La mujer en el flamenco II
Eduardo Ternero - 24 de mayo de 2020
Continuamos haciendo un repaso a las mujeres más importantes habidas en el mundo del flamenco, anteriores a Pastora; es decir, nacidas con anterioridad al XX. Mujeres que merecen, cada una de ellas, un artículo, pero se desconocen muchos de los aspectos de sus vidas. Por desgracia, muchos de los datos que manejamos son elucubraciones, otros son hallazgos actuales que están modificando sus datos y reseñas, provocadas por constataciones, estudios de registros…, que los medios informáticos están facilitando.
“La Rubia de Málaga”
Francisca Colomer Sierra, nacida en Valladolid en 1861, es la famosa “Rubia de Málaga”, que con tres años se trasladó a Málaga. Recorrió, siendo aplaudida y querida por el público andaluz, toda la geografía andaluza, desde Huelva a Almería. Fue contratada por Silverio en el “Burrero” hasta caer en desgracia, porque su padre dio muerte de un navajazo al Canario (Manuel Reyes Osuna), cantaor de renombre que disputaba con ella en los tablaos. Para más inri, se casó con un sujeto de “vida complicada” al que llamaban “Pitillo”.
Despreciada y olvidada por el mismo público andaluz que anteriormente la aplaudía, tuvo que irse a Madrid, donde actuaría en numerosos cafés cantantes. Allí, no queda claro si se unió al “Mochuelo”; pues hasta hace poco se había confundido con Encarnación Santisteban, también llamada la “Rubia”. Desconocemos la fecha exacta de su muerte, se cree que en 1925. Según Fernando el de Triana, “…la cantaora de mejor voz que se había presentado en Sevilla hasta entonces”.
La “Serrana”
La Jerezana del barrio de Santiago, María Dolores Valencia Rodríguez, nació en 1863, conocida en el mundo flamenco como la “Serrana”, era hija del mítico Paco la “Luz”, gran seguiriyero y hermana de la bailaora la “Sordita”. Se inició por los tabancos de su tierra natal y pronto se subió a los escenarios de los cafés cantantes de Jerez. Más tarde se mudaron a Sevilla (Alameda de Hércules), donde empezaría a actuar en los cafés “Novedades”, el “Filarmónico” y más tarde en el “Chinitas” de Málaga.
Su especialidad fueron la seguiriya, la saeta, la soleá y la malagueña; aunque también destacó en otros palos, como se puede escuchar en los discos que ha dejado grabados y porque fue conocedora de los cantes del “Loco Mateo”, la “Serneta” o Manuel Molina. Era una gitana de gran belleza, apunta Fernando el de Triana, muy admirada por los compañeros de profesión. Creemos, que se acompañaría ella misma con la sonanta pues, algunas artistas de su tiempo, conocían el manejo de la guitarra. Murió en 1940, pensamos que en Sevilla, aunque no está nada claro.
Paca Aguilera
Francisca Aguilera Domínguez, conocida como Paca Aguilera, nació en Ronda en 1867. Hermana de la guitarrista María Aguilera; aprendió los cantes de la Andonda en sus viajes a Sevilla y de la Trini en su peregrinar por Málaga, su ciudad natal.
Amiga de Juan Breva, con el que actuaría en varias ocasiones por los cafés cantantes de Sevilla y Málaga. Años más tarde se marchó a Madrid, donde fue muy bien recibida y en cuyos cafés actuaría de manera continuada sobre todo en el teatro Romeo. Allí, en la capital, fijaría su residencia y compartiría cartel con los grandes artistas del momento: el Mochuelo, Niño Medina, Argentinita…, siendo una de las primeras mujeres en grabar en los primeros artilugios grabadores de cera. Más tarde grabaría en pizarra, destacando en los palos por soleá, malagueña, tarantas, granaínas, guajiras…, dominaría todos los palos. Pero, sobre todo, Paca Aguilera, fue una especialista en cantes rondeños; siempre con el acompañamiento de la guitarra de Salvador Ballesteros. Fernando el de Triana presumía de haber sido el primero en presentar a Paca Aguilera en un escenario de Cartagena. “…fue la que mejor imitó los cantes de la Trini”, diría de ella Fernando. La muerte sorprendió a Paca en 1913, en Madrid, cuando apenas contaba con 46 años. Sus restos fueron depositados en el cementerio de la Almudena.
la “Parrala”
Dolores Parrales Moreno, apodada la “Parrala”, nació en Moguer (Huelva) en 1845. Excelente cantaora flamenca, que empezaría a cantar en su pueblo y después continuaría su aprendizaje en Sevilla, destacando en los cantes de Silverio, actuando en su café y en varios de los repartidos por la capital hispalense, llegando a dominar todos los cantes por serranas, seguiriyas, polos, livianas, y sobre todo los cantes por soleá. Su fama creció hasta tal punto que se convirtió en un mito, Se casó con el gran guitarrista Paco el de Lucena; ambos harían una gira por toda España e incluso llegarían a actuar en París y otras capitales francesas en los 80 del siglo XIX.
Volvieron a España, contratados en el café Imparcial de Madrid. Bajaron a Andalucía y trabajaron en el café cantante de la Plaza de la Marina (Granada), en el Siete Revueltas (Málaga)… La “Parrala” siguió en los escenarios hasta el final de sus días. La prensa hablaba de ella como si fuese un mito viviente: “…mujer de un atractivo irresistible, que combina arte y saber estar en el escenario y su actitud positiva ante la vida”. Dicen sus biógrafos que no se tomó en serio nada en la vida, ni siquiera su matrimonio. La “Parrala” murió en Sevilla en 1915 en brazos de su compañero Fernando el de Triana. La fama de la “Parrala” creció a partir de un poema que escribió y le dedicó su paisano Xandro Valerio, al que él y el propio Rafael de León pusieron música y cuya copla haría famosa Concha Piquer.