Otros cantaores almerienses del XIX

Eduardo Ternero - domingo, 14 de mayo de 2023

Ya hablamos del origen flamenco de Almería, hicimos un repaso por la provincia respecto al nacimiento del fandango almeriense, los cantes mineros… Durante esta primavera nos hemos dedicado a profundizar en el flamenco de toda la cuenca minera, desde Almería, Jaén y Murcia. Nos hemos familiarizado con cantes  como la taranta, el taranto, la minera… y los cantes de la Unión y Cartagena. A la par, hemos tratado de ir conociendo a los protagonistas que, a lo largo de estos dos siglos y poco, han logrado darle a esta zona una peculiar forma de hacer el flamenco.

Después del Ciego de la Playa y para concluir, hemos querido indagar en algunos de los primeros intérpretes que lograron sobresalir, aunque tengamos pocas referencias documentadas de ellos.

Pedro el “Morato”.- Pedro María Alonso Morata, es tal vez de los primeros que tengamos referencias. Nació en Vera hacia el año 1840-41 y fue depositado en el umbral de una casa de la calle Almería de Vera, propiedad del matrimonio Antonio Alonso y Ana María Morata, que se hicieron cargo de él. Desde joven se iría a trabajar a las minas de Utrilla, en la provincia de Teruel. Después, bajaría hacia el sur, cuando  comenzó el auge de la minería jiennense y murciana. Más tarde se instaló en la comarca  de la sierra de Almagrera  almeriense, para dedicarse a la buhonería y a la venta de verduras y frutas por las zonas mineras. Era una especie de  vendedor ambulante, que repartía su vida entre los pueblos de Vera, Antas, la Unión, etc.

Supuesta foto de Pedro el Morato

Dado su fama como cantaor, tocador y trovero, fue adquiriendo fama y fue conocido artísticamente como Pedro el “Morato” por su madre Ana Morata. Pedro tuvo como padrinos artísticos a “Rojo el Alpargatero” y al “Pajarito” con los que crearía algunos cantes, entre 1891 y 1902. Quienes han indagado en su vida creen que, en algún momento, emigró a América del Sur de donde volvió con una máquina cantora y otra vez se marcharía sin que se supiera nada más de él. Otros, como Luis Díaz,  escriben que Pedro fue apuñalado y muerto en 1915 por unos arrieros en  algún lugar de la zona minera; aunque, otros afirman que murió en una taberna, de una borrachera.

Muchos investigadores piensan que, Pedro el Morato, fue un hombre capaz de transformar el folclor almeriense en cante flamenco y de transportar los cantes desde la cuenca minera de Almería hacia la zona del Campo de Cartagena, al igual que lo hicieron muchos comerciantes y tartaneros de la época.   

El flamencólogo Ángel Álvarez Caballero va más allá y asevera que fue un creador, el auténtico genio, que innovó los estilos de levante como la taranta o el taranto en sus versiones más primitivas.

Libro de Ángel Álvarez Caballero

El “Cabogatero”.- con ese nombre se le conocería a Juan Martín, un cantaor almeriense nacido en Cabo de Gata en 1810. Al ser uno de los cantaores más antiguos del panorama almeriense se supone que fue uno de los pioneros, precursor y creador de estilos de fandangos,  tarantas y tarantos de Almería. También se estima que Juan sería uno de los primeros en llegar a ser profesional del cante y los trovos.

Durante su vida ejerció como pescadero y barrenero, por tanto  le tocaría vivir el apogeo de la minería almeriense. Poco más se sabe de su vida, solo  de oídas,  y los relatos y recuerdos que muchos de los antiguos mineros y posteriormente cantaores de la zona han ido recogiendo acerca de su oscura vida. De sus letras, de sus formas de cantar la taranta o el taranto y de su forma de hacer unos tipos de fandangos parecidos a los verdiales se conoce poco. Sin embargo,  se reafirma que se transmitieron oralmente de generación en generación y que deberían ser parecidos a aquellos que cantaría y grabaría el almeriense Manolo el de la Ribera en los años 70 del siglo XX. Por tanto debió ser un cantaor afamado en su época, ya que ha pasado a la historia y es reconocido por el mundo del flamenco.

Por los registros que existen sabemos  que su muerte se produjo en Serón, un pueblo almeriense  de la cuenca minera, en enero de 1880.

Pepe el “Marmolista”.- En un principio, hasta hace bien poco, se afirmaba que se llamaba José Luque Martín. Últimamente se ha investigado y descubierto que su verdadero nombre era José Sánchez; la verdad es que todos le llamaron “Pepe el Marmolista”, con total seguridad por el oficio de cantero, o cualquier otro relacionado con la minería, que ejerciera en la provincia de Almería. Como sus coetáneos y afamados cantaores, fue trovero y cantaor, nacido a mediados del XIX; pero no tenemos la fecha exacta de su nacimiento. Sí conocemos que estuvo actuando en el Teatro Principal, llamado también de la Reina, ubicado en Almería, acompañado a la guitarra por Gaspar Vivas (guitarrista que compuso “El Fandangillo” que es como el himno de Almería). También la prensa lo describe actuando en el Casino Almeriense, en 1887; además, se comenta que solía acompañarse el mismo con la sonanta, al igual que muchos cantaores de aquel siglo. Por entonces se anunciaba, y está en las hemerotecas, el “mano a mano” entre Manuel Reina “el Canario Chico”  y José Sánchez “el Marmolista”, una forma de hacer afición, por la rivalidad que suscitaban. Esa velada cantarían cartageneras, murcianas, malagueñas, guajiras, granadinas y los cantes almerienses, donde seguramente se incluirían la taranta, las mineras y los fandangos almerienses que aún no estaban definidos ni se conocían con esa denominación.  También actuaría en el Teatro Principal, en 1896, en una velada en la que se anunciaba entre otros al guitarrista Gaspar Vivas, Pepe el Cordobés, y al gran cantaor malacitano Juan Breva. Las crónicas de entonces concluían en que los artistas de la tierra no dejaron indiferente al público y cumplieron las expectativas a pesar de actuar junto al insigne cantaor de Vélez-Málaga.

 Serón, pueblo minero almeriense

No es de extrañar que, “Pepe el Marmolista”, diese el salto, como otros tantos intérpretes, troveros y cantaores, a la zona murciana de la Unión y Cartagena, donde se movían grandes fortunas en aquella época. Autores como Fernando el de Triana, Agustín Delgado o García Durán lo encumbran como uno de los precursores y  mejores fandangueros de las tierras almerienses. Su fandango, de estilo abandolao,  posiblemente fuera un antecesor  de la taranta que luego recrearían los mineros.

Chilares.-Por último vamos a hablar de Juan Abad Díaz, conocido en el mundo del flamenco con el remoquete de “Chilares”. Nació en Almería, en 1868, en el barrio marinero del Zapillo. Cuando solo tenía 9 años se quedó huérfano de madre y, debido al maltrato que ejerció sobre él su madrastra, se fue de casa y se iría a vivir con un tío paterno, que ejercía como sillero, del cual aprendería el oficio. 

Pero, como su afición era cantar, empezaría por recorrer desde muy pequeños los bares del barrio y luego por toda Almería, siendo considerado como un niño prodigio del cante. Como muchos otros troveros y cantaores almerienses, dado el apogeo minero de la Unión y Cartagena, aprovechó la llegada de  una Compañía de titiriteros a Almería para irse con ellos  al Levante español.

Gaspar Vivas en el Centro

Una vez en Murcia, el joven quiso conocer a Juan Grau “el Rojo el Alpargatero”, como sabemos, famoso en la región por su aportación al flamenco, el cual le conminaría a cantar en su café cantante “El Habanero” situado en Cartagena, alternando estas actuaciones con otras en el balneario de Archena y en el Café de la Villa de la Unión, en compañía del bailaor Juan Martínez Peñafiel  y su hija que estaba iniciándose en el baile. Así estuvo hasta los 20 años, ente Almería, la Unión y Cartagena.

Pero, quiso darse a conocer  y se marchó a Madrid; allí cantaría en el Café del Progreso una temporada. Dicen que era un joven apasionado, con diversidad de amores, y eso le llevaría a su desgracia. Cuentan que una madrugada de 1895, cuando solo contaba 27 años, el disparo de un marido celoso acabó con su vida. Las crónicas no dejan claro si fue en Madrid o Murcia; unos dicen que fue en Madrid tras una gran actuación en  el tablao el Progreso y otros que en Murcia. Nosotros nos fiaremos de la letra de un trovero: Ya no cantará Chilares/ en los bañitos de Archena/ porque le dieron un tiro/ entre Murcia y Cartagena.

A Chilares, se le considera un creador de palos levantinos junto al Rojo; por ejemplo, de la levantica, hacia 1889 y uno de los primeros cantaores profesionales  de los cantes de Almería.

Nos despedimos de los cantes de Levante y mineros de Almería recordando otros nombres de cantaores y cantaoras ilustres que hicieron historia: El “Pajarito”, La “Gabriela”, Paco “el Herrero”, Enrique el de los Vidales, El “Panocha”, El “Pechinela”, El “Patillas”, El “Recobero”, la “Roja”, Antonio el “Porcelana”, La “Calandría”…

Enrique Morente - A las minas del Romero (Cantes de Pedro el Morato) - Guitarra: Félix De Utrera