Rincón Flamenco - "Reflexiones sobre el flamenco" por Eduardo Ternero Rodríguez
Eduardo Ternero - domingo, 15 de junio de 2025
Pepe viene de actuar por toda España, dejamos 1959 e iniciamos la década de los 60. El maestro de Marchena acaba de finalizar una gira de grandes éxitos (un mano a mano con Juan Valderrama), fomentado por los empresarios de espectáculos para ‘incitar’ a los aficionados. Incluso, para mayor morbo, ambos encabezaban los carteles para provocar la rivalidad y llenar grandes recintos como los cosos taurinos. Aquel verano, tras actuaciones en el madrileño Circo Price y su espectáculo “Ases y Estrellas” habían cosechado ambos el aplauso del público. Recordemos que Valderrama siempre consideró a Marchena, como uno de sus mejores amigos y a la vez sería uno de los más grandes admiradores que tuviera Pepe. Siguieron con su espectáculo por toda España y concluirían aquella gira en Tánger; esta vez les acompañaba con la sonanta, entre otros, el joven Ramón de Algeciras, hermano de Paco y Pepe de Lucía, todos hijos del también guitarrista Antonio Sánchez Pecino.
Ramon de Algeciras, guitarrista
Ahora, el maestro de Marchena era invitado para actuar en la capital de España por el humorista Miguel Gila, en un local llamado el Biombo Chino madrileño, una especie de sala de fiestas que por entonces se llamaban “Night-Club” o cabaret. Marchena, estuvo trabajando allí durante los días 3 al 9 de febrero de 1960, acompañado de Jules Sisters, bailarinas egipcias y las orquestas de Vicente Crespo y la italiana de Américo Greco. El caché de Pepe seguía en alza, aunque cualquiera en su lugar hubiese descansado y se hubiese sentido bastante aliviado con el suculento premio que hacía poco le había tocado en la lotería; no todos los días le tocan a uno medio millón de pesetas, con lo que suponía en aquellas fechas; pues, en estos años (entre 1958 y 1963) la media del salario de un obrero estaba ente las 30 y las 50 pesetas diarias. Así que en un año su sueldo serían unas 15.000 pesetas. Imaginen y ajusten, un obrero necesitaría más de treinta años para ganar lo que Pepe ganó en aquel sorteo. Pero, como otras veces, aquella fortuna no se le calentaría en el bolsillo.
Estamos inmersos en los años sesenta, una década que será clave para el futuro de España y del mundo, pues en ella se va a intentar romper con todo lo anterior: se impone la moda hippie, el pacifismo, el amor libre… en definitiva los nuevos aires que trae la juventud cambiaría el pensamiento y el comportamiento humano, que rompía con todo lo conocido anteriormente, sobre todo de Occidente. En los 60 llegaría la gran liberación de la mujer, que aspira a altos estudios universitarios, ya no se conforma con solo ser madre-esposa y maestra, enfermera o secretaria. Empero, otros sucesos salpican la prensa de aquellos años: como el levantamiento del vergonzoso Muro de Berlín. Quince años después de la II Guerra Mundial se siguen persiguiendo por medio mundo a los nazis reclamados y refugiados para ser llevados a juicio. En Chile se produjo el terremoto más grande de la historia conocida, en el que murieron casi 2000 personas y muchos miles de heridos. Mientras, se aviva la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos, con la instalación de misiles nucleares rusos en la Cuba de Fidel Castro.
También va a ser una década de hechos relevantes por los asesinatos del entonces presidente Kennedy y del líder del “movimiento afroamericano” por las libertades, Martin Luther King. En otro orden de cosas aparecen nuevas modas como la minifalda y el bikini. Rompen en la música Elvis, Beatles, Rolling... Finalizará la década con la llegada del hombre a la Luna, el primer trasplante de corazón… y en las artes, García Márquez, Vargas Llosa, Cortazar… darían mayor preponderancia a la literatura española, mientras en el cine triunfan Psicosis, la Dolce Vita o Doctor Zhivago.
Martin Luther King, líder afroamericano
Queramos o no, la edad nos va cambiando y, parece ser que, el artista marchenero gusta ahora más de tertulias, de hablar distendidamente con amigos, con personas relevantes… Ya dijimos que, Pepe, siempre estuvo muy ligado al mundo de los toros y de las artes, en todos los sectores culturales tenía grandes amistades (actores, pintores, escritores…). El genio de Marchena se relacionaba con gente de la talla de Juan Belmonte, los Gallos, Sánchez Mejías, Carlos Gardel, Romero de Torres…, con los cuales departía y conectaba en muchas ocasiones, con asistencia a eventos, galas... También Pepe, se codeaba con multitud de gente del flamenco, con los que trasnochaba, sobre todo con sus compañeros, los artistas de la Compañía, con quienes no reparaba en divertirse, asistir a otros espectáculos… o visitaba el bar del Pinto, sito en la típica Campana sevillana, donde se reunía la mayoría de los flamencos de aquellos años. En otras ocasiones, cuando su Compañía actuaba en algún pueblo, él se perdía por los bares, por tascas y antros en busca de nuevas voces, invitaba al paisanaje, se hacía amigo de los taberneros y loteros…; Pepe, toda su vida enarboló la bandera de la amistad por donde iba.
En la España que emerge con los 60 va apareciendo una clase media hasta ahora inexistente. Se va elevando el nivel de vida, aunque no el nivel de libertades. Sin embargo, motivados por las revoluciones de Primavera de Praga y el Mayo Francés de 1968, empezarían las movilizaciones de estudiantes y trabajadores en contra de la dictadura. Las industrias y empresas extranjeras vinieron a invertir en nuestro país ante los costes laborales tan reducidos, lo que produjo un éxodo del campo a la ciudad y por ende el empobrecimiento y abandono de las zonas rurales. Sobre todo supondría un desequilibrio económico entre regiones como Cataluña, Madrid, País Vasco…, que crecerían en detrimento de otras como Andalucía, Extremadura, Galicia…
Juan "El Africano", guitarrista
Ya a mediados de los años 60, por mor de los movimientos obreros, el conocimiento de lo que ocurría en otros países, el incremento de los niveles de vida, etc. favorecería la ampliación de la asistencia sanitaria y los sistemas de pensiones. Asimismo, se estaban construyendo, en forma de cooperativas, empresas, industrias y multitud de viviendas; todo ello hizo que aumentara la población (se redujo la tasa de mortalidad y se avivó la natalidad). En muchos hogares españoles se disponía de algún electrodoméstico: infiernillo de petróleo, plancha eléctrica, nevera… Igualmente, el aumento de los aparatos de televisión y la multiplicación del número de coches nos llevaría a una mayor movilidad y mayor información de las modas y costumbres de otros países, de nuevos hábitos en cuanto a relaciones sociales y sexuales y, en cierta manera, se fue perdiendo la influencia de la iglesia católica en la sociedad.
Volvamos a las amistades especiales de Pepe. Marchena y Rafael “El Gallo” fueron muy amigos y a la vez sintieron una gran admiración entre ambos. Al Gallo le encantaba como cantaba Pepe, su forma de ser, su carisma, su atractivo personal para hombres y mujeres. A Pepe le gustaba la ironía, la capacidad de reflexión y la gracia con la que se desenvolvía Rafael. Del Gallo se cuentan cientos de anécdotas, sería él quien patentaría la frase “hay gente pa to”; además, si no le gustaba un toro, se negaba a torear y dejaba que lo devolvieran al corral; algo que sus fanáticos seguidores siempre le perdonaron. Ambos artistas, Pepe y Rafael, dilapidaron lo que ganaron a lo largo de su carrera artística; al “Divino Calvo”, que ‘se quedó sin un duro’, los compañeros y amigos del toreo le harían un homenaje y cuando le preguntaron a Belmonte si le entregaban al Gallo lo recaudado de una vez o de mes en mes, el "Pasmo de Triana", ante lo gastoso que era respondió: “ni de semana en semana, ni de día en día; un poco por la mañana y otro por la tarde”.
Las sentencias del Gallo han quedado para la historia como aquella ocurrida al término de una corrida en La Coruña cuando le dijeron: “Don Rafael, ahora se tiene usted que ir para Sevilla, con lo lejos que está”. A los que Rafael contestaría “Sevilla está donde tiene que está, lo que está lejo es la Coruña”. Poco tiempo le quedaría a Pepe para compartir con su amigo, pues, El Gallo moría en mayo de 1960. El de Marchena estaría en el entierro consolando a la familia de su amigo, pero no podía parar su gira; aquel verano llevaría su espectáculo “Así canta Andalucía” a Barcelona y bajaría por el Levante (Valencia, Alicante…) hasta llegar a Cádiz, Jerez… En esta ocasión completaba su presencia con una Compañía de artistas consagrados que llevaba Circuitos Saavedra como la Niña de la Puebla, su marido Luquitas de Marchena y la hija de ambos, la joven Adelfa Soto. Iban también, El Sevillano, Antonia Gilabert “Perla de Cádiz”… y las guitarras de Pascual Moya, Juan “El Africano” y Juan Ávila.
Pepe con Rafael el Gallo
En estas fechas, Pepe, sigue gastando mucho dinero, sobre todo en sus visitas a amigos que tiene repartidos por pueblos y ciudades de toda España. De esas fechas existen fotos en cualquier punto de España. Pepe es de los artistas más fotografiados de la historia; hemos podido constatar que pueden existir miles de fotos publicadas. Empero y esto es lo sorprendente, conocemos aficionados repartidos por toda la geografía española donde se cuelgan fotos del artista marchenero; gente que se fotografiaba con él cada vez que arribaba para actuar o para visitar a algún conocido y que aún la conserva. Personalmente, hemos comprobado como una gran foto del genio de Marchena colgaba en el salón de una casa que visitamos, enclavado en un pequeño pueblo de Zamora llamado Pozoantiguo, de unos 200 habitantes. Hablando con su dueño nos comentaría que, Marchena, en aquellos años era una especie de dios para los aficionados en pueblos y aldeas de Zamora, de Castilla y casi toda España, que se conformaban con escucharle a través de las ondas de radio.
Pepe fue artista hasta en posar. Cuidaba el detalle al máximo, no hemos encontrado fotos donde se le vea de mala guisa o no estuviese atento, como sabiendo que aquella imagen suya podría ser visionada muchos años después, que sería cuasi eterna. Pepe suele aparecer en el centro de casi todas las fotografías, siempre luciendo atuendo refinado, distinto al que lucen sus acompañantes. Hemos visionado fotos firmando contratos, con el periódico en mano (entendiendo que no sabía leer), luciendo alhajas, con esmoquin… y las portadas de sus discos suele aparecer rodeado de mujeres, adornado con caireles, camisas con chorreras y chaquetillas de variopintos colores.