Rincón Flamenco - "Reflexiones sobre el flamenco" por Eduardo Ternero Rodríguez
Eduardo Ternero - domingo, 28 de septiembre de 2025
Estamos en 1968, un año que traerá acontecimientos convulsivos en muchos de los ámbitos como la política, la economía y los cambios sociales. Los movimientos estudiantiles provocaron cambios sustantivos en la manera de pensar: “La Primavera de Praga”, “El Mayo francés”, “La Matanza de Tlatelolco” en México…; además de los asesinatos de Martín Luther King y Robert Kennedy. Durante los Juegos Olímpicos de aquel año el atleta negro Black Power hizo una protesta contra la discriminación y la injusticia racial existente en Estados Unidos y en Sudáfrica. En abril, en el Festival de la Canción de Eurovisión que se celebraría en Londres y resultaría vencedora España con la cantante Massiel. También en España, en agosto, ETA empieza con los atentados, matando a un guardia civil y a un inspector de la policía.
Massiel, España gana el Festival de Eurovisión
En el Price madrileño, dado el resultado artístico y económico que supuso el reunir tantos artistas el año anterior, durante la primavera y parte del verano, se repetiría la misma fórmula para este 1968, cambiando un poco el plantel de artistas, en cada uno de sus programas. Así, en su primer espectáculo se reúne un elenco de artistas que participaran en primavera y que durará durante 30 días, entre los que hay que destacar al Rey Gitano Rafael Farina, al Gitano Japonés, Marucha, los famosos reyes del humor Krik y Krak y para finalizar entrara el programa fuerte que será el que encabece Pepe Marchena y su misma troupe del año anterior, a la que se unirá Antonio Machín. Para el tercer programa encabezará el espectáculo Marifé de Triana junto a Enrique Montoya.
Este año hemos detectado que los programas del Price no finalizan hasta mediados de junio, por lo ocurrido el año anterior. Entonces, aquel espectáculo que estaba programado para una semana (empezando el 15 de mayo), en el que se incluía a Pepe Marchena se alargaría hasta mediados del mes siguiente. Sin embargo, comprobamos que ya Pepe Marchena, no encabeza los carteles como antes. Entendemos que deberían poner a los artistas que van de primeras figuras en cada uno de los 3 programas. Así, en la cartelería aparecen en primer lugar Farina y Marifé, pero también vemos como en varios periódicos viene la foto de Marchena por debajo de artistas de segunda fila como Marucha, María Alejandra y del propio Antonio Machín. Aunque, a Pepe se le sigue reservando su participación durante las fiestas grandes de Madrid, es decir durante las fiestas de San Isidro (este año a partir del 14 de mayo).
El periodista Gabriel García Espina hace una semblanza en la Hoja del Lunes que editaba la Asociación de la Prensa en la que resaltaba la figura de Pepe Marchena y Antonio Machín, que llevaba 7 años ausente de los escenarios madrileños. A la par que incluía la serie de artistas que últimamente iban con Marchena y que ahora componían el nuevo espectáculo titulado “Guitarra, copla y canción”.
Mientras, podemos observar que la prensa de Castilla, que llevaba en sus páginas los programas radio de cada día, incluía en la mayoría de las jornadas radiofónicas los discos que componen la “Antología Flamenca de Pepe Marchena”, sabemos de buena tinta lo que gustaba el cante de Pepe en los pueblos de ambas Castillas durante estos años. También nos hemos encontrado en numerosas ocasiones que en la programación de la carta de ajuste de las dos únicas cadenas de televisión que por entonces se visualizaban en España (TVE y la UHF) pusieron en repetidas ocasiones un recital de Pepe Marchena. Con ello damos cuenta del valor que aún se le daba al cante del marchenero, independientemente del rumbo y los aires por los que marchaba en aquellos momentos el flamenco, tras una década del “mairenismo” y la incipiente aparición de Camarón, Paco de Lucía, Morente…
Pepe, corrigiendo un cartel de imprenta
También vemos que los estudiantes de todo el mundo empiezan a moverse en contra de las guerras, especialmente de la de Vietnam, un conflicto bélico entre Estados Unidos y la resistencia vietnamita, que duraría casi 20 años (desde noviembre 1955 a abril de 1975) y que en aquellos momentos se encontraba en el punto álgido de la contienda. En la prensa, titulares como este: “Las jerarquías universitarias inglesas contra los estudiantes alborotadores” o “La Universidad de la Sorbona evacuada”, saltaban todos los días. No cabe duda que las manifestaciones estudiantiles estaban haciendo eco en el mundo. Los periódicos se hacían eco: “… todas las universidades de Turquía estaban ocupadas por estudiantes en huelga”. “En las universidades de Brasil las huelgas y presiones estudiantiles llegan a colocar artefactos explosivos”. En Tokio y en muchos lugares el mundo estudiantil tensionaba la sociedad, la moda ‘hippy’ buscaba la paz…; pero, todo sería en vano.
Rebuscamos en la prensa y aquí en España, en el diario “Nueva Alcarria”, con fecha 22 de junio nos encontramos un artículo dedicado exclusivamente a Pepe Marchena. Se trata de una especie de autocrítica o autobiografía resumida de un personaje relevante, un artista… y que el periódico titulaba “Cómo soy yo…”. En dicha página el ‘maestro’ va desgranando parte de sus pensamientos, sentimientos, costumbres, maneras de ser, vivencias… Es como una especie de monólogo interior, una profundización, una autovaloración de sí mismo, pues en ningún momento aparecen preguntas de periodista alguno. No sabemos si este tipo de artículo se hacía a través de una carta que enviaba el periódico al personaje en cuestión y este devolvía sus respuestas o se trataba de una entrevista personal y luego se transcribía a las páginas del diario solo con las respuestas como si fuese una especie de reflexión de la persona en sí.
Nosotros vamos a intentar resumir, sin dejarnos atrás nada importante de las declaraciones que en aquellos momentos, en pleno inicio del solsticio de verano, hiciera Pepe Marchena, pues, a lo largo de sus respuestas podremos entrever una serie de confecciones que nos ayudarán a conocer al personaje que estamos estudiando, sobre todo a nivel antropológico – que es lo que nos interesa –, por encima de su papel artístico:
“Lo mío es cantar y el cante yo creo que da la medida de cómo es o puede ser quien lo interpreta. Yo creo que la mejor manera de definirse es obrando. Cada uno se define en lo que hace, la personalidad de un artista siempre se aprecia a través de su obra o de la interpretación.
Pepe, con otros artistas y amigos
A mí me gusta cantar, por eso escogí este camino y muchas veces he pensado que quien canta es bueno, esencialmente bueno, así me creo yo. Todo se puede explicar a través de la canción, especialmente a través del flamenco. Nada como él (el flamenco) para volcar la última fibra del ser. Su estilo, su música, sus letras, en sus infinitas variaciones pueden expresarlo todo. El dolor y la angustia, el amor y la fe, la alegría… en fin, todo.
Bueno, quedamos en que soy bueno y además, eso es lo que dicen los demás y quizás tengan razón, soy simpático, alegre a veces y otras triste… como todo español.
Todo eso lo cuento cantando y quienes me han oído alguna vez me conocen. Creo en todas las cosas bellas de la vida ¡Y hay muchas! Soy optimista, aunque a veces caiga en cierto pesimismo propio del carácter español.
Soy amigo de mis amigos, aprecio profundamente la amistad y no creo que se pueda vivir sin ella, es uno de los más bellos sentimientos del hombre, después del amor, claro está. Tengo muchos amigos y me gusta reunirme con ellos junto a una copa de buen vino español, y cantar… y hablar… y dejar así transcurrir las horas. El vino, el cante y la conversación acercan… acercan mucho. Ellos contribuyen enormemente a la comunicación entre los seres humanos, esa comunicación tan necesaria, hoy más que nunca.
Me gusta, como a la mayor parte de los artistas la noche; de noche parece que todo se hace más íntimo, más de uno. También me gusta el día porque me gusta la naturaleza. Parece un contrasentido lo que digo… pero no es así. Quien es artista tiene una especial sensibilidad y la sensibilidad es receptiva. No se es indiferente a nada. Cada momento, cada circunstancia se vive con intensidad, lo mismo la alegría que la pena… y esto es lo que a mí me pasa.
No es fácil expresar todo esto escribiendo, porque esa no es mi profesión, por eso decía que cantando se me conoce, porque es allí donde yo realmente muestro todo lo que soy, allí es donde me muevo con libertad, donde nada me corta ni me intimida, porque ese es mi reino, el del cante.
Pepe Marchena con Pepe Habichuela
También, como a la mayor parte de los artistas, me gusta vestir bien. Eso también forma parte de mi sensibilidad. No me gusta llamar la atención (¿?). Prefiero la elegancia sobria, varonil. En la manera de vestir también se revela la personalidad… bueno, en todos y cada uno de los actos de nuestra vida. Hasta un simple gesto de la mano habla por sí mismo… observad si no a las personas que tenéis alrededor.
Otro de los rasgos de mi carácter es la introversión. No soy demasiado comunicativo ni me entrego fácilmente a los demás. En eso soy cauteloso, es verdad. En cambio, cuando doy a alguien mi amistad, soy un amigo leal.
Si individualmente tardo en comunicarme con mis semejantes, por esa introversión que os hablaba, en cambio, con el público, con mi público, se establece siempre una rápida corriente comunicativa. Quizás esto sea porque, como ya dije también, cantando me entrego absolutamente y eso el público lo siente y yo lo siento a él y así durante el tiempo que estoy en el escenario, me siento unido a esa masa heterogénea de personas que escuchan. Es una hermosa sensación. Creo firmemente que un artista se realiza totalmente cuando consigue con el público esta cálida comunicación… como artista y como hombre, porque una condición no está desligada de la otra.
¿Y qué más podría decir? No sé… Prefiero cantar para decirlo todo”
Parece una entrevista actual, a un artista de hoy día, parece que no han pasado casi 60 años. Cada lector podrá sacar sus conclusiones acerca de la personalidad de Pepe Marchena, leyendo esta descripción-reflexión que hemos transcrito. La verdad es que, reflexionar acerca de uno mismo se hace difícil; pues, generalmente, nos vemos, nos autodefinimos de una manera y los demás tienen un concepto distinto o diferente de nosotros o nos ven de otro modo. En esa disyuntiva se mueve el ser humano y muchas de las veces jugamos con eso que se da a llamar el ying y el yang para mantener nuestra reservada armonía.