El divino Palanca II

Eduardo Ternero - sábado, 18 de diciembre de 2021

Dejamos la vida y obra de Pepe Palanca, la semana pasada, en el momento en que se inicia la Guerra Civil española.  Durante ese periodo (1936/39), hubo un parón en el flamenco, como en  todo. Una vez terminado el conflicto bélico, Pepe, volvería a cantar en el Monumental Cinema de Madrid y además recorrería toda la península y el norte africano. En 1941 se viene a Marchena con su amigo Juan Valderrama que las estaba pasando canutas (había pasado mucha hambre, diría Juan); aquí estuvieron en el pueblo hasta que Valderrama se repuso con la matanza que realizaba cada año la familia Palanca. 

Pepe Palanca (Madurez)

Pepe estaba en el momento cumbre de su carrera y continuaba sus visitas al protectorado español en Marruecos, donde siempre sería muy bien acogido. Al público africano y  militares, que aún permanecían en el norte marroquí,  gustaban sus maneras de cantar. Anunciaba  la “Gaceta de África”  “…actuación en el cine el “Español” (6 y 7 de marzo de 1931) una sola función (10’15) debut de la compañía de Cante Flamenco Pero Sanz, de la que forma parte el notable cantaor José Palanca”.

También, por esas fechas, grabaría seguiriyas, vidalitas, guajiras, tangos, bulerías, algunas canciones a la Virgen del Rocío y sobre todo fandangos, acompañado   por Ramón Montoya, José Revuelta, El Niño Ricardo y Manolo de Badajoz. Palanca, además de fue capaz de realizar creaciones propias y  sobre todo sería del todo original  a la hora de  rematar los fandangos, algo que en esos momentos era lo que el público demandada del flamenco; sobre todo por  el sentimiento en sus  letras, aquellas sentencias que ofrecían sus fandangos. 

De su vida personal debemos decir que Pepe siempre fue hombre soltero pero durante un tiempo convivió  con una mujer, Rocío, que había conocido en Madrid. Se vinieron a Marchena y juntos pusieron un bar en la calle “de las Torres”, hoy bar Carrillo. El negocio les fue  muy bien durante un par de  años, pero llegó un momento en el que sentimentalmente no se entendían y se separaron; los motivos, como dirían Dolores Abril y Juan Valderrama – sus íntimos amigos –, tal vez se descifre en la letra de sus fandangos; ahí podría estar la verdad de ese amor de Pepe Palanca que se frustró. 

Pepe Palanca (Vejez)

Fue un cantaor que ayudó y promocionó  a muchos jóvenes que empezaban en este difícil arte, como el caso de Juanito Valderrama (1941/42) al que dicen que le enseñó, al menos en sus inicios,  sus estilos fandangueros y fue su descubridor.  En 1944, participa en la Semana Flamenca, que se organiza en el Teatro Fuencarral, de Madrid, con Pepe Marchena y en 1947 participaría  en el espectáculo “Pasan las coplas”. 

Más tarde, entre los años 50 y 70 del siglo XX, en el declive de la  Ópera Flamenca y el nuevo renacer flamenco;  lo que se puede llamar la renovación de la pureza o vuelta al flamenco clásico,  participará (en 1965) en el II Concurso Nacional de Cartageneras, y formará parte  en un elenco flamenco, “Solera”, como invitado de honor. En estas fechas ya no puede atender a todos  los aficionados y festivales  en los que se le requiere,   pues se encuentra  ya  muy afectado por una grave enfermedad. 

A inicios de los setenta, cuando ya estaba muy delicado,  repartía  su vida entre Marchena, Lanjarón y Málaga.  Cuentan que en Córdoba, en uno de sus viajes,   fue a encontrarse y pudo escuchar a dos grandes e incipientes figuras del momento: El Pele y Camarón de la Isla y quedó tan  impresionado con la categoría musical de estos dos artistas que le llevaría  a decir: “el mundo del flamenco tiene seguro de continuidad”. 

En Marchena, en 1974, en el antiguo Cine Planelles, se  le daría un homenaje al que acudieron: El Rerre de los Palacios, Juan de la Loma, Antonio Canillas, El Perro de Paterna, Diego Clavel y Juanito Maravillas, entre tantos amigos del cante flamenco. 

El cante de Pepe Palanca es único, una forma de decir el fandango irrepetible, de una gran belleza, pero difícil de ejecutar, pues se requiere mucha fuerza en el cantaor y un vibrato característico. Cierto es que Palanca ha pasado a la historia del flamenco por su fandango, el 90 por  ciento de sus grabaciones son fandangos. En el resto de los palos del flamenco se defendería pero no destacaría, aunque algunos flamencólogos apuntan que el fandango lo ocupaba todo de tal manera que había pocas opciones. Pepe además tenía una sensibilidad especial para ganarse al público, hacía que las letras de sus fandangos llegaran al corazón de la gente; todo eso  le valió para recibir  la admiración de muchos escritores y artistas de su tiempo. 

Esquela de su fallecimiento

  

Los temas que más trataba en sus fandangos fueron el amor, los celos, la infidelidad…, al amor de una madre y en muchas de sus grabaciones también hace alusiones de recuerdos a  La Macarena,  a La Virgen del Rocío y a un amigo común, una especie de mecenas que les acogió a él y Juan Valderrama llamado Diego Piñero, un armador pesquero de Tarifa, al que ambos le dedicaron un pasodoble que está grabado. También Palanca aludiría y visitaría mucho La Línea de la Concepción, un pueblo que le querría y le admiraría siempre.

Hay críticos que se jactan de decir que Palanca recrearía unos fandangos que eran de Manuel Torre; sin embargo, si escuchamos ambas grabaciones podremos observar que el remate poco se parece al que hace el jerezano. Creemos que Pepe hizo una recreación y un estilo muy distinto al de Torre. Nuestro paisano Pepe Palanca, se ganó a pulso el estar en el Olimpo de los creadores del cante y sobre todo del mundo de los fandangueros por méritos propios al igual que Pepe Marchena, Vallejo, Caracol, Carbonerillo, el Sevillano, El Gloria, Pepe Pinto, Curruco de Algeciras, Cepero, el Niño de la Calza, Pepe Aznalcollar, Maravillas, Pichichi… 

La enfermedad no le da tregua y el cáncer de vejiga y de laringe le harían pisar varios  hospitales. Después de diferentes intervenciones para alargar la vida, tuvieron que  trasladarlo desde Málaga a Marchena y viendo su gravedad es enviado al hospital San Lázaro de Sevilla, donde falleció el 3 de septiembre de 1976. Cuatro meses después, el 4 de Diciembre,  su amigo y paisano  José Tejada Martín (Pepe Marchena), también dejaba este mundo; ambos nacieron con algo más de un mes de diferencia y ambos murieron de la misma enfermedad y el mismo fatídico otoño de aquel 1976. 

En el 2014 la XLI edición de la Fiesta de la Guitarra de Marchena tuvo a bien homenajear a Pepe Palanca. Fue un reconocimiento algo tardío pero merecidísimo, no en vano  grabaría  más de 30 discos y llevó la voz de Marchena por todos los rincones de la geografía española. 

Sin lugar a dudas, nuestro paisano José Lebrón López, “Pepe Palanca”, fue una de las grandes figuras del cante flamenco, del que aún se escuchan sus discos y mantiene seguidores por toda la geografía flamenca.

Un Clavel Se Le Antojó (Fandangos) · Miguel Borrull · Pepe Palanca