Rincón Flamenco - "Reflexiones sobre el flamenco" por Eduardo Ternero Rodríguez
Eduardo Ternero - domingo, 20 de abril de 2025
La Reina Mora, la última película que rodara Pepe, ya se estaba comercializando. Desde muchos lugares de Sudamérica y sobre todo de España se piden copias para proyectarla. Parece que la fama que arrastraban tanto Marchena, Antoñita Moreno y Miguel Ligero, auspiciaba una cinta digna, por supuesto llena de coplas y palos flamencos que sus principales protagonistas interpretaran. Pero, tras un verano de rodaje y mucho capital empleado, la comedia de los Quintero no tuvo la repercusión ni el apoyo del público que se esperaba. Aquella filmación buscaba exclusivamente llevar a la pantalla el bien hacer de dos grandes artistas de la canción y del flamenco y se descuidó mucho el argumento y el aspecto técnico. En definitiva creemos que es una película bastante pobre en calidad, sin hilo conductor e incluso pasada de moda para los tiempos que corrían.
Antoñita Moreno, actriz, cantante
Ya dijimos que, por un motivo o por otro, ninguna de las actrices propuestas pudieron ser protagonistas de la película “La Reina Mora” que dirigiera Raúl Alfonso. La elegida definitivamente fue Antoñita Moreno, cantante, cantaora, actriz…, nacida en La Puebla del Río y que a día de hoy sigue viviendo en Sevilla. Antoñita Moreno es una de las mejores saeteras que ha habido en la historia, un prodigio en ese canto de fervor que emana del pueblo andaluz. Ya de pequeña destacaría en este palo flamenco-religioso, a la vez que estudiaba canto, instrumentos, bailes… actuando desde muy jovencita en numerosos espectáculos. La radio fue su aliada, sobre todo durante las Cuaresmas y Semanas Santa de al menos tres décadas (años 50, 60 y 70). Antoñita Moreno, Una mujer polifacética que tiene en su haber más de 15 discos de copla y flamenco; que ha sido la artista que ha grabado más villancicos y ha rodado más de 10 películas, recorriendo con su arte medio mundo (Estados Unidos, Rusia y casi toda Europa). Esa joven, que por entonces tenía 24 años, sería la compañera, la protagonista junto a Pepe (51), en su nueva y última película.
Por estas fechas, principios del 55, Abdul Aziz Balouch, presentaría un libro sobre flamenco titulado “Cante Jondo”. Aziz fue aquel pakistaní, enamorado del cante jondo, que escuchara en su país de origen los sonidos flamencos y, quedó tan prendado, que se trasladó a Gibraltar en 1927 para trabajar en una tienda y aprender los secretos de nuestra tierra, pues, estaba convencido del origen y la semejanza del cante jondo con la música oriental, con la paquistaní.
Aziz, queriendo conocer a Pepe Marchena, su ídolo junto a Chacón, se fue a La Línea de la Concepción, donde actuaba Pepe, del que tanto aprendería, hasta el punto de ponerse como nombre artístico “Marchenita”. En adelante, iría en la compañía de Marchena, actuando en muchos escenarios. Azíz fue un estudioso de la música, algo que compaginó con su labor en la embajada de Paquistán en España. En la contraportada de su libro, Pepe, le dedicaba unas palabras, al menos él decía firmarlas: "AZIZ, así le llamo yo cariñosamente, muy orgulloso de poder llamarle mi discípulo ya que es un caso único en la historia del Cante Jondo. Algunas veces, cuando olvido que viene de un país lejano, pienso que es español, como Aziz dice: España es su patria como lo es Pakistán. Con un don para el arte y la voz, cantaor magnífico de lo jondo, que con su cante parece llevar el alma al cielo. También, puede que sea la reencarnación de Zyriab, aquel que trajo la música a Andalucía hacía 10 siglos…, para mí ha sido un orgullo enseñarle las cosas más delicadas del cante nuestro… Le deseo el mayor de los éxitos con este libro, como él se merece". José Tejada “Pepe Marchena”.
Cartel de "La Reina Mora"
“La Reina Mora” se estrenaría en el madrileño cine Paz, el 31 de enero de 1955. La sinopsis argumental de la película es muy simple: Durante la Feria de Abril de Sevilla, Esteban (Pepe Marchena) hiere en una riña a su rival Antonio (Emilio Segura) y es encarcelado. Coral (Antoñita Moreno), es la novia de Esteban. Ella, cambia de domicilio, desea vivir aislada mientras su novio, Esteban, permanece preso. Coral y su hermano se trasladarían a un caserón en el que, según la leyenda, vivieron hace cientos de años un cristiano y la hija de un rey moro (Reina Mora). Esta murió de pena de amores y la leyenda añade que, en la casa, habitaba desde entonces un duende (Miguel Ligero). En la película actúan, también, el cantaor José Cepero, Conchita Bautista y Concha Velasco que tan solo tenía 15 años. Al final, Esteban sale de la cárcel, se casa con Coral, se hacen amigos de Antonio y hacen una fiesta flamenca.
En cuanto a la política española del momento parece que hay ya una mayor apertura hacia el exterior. Estamos en 1955 y la llegada al Ministerio de Educación de Joaquín Ruiz-Jiménez trae un halo de libertades y posibilidades para el mundo de la enseñanza y la cultura que tan maltratada había estado durante toda la Guerra y los 15 años que llevábamos de Dictadura Franquista.
Ruiz-Giménez, se atrevería a decir en su discurso de investidura: “No renunciamos al legado que representa Marcelino Menéndez Pelayo (católico-conservador), pero tampoco renunciamos a todo lo que de meritorio y auténtico hay en el pensamiento de Miguel de Unamuno (liberal y republicano) o de José Ortega y Gasset (agnóstico y tardío republicano). España está necesitada de integración, de todo lo que sea valioso, intelectual o afectivamente, en la vida nacional”. Ruiz-Giménez, con estas palabras se la jugaba, pues, echaba un jarro de agua fría a la política autárquica, conservadora y falta de libertades del Régimen. Esto hizo que los universitarios españoles, la clase estudiantil tuviese conciencia de una España más liberal, que parecía ya mirar a Europa… Esto provocó que en las facultades se reuniera el alumnado – aunque de forma clandestina –, que llegaran las primeras disidencias de estudiantes y las primeras huelgas universitarias, lo que llevaría a enfrentamientos entre universitarios y falangistas y a que, Franco, decretara el cierre de las facultades y dimitiera al ministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez, que no volvería a la política activa hasta treinta años después – ya en democracia –, como Defensor del Pueblo Español.
Aziz Balouch, cantaor paquistaní
De la película debemos destacar los cantes y coplas que hacen ambos, Pepe Marchena y Antoñita Moreno y el papel que desempeña Miguel Ligero, pleno de gestualidades y con un papel que le ‘venía al pelo’. Sin embargo, muchas escenas dejan mucho que desear, por lo inexplicable, la falta de rigor e incluso por lo caricaturesco de algunos momentos, algo que al público chirriaba: Hay una anécdota que contaba ABC en una crónica del periodista Salvador de Quinta, que aporta Gonzalo Rojo y que refleja claramente lo que decimos: Rodaban la escena en la que Pepe, el novio, debe abofetear a su rival; pues, este había querido pasarse con su novia (Antoñita Moreno). Sin embargo, no había forma de que Marchena le diera una bofetada al actor que en este caso era Emilio Segura. Hubo que repetir la escena muchísimas veces. Pepe, ya harto diría: “¡Pero hombre ¡ cómo le voy a pegá una guantá a este hombre con la cara de güena persona que tiene”. Desde luego en la película se ve que es una de las bofetadas más infortunadas que hay en el cine, no tiene credibilidad alguna; sin embargo, después le meten en la cárcel… en fin.
La película podría haber cosechado mejores resultados, pues se trataba de un musical que dirigía el maestro Serrano y canciones de Quintero, León y Quiroga, además contaba con grandes actores como Antonio Riquelme, Casimiro Hurtado y sobre todo Miguel Ligero. Sin embargo, las versiones de la obra de los hermanos utreranos, Serafín y Joaquín, que se habían hecho con anterioridad, como la que se representó en tres actos en el teatro Apolo de Madrid en 1903, con música del maestro Serrano, gustaría mucho a los madrileños que llenaron la sala. También, el film que más tarde hiciera (1922), para el cine mudo, José Buch es considerada una gran película, y la adaptación sonora que más tarde rodara Eusebio Fernández Ardavín, que se estrenó poco antes de la Guerra Civil (1936), cosecharía los aplausos de los cinéfilos.
En definitiva, Pepe, era un gran cantaor, un genio en muchos aspectos; pero, vistos los resultados y la opinión de los directores, lo suyo no era el cine. Personalmente, pensamos que el cantaor marchenero, además del fervor y lo apasionado que fue siempre del teatro quinteriano, veía en el cine la mejor posibilidad de ser universal, de dejar su imagen grabada para la historia. Conociendo al personaje, consideramos que Marchena buscaba no solo aquel narcisismo puntual, inminente…, que le hiciera estar en la cumbre de la fama, admirado por sus coetáneos, sino que aspiraba estar en el Olimpo de los dioses para las generaciones venideras y para ello el cine era, por entonces y lo sigue siendo, el mejor medio para conseguirlo.
Benito de Badajoz y Pepe
Entretanto, Pepe, que durante los primeros meses de 1955 había continuado con la anterior Compañía y con la obra “Mensajeros del Cante”, seguía contando con cantaores como Canalejas de Puerto Real, Pepe Azuaga que hace las veces de representante, amén de su fiel escudero y guitarrista Benito de Mérida; además, Rafaela de Córdoba, la Niña de Castro y Luis de Marchena (Luis Rueda Maqueda) que tan ligado estuvo siempre a su pueblo, a pesar de vivir en Madrid. Luis, solía venir casi todos los años a Marchena a cantarle a Jesús, durante la Semana Santa, al igual que sus hermanos Manolo y Matías. Luis fue, durante mucho tiempo, artista profesional, pero en los carteles seguía apareciendo con nombres distintos: Luis de Marchena, “Niño de Rueda”, Luis de Matías… Esta vez iba con el nombre de Luis de Marchena en la Compañía de Pepe, y contaba de estas fechas una anécdota referida a su compañero Canalejas, en la que Pepe Marchena para gastarle una broma, más de una vez le decía: “Juanito, yo no debería pagarte, con lo que comes te llevas el sueldo”; dicen que, Juan Pérez Sánchez (Canalejas), ‘tenía un saque’ para los asuntos culinarios excesivo.