Secretos inconfesables: Copa Pavón

Eduardo Ternero - domingo, 21 de Abril de 2024

Dejamos al Niño de Marchena en la feria de abril de Sevilla (1925), inaugurando el Patio dedicado al Flamenco, del hotel Alfonso XIII; asistiendo a fiestas y tentaderos con amigos, famosos, políticos, toreros, cantaores… Mientras, en las mismas fechas, en Madrid, en la calle Embajadores, se inauguraba y abría sus puertas el Teatro Pavón, un teatro para 1700 espectadores, que significaría mucho para el mundo del flamenco a lo largo de varias décadas. Su dueña, la empresaria Francisca Pavón, consiguió combinar, en aquellos difíciles años, el teatro con los eventos flamencos que se daban en la capital madrileña, dándole un caché estimable al mundo del cante, la sonanta y el baile. Desde entonces hasta hoy ha sido regentado por varios empresarios y aún sigue luciendo sus mejores galas, remodelado, rehabilitado, abriendo sus puertas periódicamente para ofrecer teatro o conciertos.

 Francisca Pavón, empresaria

En principio se montaron, en el Pavón, una serie de concursos motivados por el “éxito” obtenido en el Concurso de Granada de 1922, al que asistieron, entre otros: Manolito Caracol, el Tenazas, el Niño de Tetuán, Manuel Pavón, Niño de la Carolina, La Rubia de las Perlas, el Niño de Linares, Carlos González y por supuesto el Niño de Marchena. Las guitarras para el evento serían de Ramón Montoya, Sabicas, Patena y César González. Tras deliberaciones, el Niño de Marchena ganó el premio a los fandangos, Manuel Pavón el de soleares, el Niño de Tetuán el de malagueñas… Asimismo, deleitaría al público la Niña de los Peines, que actuaba fuera de concurso.

Como la empresa viera que aquello se llenaba todos los días – incluso, hubo alguna que otra reyerta, porque la gente no se quería quedar fuera y porque la empresa, con total seguridad, había vendido más papel que localidades había –, se decidió crear la Copa Pavón; otro invento más para atraer al público. La fecha propicia fue al finalizar aquel verano de 1925. Al premio se presentaron las más grandes figuras del flamenco del momento: el Mochuelo, Angelillo, el Niño de Tetuán, el Cojo de Málaga, Manuel Escacena, Manuel Vallejo, Niño de Madrid, el Macareno, Niño de la Carolina y el Niño de Marchena. Fuera de concurso y como presidente del jurado Don Antonio Chacón que actuaría con Ramón Montoya.

Tras las actuaciones correspondientes, quedaron como finalistas El Niño de Marchena y Manuel Vallejo; aunque muchos aficionados apostaron por el Mochuelo o Escacena; pero, en aquellos momentos, no había quien pudiera con aquellos dos sevillanos. Sin embargo, el voto del presidente (Chacón), sería quien dilucidaría que ganara Vallejo. Según los críticos, el sevillano Manuel Jiménez Martínez de Pinillo (Vallejo) estuvo en un momento dulce y se hizo merecedor del premio. El flamencólogo José Blas Vega, comentaría que, Chacón, se dirigió a Vallejo y le dijo: “Manuel, te he dado la copa porque te la mereces, pero, “La Vieja” (refiriéndose a Marchena), ganará más dinero que tú”.

  Miguel Borrull, padre

No se equivocaba Chacón; Pepe, durante la primera mitad del XX ha sido el cantaor flamenco que más dinero ganó con diferencia. Pero, el marchenero, jamás tuvo una peseta guardada, ni tuvo dinero en los bancos a modo de ahorro. Todo lo fue empleando en formar nuevas Compañías, en sus caprichos, excentricidades y vicios, que no eran pocos (buenos hoteles, restaurantes, loterías, casinos, tiro de pichón y otros divertimentos). Pero, Pepe, además, y eso ponía la balanza a su favor, empleaba todo su esfuerzo en ayudar a los demás (campañas a favor de familias necesitadas, en socorrer a viudas de compañeros artistas, montar festivales para conseguir recursos para huérfanos…); estos fueron hechos comprobados que hizo muchas veces y que se supieron cuando los afectados fueron aireándolo, como sufragar los gastos del entierro de Manuel Torre, ayudas a niños huérfanos en Madrid, campañas de Navidad para indigentes, montar un festival para recaudar dinero para la viuda de Manuel Centeno y un largo etcétera. Dicen que, Pepe, casi todo lo que ganaba lo gastaba, de un modo u otro, a diario. Hubo muchas ocasiones en las que se vio sin dinero; pero, le bastaba llamar a cualquier amigo o hacer un par de actuaciones para tener solvencia. En definitiva, durante toda su vida llevaría a efecto aquella muletilla que aprendiera desde joven: “el dinero se hizo redondo para que rodara”.

A finales de 1925, en España, ya hacía dos años se vivía en la Dictadura de Miguel Primo de Rivera. Este, formaría su primer gobierno con la mitad de políticos civiles y la otra mitad (los cargos importantes), ocupados por militares. España empezaba a remontar algo, se hicieron muchas obras públicas… y, parece ser, que se estaba viviendo una cierta mejora económica. Se realizaron reformas administrativas, se intentó la unificación de los sindicatos de patronales y obreros en la llamada ONC (nacida en el seno de la iglesia y compuesta por obreros y empresarios) que después quiso integrarse en la UGT, por mediación de Primo de Rivera. Esto, provocaría la división de los socialistas, que rivalizaban con la CNT, el sindicato anarquista creado en 1910. La CNT había sido prohibida por la huelga general de 1923 que fracasó y cerrados todos sus centros. La UGT lo aprovecharía para extender su influencia en el movimiento obrero.   

Juan Mostazo, compositor

Como venía haciéndose, a las regiones vasca y catalana se le conceden más ayuda para su industrialización, con el consiguiente empobrecimiento de otras como Extremadura y Andalucía, provocando grandes migraciones. En cambio, la reforma agraria, esperada durante siglos sobre todo en Andalucía no llegó a ver luz alguna, lo que provocaría que sindicatos de obreros se levantasen en contra de las malas condiciones del campo, de los bajos salarios, del caciquismo reinante. Todo esto seguiría provocando un rechazo hacía las reformas de Primo de Rivera y el camino hacia la Segunda República.

Durante este tiempo, la guerra del Rif tomaría otro cariz, pues, con el desembarco de Alhucemas y la unión de España y Francia, consiguieron derrotar a los marroquíes en Uarga y, el lider Abd-el-Krim, tuvo que rendirse, quedando apaciguado por un tiempo el territorio rifeño. Por aquellos días, Ramón Franco, se preparaba para dar el salto con su hidroavión y cruzar el Atlántico en aquella operación llamada “Plus Ultra”. En estas fechas también se crearían las compañías CAMPSA y la Compañía Telefónica Nacional.

En cuanto a la cultura y educación, se expedientaron a varios catedráticos, a los que se unieron Unamuno, Fernando de los Ríos, Menéndez Pidal, Blasco Ibáñez, Valle Inclán… y muchos más, que además apoyaron las protestas de estudiantes.

Como en todos los momentos de la historia, los ricos disfrutan de los felices años 20, saraos, bailes, modas, viajes… y la clase pobre soporta el hambre, las guerras, la miseria… Sin embargo, parece que algo va a cambiar y los acontecimientos populares, los divertimentos se generalizarán más, la jornada laboral se acortaba a 8 horas en teoría, pero, la mayoría de las veces los patronos no cedieron y en el campo se seguía trabajando de sol a sol. 

Pepe con la "Niña de Castro"

Pepe, sigue ascendiendo en su carrera y ahora le llaman para que actúe en un homenaje a “la Coquinera” en el Olimpia, después, se desplaza a Córdoba, donde cantaría en varios locales. Su guitarrista era entonces Juanito Dorado, que lo llevaría a Barcelona, y lo presentaría  en los mejores círculos, donde el Niño de Marchena actuaría por primera vez en la capital catalana, en el Circo Barcelonés. En aquellos días también actuaría en el café El Dorado, propiedad de Juanito Dorado acompañado por el guitarrista Miguel Borrull hijo, cuyo padre, el gran guitarrista y homónimo Miguel Borrull, había creado en 1916, en la ciudad condal, un tablao flamenco llamado “Villa Rosa”. Creemos, con total seguridad, que, en aquel local, actuaría también el marchenero, ya que los Borrull, padre e hijo, contratarían a muchos artistas flamencos en Cataluña.

Al “Niño” lo reclaman de nuevo desde Andalucía, pero antes, pasaría por Madrid y estaría varios días con amigos, atendiendo a la prensa e iniciando aquel flamenco innovador, acompañándose por una orquesta… Por cierto, años más tarde, cuando a Pepe le preguntaron si se podía cantar flamenco con orquesta, él, contestaría: “Eso lo hice yo por primera vez y fue en el año 1925, adaptando un pasodoble (Sol y sombra) del sevillano Juan Mostazo”. El maestro sevillano, Mostazo (1903-1938), fue un gran compositor de coplas y canciones tan famosas como “Échale guindas al pavo”, “La bien pagá”, “Mi jaca”… y muchas otras, pero, tuvo la desgracia de morir con tan solo 35 años.

En Córdoba, Pepe, asiste invitado al Concurso de Cante de Baena que ganaría María Cordobés Quintana “La Niña de Castro” (1912), oriunda de Castro del Río que se casaría con Pepe Azuaga, un guitarrista pacense, que tanta influencia tendrá más tarde en Pepe y con el que trabajaría muchos años.