela de Córdoba, Mary Santa Cruz, Antonia Salinas, Ely de Córdoba… Se representó por primera vez el 4 de julio en la plaza de toros de Las Arenas de Barcelona. El diario de la tarde “La prensa” lo aclamaba: “Pepe Marchena, el cantaor de flamenco que más ha llegado a las masas de España y del extranjero”. Después haría un recorrido por toda España, actuando durante varios días de julio en la plaza de toros de Valencia, con mucho éxito como lo reflejaba el diario “Jornada” de la prensa valenciana durante varios días, sobre todo en los recintos de las provincias andaluzas.
Francisco de la Cal, "Conde de Marchena"
Por fin, el 26 de septiembre de 1953 se firmaba, finalmente, el denominado “Pacto de Madrid” en el que EE. UU. lograba su objetivo, poder instalar una serie de bases militares en territorio español (Rota, Morón, San Pablo, Torrejón de Ardoz, Sanjurjo y Valenzuela) más dos arsenales y depósitos de combustible en los puertos del Ferrol y Cartagena. A cambio los Estados Unidos de América nos concederían una ayuda económica que, y éste es un elemento sorprendente del Pacto, quedaba sin determinar. A día de hoy, todavía no se ha llegado a saber la cifra total de la ayuda americana. Además, de aquella ayuda, una gran parte, el 60%, iba destinada a financiar la construcción de las bases militares americanas, más un 10% para los gastos administrativos estadounidenses en España. Al final, solo el 30% restante sería para que el gobierno español invirtiera en transporte, comunicaciones e industrias defensivas; siempre supervisado por los EEUU. Igualmente, se obligaba al gobierno español a introducir medidas liberalizadoras en la economía española. Pero solo se vieron leves reformas; pues, el Régimen seguiría empecinado en continuar su condición autárquica. Personalmente, creemos que aquello del Plan Marshall, al final fue un fiasco, un engaño por parte de los Estados Unidos, que solapadamente callaron las lenguas del resto de Europa sobre su opinión hacia la España dictatorial de Franco y cuyo único fin era conseguir instalar sus bases en nuestro territorio.
A Pepe le quedan tres meses para cumplir los 50, acaba de terminar la gira por toda España, descansa en Madrid y es entrevistado por el periódico semanal “7 fechas” que le pregunta sobre el resultado de gira, las ciudades que ha recorrido… Pepe está eufórico, al menos eso demuestra y dice que ha sido todo un gran éxito, que se encuentra fenomenal y que tiene ofertas de cine del director Cesáreo González para hacer dos películas. Una con Lola Flores y otra con Gracia de Triana que vendría de América para trabajar con él. La prensa le despide y le deja en compañía de su representante y secretario, entonces, José Martínez (Cepero).