La mujer en el flamenco (III)

Eduardo Ternero - 21 de junio de 2020

Continuamos hablando de mujeres ilustres dentro del flamenco, todas ellas nacidas antes de Pastora “Niña de los Peines”, que marcaría una etapa histórica: Hablamos de Rita Giménez García, “Rita la Cantaora”, nacida en Jerez (1837); se inició muy joven cantando por  los bares y tabancos de su ciudad  actuando junto  a la “Macarrona” y Juan Breva, pero pronto saltó a Madrid (al café Romero y al café del Gato), alternando con “Fosforito el Viejo”, la “Coquinera”, Manuel Pavón y Manuel Escacena, llegando a ser la cantaora más conocida de su tiempo. 

Rita la “Cantaora”

Rita, además de una gran voz, tenía un personalidad propia; era una mujer  radiante  en los escenarios; bailaba, según sus coetáneos, para  enloquecer al público, esto   llevó a que se le envidiara en su ciudad natal y que por ello tal vez surgiera ese dicho “Eso  lo va a hacer Rita la Cantaora”. La verdad es que fue un portento del cante y del baile por malagueñas,  soleares y en los cantes festeros, hasta el punto que hubo muchos críticos que la nombrarían como “el Chacón femenino”. En cuanto a su vida personal, Rita, se juntó con un madrileño, Manuel González Flores, un volquetero mucho mayor que ella, ya con nietos. Rita actuó por última vez en el Café Magallanes de Madrid y  moriría con 78 años,  en plena Guerra Civil,  refugiada por las autoridades en Zorita del Maestrazgo (Castellón), pobre de solemnidad y quejándose de lo mucho que había ganado y lo poco que tenía.

la “Macarrona” 

Juana Vargas de la Heras, la “Macarrona”, otra jerezana, como tantas artistas del XIX. Nació en 1870, bailaora de raza, descendiente de los “Macarrón”. Su padre Juan Vargas, guitarrista y su madre Ramona de las Heras, cantaora.  Con ocho años ya cantaba en los cafés de Sevilla (“La Escalerilla”);  después marchó a Málaga y estuvo dos años en el Café “Siete Revueltas”, y luego marchó a Barcelona. 

Con 16 años vuelve triunfante a Sevilla, y es contratada por Silverio primero en el café que llevaba su nombre y luego en el del “Burrero”, “Novedades, “Kursaal”, “Variedades”...  Tras muchísimos triunfos en Sevilla, de nuevo se la rifan en Madrid en el Liceo Ríus y el café Romero. Tal era su celebridad que fue contratada para actuar en 1889 en el Gran Teatro de la Exposición Universal de París, entusiasmando al público internacional que asistía; tanto que el Sha de Persia, Naser Al Nadin, exclamó: “esta graciosa serpiente es capaz de hacerme olvidar a todas mis almées (cantantes persas) de Teherán”

La Macarrona volvió a Madrid y actuó en varios locales, teatros y en giras con el “Estampío”, el “Mochuelo”, Ramón Montoya, la “Argentinita”…  Después de la guerra continuó con Concha Piquer. Adquirió fama mundial por su manera de bailar y movimiento de sus brazos. Juana moriría en 1947.

“la Trini de Málaga” 

Trinidad Navarro Carrillo, La “Trini de Málaga” nació en la capital de la Costa del Sol en 1868; cantaora excepcional y creadora de estilos de malagueñas y otros cantes. Sin antecedentes  cantaores familiares, se hizo famosa cantando por los cafés cantantes de toda Andalucía. Fue una mujer desafortunada, primero perdió un ojo siendo muy joven  (se pinchó, accidentalmente, con la  navaja al ofrecerle su amante una aceituna). Su estilo tan personal a la hora de interpretar el cante, la  emotividad con que lo expresaba,  hacía reflejar las tragedias que había padecido a lo largo de su vida; algo que hacia mantener en silencio sublime al público que la seguía, allá por donde actuaba. Poco a poco se fue alejando de los escenarios, ya que estaba muy delicada físicamente; aún así, decían  las crónicas,  acentuaba la expresividad y  su calidad cantaora. Al final de sus días fue propietaria de un ventorro que llevó su nombre y que estuvo enclavado en la Caleta (Málaga), donde se reunían asiduamente muchos de los grandes artistas de la época. Cuentan que, en aquellas reuniones, “…la “Trini” cantó cosas incopiables” como lo definiría Fernando el de Triana. La “Trini”, la reina de la malagueña murió en Málaga en 1930. 

Adela Cubas 

Adela Cubas, fue una guitarrista del XIX. No tenemos certeza de su nacimiento, pero si sabemos que en 1875 ya actuaba en los escenarios acompañando a cantaores y cantaoras. Adela, triunfó desde muy joven, llegando a acompañar en el teatro Romea a la “Niña de los Peines” en 1906. Actuaría en Madrid en el Trianon Palace en varias ocasiones (1911). En el Eco de Cartagena de la época se citaba que el “Mochuelo” actuaba en el Teatro Principal  de Cartagena (1913) con la guitarra de Adela Cubas. Pero Adela acompañó a muchos artistas de la época: Amalia Molina,  Conchita Ledesma..., e incluso  acompañaba en el baile a la “Macarrona”. Además, fue la primera  mujer en subir a  los  escenarios  para ofrecer conciertos de guitarra,  como en el Ideal Rosales en 1919. Llegaría un momento en el que era ella la que llevaba a un cantaor (Pavón) para acompañar sus conciertos de guitarra, asumiendo Adela la dirección artística. Cogió fama de gran artista y de saber estar; tanto es así,  que en el teatro Gayarre  de Barcelona, estaría en cartel durante 15 días  (Julio de 1917).  

Adela fue un caso raro por el momento histórico que vivió, mujer requerida en todos los espectáculos por su desenvolvimiento no solo en los escenarios sino en el trato con empresarios y su manejo de los negocios. Falleció en 1923.