Manolo Cobano, la afición convertida en arte. II

Eduardo Ternero - domingo,  17 de julio de 2022

Ya hablamos de la niñez y juventud de Manolo Cobano, de parte de su vida, su aprendizaje de la guitarra… y nos quedamos en la apertura de su bar, los aficionados y artistas que solían pasar por allí para echar un buen rato, ensayar o acoplarse para eventos o actuaciones previstas. 

Por entonces, en Marchena, al igual que en muchos pueblos, había muy buenos aficionados, muchas tascas y tabernas donde se escuchaba flamenco. Al bar Cobano asistían  muchos de aquellos que  les gustaba echar un rato de cante. En muchas ocasiones eran los hermanos “Calichi”, Manolo y Pepe Sánchez Puerto, que cantaban muy bien, Manolo por soleá y Pepe lo hacía de lujo por seguiriyas y fandangos. También se dejaban ver por allí, muy a menudo, Ramón Sevillano “Manchado” y Modesto Cortés a los que  Cobano apreciaba mucho y con los que compartía no solo las horas del bar sino que muchos fines de semana se desplazaban con toda su familia al chalet de José Cobano, hermano de Manolo, y allí, las tres o cuatro familias, comían y echaban buenos ratos de flamenco. Cobano siempre decía que Modesto (padre de Antonio Cortés, directivo de nuestra Peña Flamenca) tenía un compás como había visto a pocos.

Recital en el Planelles

Homenaje a Palanca

Pero en el bar no todo era cante, también había que trabajar tras la barra ya que  muchos  se acercaban a su establecimiento para degustar sus buenas tapas y disfrutar del ambiente que se vivía en los bares de antaño. En el bar de Cobano se servían desde carnes, buenos embutidos, gambas al ajillo… y sobre todo las cabrillas y los caracoles. Tanto era así que hasta Brasil llevaron  sus tapas estrellas (caracoles y cabrillas), una familia que vino por Marchena y que era residente en el país carioca. 

Manolo Cobano fue un guitarrista que actuó por toda la comarca, sobre todo en Fuentes de Andalucía de donde era su amigo íntimo el cantaor fontaniego José Navarro “Zacarías” “El Niño de Fuentes”, al que Pepe Marchena llevaría por temporadas en su compañía por toda España. Cobano y Zacarías asistirían juntos a muchos concursos, festivales o fiestas particulares. Allí mismo, en Fuentes de Andalucía, actuaría muchas veces contratado por el notario de la localidad D. Isidoro Lora Tamayo que era un gran aficionado al flamenco y porque era gran amigo y un admirador de la forma de tocar Manolo Cobano. A esas juergas o celebraciones  flamencas  asistían también  Juan el “Caeno”, Manuel Corona y algún otro cantaor marchenero. Al caer la noche partían  de Marchena en un taxi que les ponía el notario, pero Manolo Cobano prefería que lo llevara su yerno José López, porque cuando ya la cosa se ponía “madurita”, a las tantas de la madrugada, cuando los efluvios de los líquidos iban haciendo su efecto, Manolo le hacía una señal a Pepe, su yerno, y se quitaban de en medio. Con el taxi tenían que aguantar lo que diera la noche.


Otras veces era solicitada su presencia en la Peña Flamenca de Fuentes de Andalucía para tocar a los distintos cantaores que pasaban por allí. José López, que asistió muchas veces, lo corrobora y nos da nombres y reseñas;  como cuando acompañó a Manuel Carpio Gallardo “Garbanzo de Jerez”. Durante esos años, coincidencias de la vida, un sobrino de Cobano, Virginio García Cobano, se estableció en Fuentes y sería presidente de la Peña Flamenca. En Fuentes de Andalucía le querían tanto a Manolo Cobano que,  Antonio Caro “Garbancito” un personaje que colabora con todo, hijo predilecto de su pueblo, al que el Ayuntamiento fantaniego ha tenido a bien rotular una calle a su nombre y que ahora vive en Marchena  recopilaría fotos y recuerdos de las actuaciones de nuestro guitarrista marchenero; material que fue cedido al Ayuntamiento de Fuentes y allí, hasta que lo rescatemos, está guardado por ahora.

Acompañando a Perea el Panadero

Con Rubito de Paradas

Manolo se movió, como dijimos, por toda la comarca acompañando a muchos artistas: en Carmona, Morón, Osuna, Estepa…  En la Roda de Andalucía le tocaría a Ricardo Fernández “Marchenita y José Fernández “Clavero”.  En Arahal le tocaría a Antonio Martín “Niño de Arahal”. En Paradas sería contratado por la que hoy es la Peña Flamenca Miguel Vargas, acompañando a muchos artistas en su Semana Cultural. En Puebla de Cazalla a Diego Clavel y Menese. En Villanueva de San Juan, fue llamado con urgencia, ya que el guitarrista que debía tocarle a Pepe Marchena se había puesto enfermo. Manolo Cobano, cerró el bar, se preparó y lo haría perfectamente dentro del nerviosismo y la alegría que tenía en el cuerpo por acompañar al “Maestro”.

Además, Cobano, sería uno de los guitarristas asiduos a la Fiesta de la Guitarra de Marchena desde sus inicios en 1967, actuando en muchas ocasiones y acompañando a cantaores marcheneros como Juan el “Caeno” y a  figuras consagradas como Rubito de Paradas, el Cabrero… Por ejemplo en la Fiesta de la Guitarra de 1971 las tres guitarras del cartel eran Melchor de Marchena, Enrique de Melchor y Manolo Cobano y los cantaores eran Pepe Marchena, Fosforito, Menese, Manuel Mairena y el Changuito. Actuaría, asimismo, en muchos festivales y homenajes a cantaores ilustres como el de Pepe Palanca en el que acompañaría,  al igual que su hijo Antonio,  a una pléyade de grandes cantaores entre los que estaban Diego Clavel, Rerre de los Palacios, Juanito Maravillas, etc.

 Con el Cabrero

Con Pepe Marchena

Manolo Cobano se encontraba muy a gusto tocando por seguiriyas y por soleá, aunque se movía entre muchos palos flamencos. En su vida tuvo varias  guitarras: una que le traería Melchor de Madrid, otras dos de guitarreros de Córdoba: una de Montero y otra de Manuel Reyes con la que acompañó a Pepe Marchena y que prestaría en alguna ocasión a Enrique de Melchor,  por la suavidad de sus cuerdas y sobre todo cuando Enrique  actuaba en solitario. Además, Manolo, tenía otra más “normalita”  para las batallas diarias y para practicar.

 A lo largo de su vida, el reuma que padecía en las manos, le imposibilitaba  realizar con total soltura lo que le hubiera gustado hacer en el mundo de la guitarra. Tanto es así que, la mayoría de las veces que tenía que actuar en algún evento o festival, acudiría a medicamentarse con antiinflamatorios para poder mover las manos con total garantía. Muchos de los que le conocieron afirman que, si no hubiese padecido ese mal, hubiera conseguido alcanzar cotas más altas en el mundo flamenco de la guitarra.

De sus descendientes, a los que inculcó su amor por el flamenco, su  hijo Antonio  aprendió de su padre y ejerció como guitarrista durante muchos años, pero no ha continuado como profesional de la sonanta. Entre sus nietos, Rubén Martín Fernández Cobano (Mey), está muy vinculado al mundo de la guitarra y de la  música. Se mueve entre su alumnado y su grupo musical; Pero, además de su faceta  como hostelero ¿mayor herencia?, comparte su tiempo en composiciones y actuaciones.

“Mey” nos recuerda: “Tuve una vinculación muy estrecha con mi abuelo Manolo;  te hacía sentir  esa afición hacia la guitarra. Le recuerdo que siempre que estaba en casa estaba tocando. Siendo pequeños, a mis primos Noelia, Jorge y a mí, nos plantó una guitarra en las manos y comenzó a enseñarnos sus secretos. Por desgracia enfermó y  falleció pronto y no pudo continuar, como hubiésemos querido”.  Noelia y Jorge se iniciaron con él y siguieron aprendiendo de Tate Cortés, de Melchor Chico… y han dado pasos en el flamenco con diversas actuaciones y continúan con la afición por la guitarra.  Ellos mismos inculcarían a su hermano José el toque y el amor por la sonanta  que les había transmitido su abuelo.

Manuel Cobano Márquez, conocido Manolo Cobano, un insigne y digno guitarrista marchenero, murió en Marchena, el 11 de Enero de 1991, a los 65 años,  de un infarto de miocardio.

NOTA: Gracias a la información y la documentación recibida por José López Pérez (su yerno) miembro de nuestra Peña,  sin la cual hubiese sido imposible realizar este trabajo sobre Manuel Cobano.