El Nitri: Una llave que abrió la puerta al cante

Eduardo Ternero - 22 de marzo de 2020

El nombre del cantaor “El Nitri”: Tomás Francisco Lázaro de la Santísima Trinidad Ortega López, es casi tan largo como su poseedor lo fue en  el conocimiento que tenía de todos los palos. Estamos hablando  de una época en la que el Flamenco estaba en su infancia, porque “El Nitri” nació en el Puerto de Santa María el 17 de Diciembre de 1838. Todos los estudiosos del flamenco coinciden en decir que era sobrino carnal del “Fillo”, de  Curro “Pabla” y de Juan “Encueros”, sus célebres hermanos cantaores. Desde hace poco,  se puede afirmar que sería hijo de Andrés Ortega Heredia y de María Luisa López Monge, oriunda del Puerto.

Se ha investigado (Bohórquez) que Tomás “El Nitri” vivió en el Puerto de Santa María hasta 1853, o sea, hasta los 15 años de edad. Su padre, herrero de profesión, se trasladó con toda su familia a Cádiz, al Barrio de Santa María. Tomás crecería escuchando a grandes cantaores  gaditanos, desde los Cantoral hasta los Ortega, sus parientes. “El Nitri”  trabajó en la  herrería, pero pronto se dedicó a cantar  en reuniones familiares y no tardaría en abandonar el nido paterno para disfrutar de su libertad en Triana, en Málaga, en Granada y en Jerez, ciudades donde fue muy estimado.

Hasta hace poco, su vida era un enigma, casi todo eran especulaciones,  leyendas. Además de cantaor enigmático, por su carácter hermético y bohemio, esté gitano habría que encuadrarlo dentro del grupo de los raros, de los gitanos que crearon una leyenda alrededor de él. Pero esa manera suya de vivir, de no someterse a nada, sin ningún canon establecido, fue agigantando tanto  su figura que  el público de mediados del XIX le seguía e idolatraba. Fue tal su fama y tantas las anécdotas y rarezas que se contaban de él que su nombre ocupaba multitud de páginas de libros y periódicos.

Bohemio por temperamento y  por necesidad, pues poseyendo aquellas facultades  pudo vivir del cante y no padecer miseria alguna.  Dicen, y lo llegaría a decir su sobrino “El Caoba”, que “El Nitri” era “mu bebeó y mu juerguista”, pero su valor como cantaor, su estilo tan gitano  (seguramente con voz afillá como su tío “El Fillo”), hacía que los aficionados entraran en una especie de trance al escucharle y romperse las camisas.  “El Nitri” permaneció mucho tiempo con su tío de quien aprendió sus cantes, incluso se amancebó  con “La Andonda” que fuera mujer  del Fillo hasta su muerte.

Al “Nitri”, cuando se le dio  la llave del cante, hubo una polémica entre los aficionados, pues muchos  pensaban  que Silverio se la merecía más. Silverio Franconetti fue a todas partes desafiando a cantar a todo el mundo, y en todas partes triunfó;  en cambio, Tomás “El Nitri” no cantó en su vida delante del glorioso Franconetti, achacándose esto a las extravagancias de Tomás.  Lo cierto es que Silverio se murió sin tener el gusto de escuchar al famoso y enigmático calé. Parece ser  que no llegaron a tener buena sintonía, a pesar que tuvieron que bregar en los mismos escenarios, Silverio tenía un enorme interés en oír al Nitri porque era la única forma de conocer los cantes  antiguos, aquellos que cantaba “El Fillo”, su maestro. Y por eso precisamente “El Nitri” no quería cantar delante de él. Entre “El Nitri” y Silverio hubo además radicales diferencias artísticas, ya que  “El Nitri” ha pasado a la historia como prototipo de cantaor caprichoso y misterioso cuya especialidad fueron las seguiriyas y las tonás.

Silverio, al contrario, se prodigó más y ha pasado a la historia como uno de los  cantaores más completos. De todas formas era muy normal que dos grandes ídolos tuviesen esa rivalidad, pues eso hace que las aficiones lidien y hace que los aficionados les sigan de forma fanática, como lo fue Chacón y Manuel Torre, Marchena y Vallejo, Lebrijano y Fosforito…pasaba con el toreo (Joselito y Belmonte) y ocurre con el futbol (Sevilla y Betis).

 “El Nitri” debió tener un carisma único, un carácter bohemio que le haría ser admirado por los que le escuchaban. No lo sabemos con certeza;  pero movía las masas allá donde iba. Tanto es así que los aficionados y los entendidos creyeron que era merecedor de la primera llave del Cante. Unos dicen que fue  en 1868, en el Café “Sin Techo” (Málaga),de manos de Manuel Pérez  de  Guzmán y el general Sánchez Mira;  otra versión apunta que fue en Jerez de la Frontera, durante una fiesta flamenca  de cabales. Lo cierto es que, gustaba de  cantar en reuniones de amigos y familiares y nunca  compitiendo con otros cantaores ni subyugado a cobrar por ello.

Tomás “El Nitri”,  aquel cantaor gitano, libre, dueño de sus tiempos y de su cante,  enfermó muy joven y  moriría  el día 2 de noviembre de 1877, con tan solo  38 años de edad en Jerez de la Frontera, a consecuencia de tuberculosis, una enfermedad muy común por aquellas fechas y en la pobreza, como casi todos los grandes. Su muerte  fue en la misma calle donde algunos  años después nacería el genial Manuel Torre.

Imágenes: (Tomás “El Nitri”, María  Amaya “La Andonda”, “Café-cantante 1878)