El Niño de las Marianas

Eduardo Ternero - domingo, 27 de noviembre de 2022

“Niño de las Marianas” fue el remoquete de Luis López Benítez, un cantaor notable, nacido en Sevilla en 1889. El apodo de Niño de las Marianas le vino por atribuirse la paternidad de ese cante homónimo y la asiduidad con que cantaba este palo flamenco. Su afición al cante le llegaría muy pronto, ya que al estar dotado de una garganta privilegiada para cantar, empezaría por actuar en los coros religiosos del colegio, donde tendría actuaciones destacadas.  Aunque su verdadero debut sería en la feria de Sevilla en 1913, en el Prado de San Sebastián, con apenas 14 años. Sus acompañantes fueron Baquerito “Niño de la Luna” que iba también de cantaor y Juan el Ciego que era el guitarrista. Por aquel entonces llegó a cobrar 2’50 pesetas, que para unos chavales era un buen sueldo.

Su hijo Luis Maravilla, un gran guitarrista, comentaría en los años 90 acerca de su padre: “Mi padre, con 16 años, escuchó cantar por las calles de Sevilla a unos gitanos húngaros que llevaban una cabra llamada Mariana y la hacían subir por una escalera y moverse a saltitos. Estos húngaros bailaban y cantaban con el pandero, deambulando por todas las tierras andaluzas. Él, al escuchar la música que hacía aquella  gente exótica, le gustó tanto que se le quedó la melodía en la cabeza y, poco a poco, fue aflamencándola, metiéndola con sonidos de tientos-tangos; más tarde le pondría la letra adecuada y así surgió el cante por Marianas. A partir de ahí mi padre fue cantándola por los puestos de agua que se instalaban durante los veranos en el Prado de San Sebastián. La gente, de escucharle, le bautizaron con el nombre  del Niño de las Marianas y aquel recién horneado cante se puso de moda y muchos lo grabaron antes que él, como el Diana, el Mochuelo, La Rubia… hasta que en 1910, ante la petición del publico las grabaría él mismo en la ‘Voz de su Amo’. Tendría, entonces, mi padre  unos 20 años y una extensa trayectoria y repertorio suficiente.”

Niño de las Marianas  

Tras ser reconocido por el público sevillano, y ya cuajado como cantaor, debutaría en Linares, donde tuvo un gran éxito, lo que le valió que le siguiesen contratando por muchos puntos de Andalucía y a continuación sería contratado en el Café Novedades de Sevilla. Ya en la capital hispalense actuaría con artistas consagrados como Manuel Torre o Niño Medina, con quienes,  además de compartir escenario, establecería una gran amistad. Eso no quita que entre ellos, cada noche existiera una rivalidad para llevarse el aplauso más grande del público.  Lo que ocurría entonces en aquellos cafés cantantes es que muchos de los cantaores se especializaban en uno o dos cantes que eran los que enfervorizaban a sus seguidores. Así, Torre podía llevarse el gato al agua cantando por seguiriya, farruca…, mientras que Medina lo hacía por garrotín, peteneras y Luis se decantaría seguramente por “sus” marianas y seguramente otro cante que podría ser por malagueñas, pues también consiguió, Luis, darle un toque muy personal.

En 1910, con apenas 21, años se traslada a Madrid, para grabar junto con Ramón Montoya a la guitarra. En sus discos grabaría ya las Marianas y además otros cantes donde se vería la influencia de los grandes de la época, de los que tomaría sus mejores estilos, como le pasaría con las malagueñas de El Canario, Fosforito “El Viejo”, La Trini, El Mellizo, Chacón o Juan Breva. Sin embargo, él no se quedaba ahí, intentó imponer su impronta en este cante y lo hizo, al igual que otro al que llamó “Asturianada”, con el sonido de un cante que él había escuchado por esa región norteña y que aflamencó, aunque, este palo, quedaría perdido en el tiempo y nadie lo ha vuelto a sacar a relucir.

Cepero con Luis Maravilla  

A partir de sacar sus grabaciones, la fama le llegó y eso le hizo viajar a Hispanoamérica, donde recorrería muchos de los países latinoamericanos  con un espectáculo titulado “Tapices Españoles”. Volvería de nuevo a España para actuar en Madrid en varios colmaos, teatros y fiestas, donde se codearía con las figuras del momento como Chacón, El Gloria, Vallejo, La Niña de los Peines, Cepero…,  siendo los tocaores que más asiduamente le acompañaron a lo largo de todo su periplo, no solo en los eventos sino también en las grabaciones: Juan Gandulla, Borrull padre, Pepe “el Ecijano”, Ramón Montoya, Luis Molina, Javier Molina, “el Gordito de Linares”, Frasquito de Linares y en los últimos años su hijo, Luis Maravilla. Y muchas bailaoras que le acompañaron como Juana “la Macarrona”, “la Malena”, “la Sorda”, “la Roteña”, “las hermanas Coquinera”… y bailaores como “Faico”, “Mojigongo”, “el Raspao”, Juan Sánchez el “Estampío” y Francisco León “Frasquillo”. Así sería hasta su retirada en los años cincuenta, demostrando que era un gran estilista, que dominaba un buen repertorio de cantes  y por todo ello fue un cantaor muy admirado por los públicos.

El Niño de las Marianas era, como casi todos los artistas del momento, un seguidor y admirador de D. Antonio Chacón y de la Niña de los Peines. De Chacón diría que era el mejor cantaor que ha existido en todos los tiempos. Cuenta una anécdota que le ocurrió precisamente con Chacón: “Siendo yo un principiante, en cierta ocasión me permití hacer gestos negativos con la cabeza mientras don Antonio cantaba un mirabrás. Esto me costó una escena violenta con el maestro. Chacón no admitía nada de los principiantes. Pero escuchó razones, me prestó mucha atención y terminamos grandes amigos para siempre”. Respecto de Pastora, aseguraba que, ni antes ni después, existiría una cantaora con la sabiduría de la Niña de los Peines, para él era el auténtico fenómeno del siglo. 

González Climent con Fosforito  

El Niño de las Marianas fue un hombre crítico, que no compartió lo que le estaba ocurriendo al flamenco con la llegada de la Ópera Flamenca, así lo explicaba en una entrevista que le hizo González Climent: “… en los días que corren no hay real afición por los cantes viejos. Hoy podría suceder lo que le sucedió a don Antonio Chacón en sus últimos tiempos, en su Jerez, donde llegaron a abuchearle. “ En este mismo sentido comentaba: “Pepe Marchena ha envenenado a toda la juventud flamenca de nuestros días. Sabe mucho de cante, pero lo desvirtúa más. Eso es lo que piensan la mayoría de los cantaores y buenos aficionados.” Nosotros opinamos que el Niño de las Marianas tendría su criterio y sus gustos, pero respecto a Marchena se equivocó, los aficionados le siguieron en masa y le siguen admirando 50 años después de su muerte.

Luis López “Niño de las Marianas”, también hacía una crítica de la actualidad flamenca que le tocó vivir, en la que afirmaba que los cantaores jóvenes que él venía escuchando (estamos en los años 60 del siglo XX), todos cantan igual. Decía que el flamenco estaba sufriendo una crisis, que anteriormente había mayor diversidad, cada cantaor se especializaba en un determinado cante, en un estilo concreto, aunque dominara muchos de los otros palos. Eso suponía que entre los aficionados hubiese más competencia y por ende mayor supremacía del flamenco entre el público. Pese a todo, él, tenía la esperanza de que fuese algo pasajero, que el flamenco se levantaría por sí mismo.

También se atrevió a opinar y discrepar acerca de las alegrías de Córdoba y engrandecía la soleá de Triana y de Alcalá por encima de todas, aunque no desmerece las de Jerez y Cádiz. Respecto a la seguiriya, admite que Manuel Torre quizá haya sido el mejor seguiriyero que haya existido, al igual que lo fuera Silverio, aunque no sabemos cómo cantaba. Del fandango dejó dicho: “para decirlo de forma breve, un ‘cante de criadas’, un palo que canta todo el mundo, no sirve para nada. En cambio, la malagueña es un cante profundo, que no llega a ser grande, pero es el más interesante de los cantes chicos”

Pensamos que Luis erraba en muchas de sus declaraciones; pero para hacer una crítica hay que ponerse en contexto, y saber en la etapa de su vida en la que las hizo y como se encontraba el flamenco en aquellos momentos, hablamos de los años 50-60, ya que el cantaor Luis López Benítez, “Niño de las Marianas”, murió en Madrid en 1963.

Niño de Las Marianas  · Madrecita de Mi Alma · Marianas-Tangos

 Guitarra: Ramón Montoya

Grandes Clásicos del Cante Flamenco, Vol. 19

JOSÉ CEPERO, CANTA POR FANDANGOS, GUITARRA: LUIS MARAVILLA

 The Best Collection. History Of Flamenco Vol. 28