Anecdotario flamenco IV

Eduardo Ternero - domingo,  28 de agosto de 2022

Hubo un tiempo en el que  los flamencos tenían aguantar a gente adinerada, que, la mayoría de las veces – sin saber nada de  nuestro arte –, pagaban para que el cantaor, guitarrista y unas acompañantes le amenizaran su velada, para su divertimento, hasta las tantas de la madrugada. Cuenta Manuel Celestino Cobos, conocido en el mundo del flamenco como “Cobitos” que, estando en Córdoba,  cuando llevaba casi una hora cantando,  el “señorito”, que pagaba la cuenta, se quedó dormido. Entonces “Cobitos” dejó de cantar y le dijo al guitarrista: “Deja de tocá, que este gachó sa dormío”. En ese momento, el durmiente, que despierta y  “Cobitos”, que ya había cantado doce o trece cantes y no sabía que más cantarle, le dice: “¿Quiere usted que le haga  ahora unos caracoles?” A lo que el tío va y le dice: “No, tu sigue cantando; los caracoles, cuando termines de cantar, te vas a hartar, que pago yo.”

Cobitos

Todos sabemos de la genialidad de Pepe Marchena y el desparpajo a la hora de contestarle a alguien cuando alguien pasaba la línea roja. En cierta ocasión, un espectador aficionado durante un espectáculo le increpó diciéndole: “... la malagueña no la has terminado de cantar  y ya te has pasado a los Cuatro Muleros…” Pepe, sin cortarse un pelo y recurriendo a su chulería, le contestó. “Aquí la gente no ha venido a escuchar cante flamenco, sino a escuchar a Pepe Marchena.”

En Madrid fueron contratados para  cantar varios artistas andaluces: Francisco Carrasco “Curro Malena”, Antonio Pérez “Perro de Paterna”, el guitarrista Pedro Bacán y el fotoperiodista Mario Fuentes Aguilar. Cuando llegaron al hotel, “el Perro de Paterna” se quedó pagando el taxi y Mario se fue a la recepción con los otros dos para inscribirse. Al llegar el recepcionista les preguntó cuántos serían, a lo que Mario le contestó nosotros tres y el “Perro”. El recepcionista les advirtió ustedes tres se pueden quedar, pero, en este establecimiento no se admiten animales. Entraba entonces Antonio “El Perro” y le dijo Curro Malena con mucha guasa: “Antonio, vuélvete pa Andalucía que aquí no quieren perros”.

Chocolate

Ustedes entenderán que por aquí la guasa y la ironía rebosan muchas veces. Dice un cuento flamenco que el móvil lo inventó un japonés que vino a un festival flamenco y escuchó a un cantaor hacer este cante: “lo he dicho y lo voy a hacé/ un teléfono sin hilo/ pa sabé de tu queré.” El japonés cogió la idea y salió en el primer avión para su país, en el lejano oriente,  se puso manos a la obra y al poco... Así que ya saben por qué tenemos móvil.

En el 1967, Antonio Núñez “Chocolate”, fue contratado para actuar en la II Caracolá Lebrijana. Antonio estaba en su momento más dulce y   fue designado para cantar el último. Como ustedes saben, cuando se iniciaron los primeros festivales, aquello era novedoso, todos eran en verano y se alargaban durante toda la madrugada. En Lebrija amanecía cuando, “Chocolate”, subió al escenario y antes de ponerse a cantar se dirigió al público que ya abría la boca de hambre y sueño y les dijo: “¡Ea!, ya se pueden llegar por un papelón de churros, hoy vais a desayunar chocolate con churros.”

Curro Malena

El que pongamos aquí anécdotas de flamenco, no significa que estemos de acuerdo con lo que piensan y dicen los protagonistas. Cuenta el  escritor y crítico  Ricardo Rodríguez Cosano que Antonio, “El Chocolate” tenía unas sentencias dignas de escribir, al igual que muchos flamencos, sobre todo por lo que habían vivido y lo que habían pasado a lo largo de sus vidas,  en el  trato con el público, con representantes, señoritos aprovechados… Un día, Rodríguez Cosano, estando en la Cafetería América de la Plaza del Duque, en Sevilla, con el representante Antonio Montoya y con Antonio Núñez “Chocolate”, hablando de cante, de cosas de flamenco…, hasta que la conversación  giró sobre quiénes aportaron más al cante flamenco, sobre todo de los antiguos. Hablaron de Silverio, de Chacón, de Pastora, de Vallejo, de Caracol, de Mairena, de Marchena, de Camarón, de Morente… Antonio intervenía poco, pero, como siempre y, con aguijón de avispa, cerró la discusión a su manera diciendo: “Escuchadme bien, que solo lo voy a decir una vez: al lado de Chacón y de Marchena, los demás hemos sido todos unos borrachos”…; las cosas de  “Chocolate”.

El Perro de Paterna

Pepe Marchena y Antonio Mairena (dos de los más grandes genios que ha dado el flamenco), nunca tuvieron buena relación, aunque se respetaban. Cada vez que se encontraban  en festivales, eventos, homenajes…, cruzaban palabras en forma de sorna e irónicamente se tiraban “bordeos” entre uno y otro. En una ocasión, Antonio Mairena, cuando había terminado de cantar  Marchena, le dijo: “Niño, hoy me ha gustado como has cantado, me has convencido totalmente” a lo que Pepe contestó: “Yo no tengo la culpa de que hayas sido siempre tan…” Imaginad, cada uno, lo que quiso decirle.  Otro día, mientras cantaba Mairena, en un festival y Pepe estaba escuchando, pues cada uno de ellos reconocía la genialidad del contrario; un aficionado, se dirigió a Pepe y le dijo: “Ese que canta tiene la voz como un becerro”, y Marchena genio y sabio donde los hubiera,  se dirigió hacia aquel “enterao” y le respondió: “Ese becerro, que tú dices, acabará echándonos a unos pocos del cante.”

Pedro Bacán

Paco de Lucia, fue sin duda un genio de la guitarra, pero, muchas veces, los genios cometen errores y suelen equivocarse. Un día, en una charla con amigos, al salir el nombre de Diego del Gastor, Paco hizo un comentario poco agraciado: “Ah, sí, ese del pelo blanco que se equivoca mucho”. Mucho tiempo después, tras diez años sin tocar en Sevilla, Paco de Lucía, pasó la mañana antes del concierto en el pueblo de Umbrete, del Aljarafe sevillano, con un grupo de amigos en el que se encontraban: Rafael Riqueni,  Tomatito, Raimundo Amador... y Dieguito de Morón, que estaba pasando allí unos días. Apoyadas sobre la pared, las guitarras dormían, nadie se atrevía a tocar delante de Paco. En un momento dado, Dieguito de Morón, cogió la sonanta y tocó varias falsetas.  Diego lo referiría más tarde: “Pasé mucha vergüenza y mucho miedo…, era tocar delante de los más grandes…”. En un momento dado, a Paco, le gustó mucho una falseta y le pidió a Dieguito que la repitiera un par de veces. Después, el maestro de Algeciras pidió la guitarra e intentó repetir lo que Dieguito había hecho. Tras dos o tres intentos, Paco, le devolvió la guitarra y dijo: “… eso está mu complicao pa mi”. Dieguito era el sobrino preferido de “aquel del pelo blanco que se equivoca mucho” y la falseta que Paco no ligó era de Diego del Gastor.

José Luis Montoya, aquel crítico y presentador de flamenco de prensa, radio  y televisión, que durante un tiempo hizo críticas en ABC de Sevilla, dijo una vez: “Fernanda y Bernarda de Utrera han perdido el tren del cante, ya no están en vanguardia…”, amén de algún que otro ‘regalito’ verbal. Bernarda, temperamental ella donde las hubiera,  se enteró y se envenenó de tal manera que un día lo trincó en el Gazpacho Andaluz de Morón y le dijo, agarrándolo de las barbas: “Montoya, a ver si te enteras, La Fernanda y La Bernarda tienen mucha clase y no viajan en tren, sino en taxi”.

LIBRO: “Agenda Flamenca” de Félix Grande 

Antonio Núñez "Chocolate" - Entrañas de Mi Cuerpo - Seguirillas

VER EN YOUTUBE: 

Antonio Núñez "Chocolate" "No busques," soleares, con Melchor de Marchena