Las zambombas gitanas

Eduardo Ternero - sábado, 25 de diciembre de 2021

La zambomba, como fiesta flamenca, surgió  en el triángulo bendito de la Baja Andalucía, donde hemos tenido muchos  la suerte de nacer. Si los orígenes de la tonás, seguiriyas, polos, cañas, soleá, bulerías… tuvieron lugar aquí, si el culto mariano y cristero también nos llevó a crear – desde el flamenco – la oración en forma de saeta; el tiempo de navidad no podía quedar huérfano de nuestro arte y aquellos villancicos, aquellos rezos y alegrías de celebración que muchos sentían por religiosidad,  por tradición, por la llegada de año nuevo, por la costumbre… les llevaría, en esta tierra nuestra, a aflamencar todos esos  cantes que se bañaban entre anises y dulces navideños. 

El pueblo andaluz y sobre todo el pueblo gitano que se movía y se mueve  entre Cádiz, Triana,  Lucena, Ronda…, ese polígono mágico que irradia por sí mismo con su idiosincrasia todo el  Valle del Guadalquivir, desde Sevilla hasta Sanlúcar  pasando por Jerez, fue el motor principal del nacimiento de la zambomba. Sus formas de expresar cualquier tipo de acontecimiento: navidad, carnaval, Semana Santa… cualquier evento abre la posibilidad   para que el flamenco sea el protagonista de la fiesta.

La zambomba propiamente dicha nacería sobre todo en los patios de vecinos de Jerez, los Puertos de de Cádiz, en los corrales de las Cavas de los Gitanos y Civiles de Triana, en las gañanías de la campiña… en los momentos de asueto de los pobres en caudales, pero ricos en corazón y en sentimientos cuando  se reunían para hacer un puchero, unos cardillos, unas tagarninas, una fritada de empanadillas… y entonaban cantes acompañados con los utensilios, herramientas o cacharros que utilizaban en aquellos felices momentos: botellas de anís, cántaros, almireces, carracas…. Y sobre todo la zambomba, que es la que da el nombre a este estilo de cantar a la Navidad. Todo valía para acompañar aquellos villancicos que se aflamencaron en la boca de quienes mamaron el flamenco.

Las letras bíblicas del nacimiento de Jesús, a la Virgen María y San José, las referencias a pastores,  a los Reyes Magos, a pasajes del nuevo testamento… se entonaron por bulerías, por tangos, por rumbas… Las candelas, el anís y los ánimos de aquella gente pobre hizo que las formas de rezar castellanas, las formas ancestrales y atávicas de recogimiento y oscuridad que proponían otros estamentos se volviesen alegres y fuesen motivos de fiesta y de alegría en los pobres de solemnidad, porque: “un pueblo pobre resiste, un pueblo triste se muere” Había que reír, había que salir de la miseria exultantes, con cantos, como quien demuestra que, en la mayor de las adversidades,  es capaz de resistir por la fuerza de espíritu que le acompaña. 

Pero ¿qué es una zambomba?  En primer lugar se cree que la zambomba, el instrumento clave de la navidad, esa especie de vasija (orza, cántara, tinaja…) que, cubierta con una piel tensada y una vara,  hace vibración produciendo el sonido, es originaria de ciertos pueblos de África (tribus del Congo). En muchos lugares africanos tienen como instrumentos musicales objetos parecidos a la zambomba como son   timbales, tamas, riqs, ektaras… todos hechos con pieles, con cuerdas, cañas… que emiten sonidos a sabana, a las tierras ocres y cielos límpidos africanos,  a baobab y a noches estrelladas del continente negro. La zambomba la traerían a España las primeras riadas de negros esclavos de la conquista musulmana, que se asentaron en Andalucía, posiblemente entre los siglos X y XV. El nombre del instrumento ha dado lugar a llamar a este tipo de fiesta-celebración-espectáculo ZAMBOMBA; aunque en algunos círculos ya se les empieza a llamar ZAMBOMBÁ, acentuando la última Á para anunciar que es una rama  nueva  dentro del árbol flamenco. 

Si bien hemos dicho que aquellos ancestrales villancicos provenientes de los castellanos tras la reconquista, unidos a algunos salmos judíos se fueron convirtiendo a partir del XVIII en sonidos flamencos, aunque conservasen letras y parecidos ritmos. Hemos dichos que fue en las localidades de la Baja Andalucía   donde se empezarían a cantar y a bailar, paralelamente a otros palos del flamenco.  Sin embargo, quienes proyectaron las zambombas como las conocemos hoy fueron los gitanos de Jerez y de Arcos de la Frontera, del Puerto, de Sanlúcar. Grupos de  gitanos de estas localidades  y  otros de los alrededores se juntaban en los patios con grandes hogueras; porque  al calor de la lumbre  tenía cabida toda la familia, desde los más ancianos hasta los niños de pecho. Todos participaban de lo que había, pero lo principal era hacer una gran olla de berza,  la típica olla jerezana con garbanzos y judías, casquería, tocino y mucha berza y verdura. Todo eso  además de los típicos buñuelos,  algunos dulces, el anís y sobre todo el cante que aliviaba el frío. 

Ya sabemos que los  villancicos flamencos  los han cantado grandes intérpretes (Manuel Torre, Pepe Marchena, La Niña de la Puebla, José Mercé…) que han hecho famoso esa forma de cantar a la Navidad, pero la zambomba es otra cosa, la zambomba o zambombá es un cante colectivo, es un motivo de alegría para reunirse la familia, los vecinos, los amigos y allegados y en estos días de festividad celebrar con algunas viandas y unos licores su hermandad y fraternidad mediante el cante, uno de los lazos más fuerte de unión que tiene la humanidad, pues desde siempre el cantar juntos, el agruparse para exaltar la alegría es una acto puramente humano. En cambio, como sabemos, los cantos o cantes tristes solemos realizarlos de forma individual: se pena en soledad. 

Durante el siglo XX, las zambombas continuaron de forma tradicional y generacional. En los patios, llegadas estas fechas en muchos lugares de Andalucía se escuchaban a compás los villancicos, sobre todo en las familias gitanas y sus allegados. Pocas veces en casas de payos se habían formado zambombas tal como las conocemos. 

A partir de los últimos años del XX y ya todo el XXI, las zambombas han tomado un enorme auge. El mundo del flamenco, los turistas, gente viajera acude a escuchar a los grupos de zambombas desde mediados de noviembre hasta bien entrado Enero. En muchos pueblos de Andalucía agrupaciones familiares, o grupos flamencos se han apuntado al carro de formar una zambomba que se promociona y va por los escenarios de Peñas, teatros, televisiones… para extrapolar sus cantes navideños al público en general. La zambomba tiene mucho tirón,  gusta mucho, puesto que es una de las pocas fiestas en las que el público asistente es casi parte del espectáculo, ya que las letras suelen ser conocidas, repetitivas, archiconocidas… y las músicas se mueven entre tangos, rumbas, bulerías…, sobre todos son cantes por fiestas, esas fiestas flamencas donde se fusionan por bulerías  retazos de coplas, trozos de romances, canciones antiguas…, todo al aire de villancicos, en la que la mayoría del público se siente copartícipe. 

Así que si no tienen nada mejor que hacer, asistan a disfrutar de zambombas o agrúpense amigos  y formen una, es una buena manera de pasarlo bien.

¡¡¡FELICES FIESTAS Y MEJOR ENTRADA DE AÑO!!!