Melchor de Marchena (III)

Eduardo Ternero - sábado,  7 de mayo de 2022

Habíamos concluido el artículo anterior anunciando la I Fiesta de la Guitarra, hemos conocido las mejores grabaciones de Melchor durante los años 60, sin dejar de acompañar a los mejores artistas del momento como Menese, Chocolate, Luisa Ortega, Niños León, Pepe Pinto,  etc. Melchor, continuaba con su familia viviendo en Madrid, aunque no dejaba de visitar periódicamente Marchena. 

En el año 1968 grabaría con  Manolo Caracol  íntegramente un doble álbum titulado “Una historia del Cante”. Además Melchor de Marchena continuará hasta el año 1970 trabajando en “Los Canasteros”, alternando sus actuaciones con grabaciones y continuos viajes de gira; empero, ya su hijo Enrique – con apenas 20 años –, ya había ocupado su lugar en el mundo del flamenco, mientras Melchor era ya un hombre sexagenario. 

Una de las últimas fotos de Melchor 

La historia del flamenco, como todos sabemos, ha pasado por diferentes etapas y formas de entenderlo. Como muchos sabréis, a mediados de los años 50 del siglo pasado, empezaron a conformarse los primeros festivales flamencos. Ya estaba en decadencia la Ópera Flamenca y  empezaba a reinar otra forma de entender el flamenco, además de la vanguardia mairenista y la vuelta a lo clásico, al purismo. Ahora se habilitan grandes plazas,  patios de colegios,  palacios antiguos…, para dar cabida a un ávido público y numerosos aficionados. Casi todos los festivales que van surgiendo se hacen en fechas estivales el primero de ellos y que serviría de modelo para otros fue el Potaje de Utrera, organizado por la Hermandad Gitana de Utrera (1957), después vendrían, por orden de antigüedad, el de Arcos de la Frontera, el festival de Cante Jondo de Mairena del Alcor, el de Cante Grande de Écija, El Gazpacho de Morón,  la Caracolá de Lebrija…, hasta la llegada de la I Fiesta de la Guitarra de Marchena en 1967.  Melchor, en aquellos años, estaba considerado como  uno de los guitarristas fijos para acompañar a un gran número de artistas que por entonces copaban los carteles de los mejores festivales de toda España. 

La idea de la Fiesta de la Guitarra partió de Emilio “del Aguardiente” entonces  Concejal de Festejos del Ayuntamiento de Marchena,  gran aficionado al flamenco e íntimo  amigo de Melchor con quien se pondría a organizarla para que su celebración tuviera lugar durante el verano de 1967. Tras su aprobación en pleno municipal con fecha 23 de Junio de aquel mismo año,  el alcalde de la corporación, Francisco Aguilar Morales y Emilio viajaron a Madrid para contratar a los artistas marcheneros que allí residían. Así el día 5 de Agosto de 1967 en la Plaza del 18 de Julio entonces,  hoy Plaza de nuestro Ayuntamiento, se celebraría la I Fiesta de la Guitarra. 

Melchor con Naranjito de Triana 

Se abriría el evento con la presentación y  comentarios del abogado Luis Camacho  acerca de la Guitarra y su repercusión en Marchena. El cartel era el más granado que podía completarse en aquellos momentos: Al cante: Fosforito, Menese, Manuel Mairena, Chocolate, Pepe Palanca, Juan el Caeno, entre otros. Las guitarras serían las de Melchor de Marchena, Enrique de Melchor, Juan Carmona “Habichuela”, Diego del Gastor, El Sevillano y Manuel Cobano. El baile estaría a cargo de Matilde Coral, Rafael “el Negro”, Fernandillo  el “Gitano” y el cuadro “Feria de Abril”. 

La Fiesta de la Guitarra nació como hemos dicho para homenajear el auge y la repercusión  de la sonanta en Marchena, sobre todo a la figura de Melchor de Marchena. Más tarde sería su hijo Enrique quien se erigiría en protagonista  y Manolo Cobano que actuaría en muchas ocasiones. Pero además muchos otros artistas actuarían a lo largo de la historia del festival y como no Pepe Marchena, Palanca, y todas las mejores figuras del momento además de nuestro paisano Juan el Caeno hasta que, en el año 1972, dejara de celebrarse, entendemos por falta de recursos o  cuestión de prioridades. 

Nuestra Fiesta de la Guitarra no se reanudaría hasta el 1980; con la llegada de los Ayuntamientos democráticos se retomó con fuerza y la Corporación Municipal tuvo a bien iniciarla dedicándole el primer año de la reanudación a la Memoria de Melchor Jiménez Torres, “Melchor de Marchena”, que había muerto hacía poco.

Durante esta segunda etapa de la Fiesta de la Guitarra, se celebraría en muchas ocasiones en la antigua Plaza de Arriba, lo que daría lugar a un evento demasiado multitudinario pero en el que actuarían las las mejores figuras del momento: El Cabrero, Camarón de la Isla, Menese, Calixto Sánchez, El Cabrero, Luis de Córdoba, Naranjito de Triana, José Mercé, José el de la Tomasa, Chano Lobato, Miguel Vargas, Diego Clavel, Chiquetete, Aurora Vargas, Lole y Manuel, “el Pele” o Arcangel, además de  cantaores marcheneros: como Juan el Caeno, José F. Gago, Curro Cueto, Rafael de los Reyes, … y las guitarras cuasi fijas de los marcheneros  Enrique de Melchor, Manolo Cobano, Tate Cortés, Melchor Chico, José Luis Postigo…En definitiva, la Fiesta de la Guitarra de Marchena nació al amparo de los virtuosos guitarristas marcheneros, pero sobre todo en claro homenaje a la enorme figura de Melchor Jiménez Torres, a su hijo Enrique  y a todos los que  han llevado el nombre de Marchena con el toque de la sonanta por todos los rincones de la geografía mundial. 

Enrique con Juan El Caeno en la Fiesta de la Guitarra 

Continuemos con la vida y la historia de Melchor, pues  no cabe duda que fue un gran artista  y  jamás  buscó ser el protagonista, todo lo contrario, siempre dejaría ese lugar para el lucimiento del cantaor. Si bien es cierto que, por la gran mayoría de los cantaores y compañeros en el arte de las seis cuerdas, estaba considerado como un verdadero creador,  que fue capaz de inventar muchas  de las falsetas que hoy se  ejecutan  con  total  vigencia y que  se ponen a menudo en valor. No en vano, su forma de interpretar, su acompañamiento de guitarra han llegado a crear escuela, una corriente  que han seguido multitud de guitarristas de todo el mundo y sobre todo su hijo, el no menos creativo Enrique de Melchor, con quien  en  1973  grabaría un disco titulado “Tesoros de la Guitarra Gitana”. 

Luis Suarez Ávila, gran investigador y flamencólogo del Puerto de Santa María, siendo un chaval y con enormes ganas de aprender decía: “…conocí a Melchor en el bar Pinto.  Allí, escuchar a Pastora, Mairena, Chocolate… acompañados por Melchor era una fuente de saber. Aquellas juergas eran como clases maestras impartidas por monstruos del flamenco jaleados por Tomás Torre y Juan Barcelona”. 

A partir de ahí, cuenta Suárez Ávila, les seguiría cuando se acercaban a los Puertos (Sanlúcar, P. de Santa María Cádiz), a  escuchar y recoger  los soníos más antiguos del Negro del Puerto, de Agujetas el Viejo, de Alonso el del Cepillo y de otros muchos artistas que pululaban por la provincia gaditana. En esta ardua tarea andaba metido Mairena con Melchor, con el fin de recuperar las atávicas raíces del flamenco. Fueron años de buscar por los rincones del tiempo los sonios jondos que permanecía anclados en la garganta de muchos que, como otras veces hemos comentado, los guardaban en el cofre de su memoria y se había mantenido oculto durante casi medio siglo, el tiempo que estuvo en cartel la Ópera Flamenca. 

Monumento a los Melchores 

El flamencólogo José  María  Velázquez Gaztelu,  en su programa Rito y Geografía del Cante, diría en   enero  de  1973:  “…es  un  ejemplo  de  guitarrista  que, conservando  los  viejos  moldes,  no  está  totalmente  identificado  con  las  actuales tendencias, siendo el preferido  por  los  maestros  del cante  del  pasado y  el guitarrista más solicitado  hoy en día"

Melchor Jiménez Torres, “Melchor de Marchena” murió en Madrid el 12 de Marzo de 1980 a los 73 años y  fue enterrado en Marchena. 

Como homenaje a todos los Melchores, a toda la saga y genios de la guitarra,  la Fundación Secretariado Gitano en Andalucía, la Peña Flamenca de Marchena junto con el Ayuntamiento de la localidad tuvieron a bien, en Enero de 2019, rotular una plaza en el centro de la Localidad  con el nombre de Plaza de los Melchores  y erigir un monumento alegórico  para conmemorar la difusión del flamenco mediante los sonidos de la Guitarra  por todo el mundo, sobre todo para que no se olvide esta saga de artistas que ha llevado orgulloso el nombre de nuestro pueblo.