La mujer en el flamenco (V)

Eduardo Ternero - 12 de septiembre de 2020

Hoy nos llegan  a nuestra memoria escrita otras cuatro mujeres,  nacidas en el último tercio del  XIX y anteriores  a la aparición,  en el panorama flamenco, de Pastora Pavón la “Niña de los Peines”. Todas ellas grandes artistas del momento  y que, como en todos los ámbitos,  están oscurecidas por el machismo imperante de la época. 

la “Pompi” 

Luisa Ramos Antúnez, conocida como la “Pompi”, una jerezana que dio gloria al flamenco. Nació en 1883, hija del capataz de un cortijo jerezano, sobrina del “Cabeza”, hermana del “Niño Gloria y de Manuela la “Sorda”. Por los cuatro costaos, esta gitana, tenía antecedentes de artistas. Ella y su hermana María, desde muy pequeñas,  cantaron por todos los cafés de la provincia gaditana, siendo conocidas como las hermanas “Pompi”. De la mano del “Cabeza” y Diego Antúnez actuaron en los cafés  el “Primera” y “Barqueta” de Jerez. 

Al poco tiempo, dieron el salto a Sevilla y dieron muestra de su arte  en el “Bombilla”, el “Kursaal”, la “Vinicola”, o el “Pasaje del Duque”, todos  sevillanos,  compartiendo escenario con Chacón, Escacena, la “Nona”, la “Camisona”, la “Rubia de Jerez”,  etc., en el que también actuaba el “Niño Gloria”. A raíz de sus éxitos en los cafés cantantes de la capital hispalense, fueron contratadas para actuar en Barcelona y Madrid, en los locales de  “Villa Rosa” y la “Viña” respectivamente, donde asistía la nobleza y realeza de la época y que tanto gustaba al rey Alfonso XIII. Más tarde, Luisa, actuó en la compañía de Caracol, y se codeó en el escenario con Manuel Torre, la Niña de los Peines y Niño de Marchena. Fue mejor cantaora que su hermana María, destacó en casi todos los cantes pero sobre todo en la saeta, en la bulería de Jerez, soleares y villancicos. Cantes que muchos otros han imitado de sus actuaciones. Luisa, dejaría de cantar sobre los 50 del siglo pasado y  murió en Jerez en 1958. 

Anilla la de Ronda 

Ana Amaya Molina, más conocida como Ana la de Ronda o Anilla la Gitana. Nació en Ronda en 1855, fue una cantaora-guitarrista, acostumbrada a acompañarse ella misma con la sonanta.  Actuó por los cafés de Ronda “Fornos”, la “Primera”, el “Pollo”..., coincidiendo con Chacón y Paca Aguilera en varios momentos de su carrera artística. Era solicitada en todos los saraos de prestigio de aquellos años. Pastora Imperio y la Reina Victoria Eugenia le regalaron un traje de cola y un mantón respectivamente, admiradas de su arte y por sus excelentes actuaciones en fiestas privadas. 

Muy reconocida en los ambientes del flamenco, fue citada por Lorca en el Concurso de Cante Jondo de Granada  (1922), como una de las más grandes, aunque después su nombre se ha desvanecido en el tiempo. En 1930,  con 75 años,  actuaría en a semana Andaluza de la Exposición de Barcelona, junto a Ramón Montoya; siendo reconocida y admirada por todo el público y la prensa española. 

Anilla destacó con una soleá personal que lleva su nombre y sobre todo en los cantes ‘abandolaos’ de su tierra rondeña – de bandoleros y serranía –,  que daría a conocer al mundo entero. Murió en 1933,  en Málaga, donde tiene dedicada una estatua. 

la “Mejorana” 

Rosario Monge Monge, la “Mejorana” nació en Cádiz, en 1858.  Se especula que fuese hija de Curro Dulce y Antonia Monge, aunque los apellidos se los diese José Antonio Monge.  Mujer de una belleza extraordinaria casada a los 17 y separada. Solo subió a las tablas tres/cuatro años, ya que al juntarse  con el sastre de toreros, Víctor Rojas,  se vio obligada a dejar la profesión. Actuando en los cafés del “Burrero” y “Silverio”,  la prensa y Fernando el de Triana  estuvieron faltos de palabras para expresar la elegancia y la sensualidad con que se movía en el escenario la “Mejorana”. 

Resaltaban su elegancia, su forma de vestir, su figura escultural…,  todo hacía que el público se disputara las primeras filas para poderla observar de cerca. Rosario fue la madre de la gran Pastora Imperio y del guitarrista Víctor Rojas. Fue una gran intérprete de soleares, cantiñas, alegrías y unas bulerías a las que impregnó  un sello muy personal. Pero además,  fue la primera mujer en el baile que impulsó el desarrollo total en los movimientos de los brazos, esa figura inequívoca de danza oriental llena de majestuosidad y sensualidad. Rosario moriría en Madrid en 1920. 

la “Coquinera” 

Antonia Gallardo Rueda, la “Coquinera”, nacida en el Puerto de Santa María en 1874, bailaora. Hija de Juan Gallardo el “Coquinero”, herrero, gran aficionado y cantaor de carnavales y  de Ana Rueda. Comenzó a bailar con sus dos hermanas Josefa y Milagros, con el nombre artístico “Las Coquineras del Puerto”. Ya en solitario, Antonia triunfaría en los  cafés cantantes “Suizo”, “Novedades” y “Filarmónico” de Sevilla. Más tarde se va toda la familia  a Madrid y actuará en el Teatro Martin. De allí se desplazaba para actuar en Francia, Marruecos y toda España. Solía asistir a la Venta Cuatro Vientos de Madrid propiedad de su cuñado y   donde se daban cita los mejores artistas del momento para pasar ratos y divertirse: Vallejo, Marchena, Rita Ortega, el Mochuelo, Cepero, Miguel de Molina…,  donde ella ponía la guinda  con su mejor baile. 

Cuentan que no se casó pero tuvo muchos amantes y al final de sus días se le veía  unida a un industrial madrileño. Al igual que  muchas otras artistas de la época,  serviría  de imagen para  etiquetas de una conocida marca de vinos de Jerez y aparecería en todas las revistas y periódicos del primer tercio del siglo XX. Con 54 años subió por última vez a un escenario. Antonia, la “Coquinera”, murió en 1942, en el Hospital Provincial de Madrid.