2009 - Llega Obama... y vuelve Netaniahu

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En el 2009 asumieron el liderazgo de sus países el Presidente Barack Obama en EEUU y el Primer Ministro israelí Binyamín Netaniahu del Likud. (En la imagen, Encuentro Binyamín Netaniahu y Barack Obama en mayo 2009.)

Al igual que sus antecesores, Obama consideró que la solución del conflicto palestino israelí estabilizaría su mandato en la arena internacional. La diferencia con otros gobiernos anteriores es que Obama comenzó a presionar a las partes, principalmente a la israelí, a los pocos días de asumir su

mandato.

Obama defendía al Plan de Paz Saudita y proponía tender un puente de diálogo y entendimiento con el mundo musulmán: la referencia de Obama era regresar "al mismo respeto y colaboración que tenía América con el mundo musulmán hace apenas 20 ó 30 años". 

Una frase que manipula la historia, ignorando que 1989 fue un mal año en las relaciones norteamericano-musulmanas y que 1979 fue el peor: en noviembre de 1979, Jomeini derrocaba al shah de Irán y a continuación secuestraba la embajada estadounidense en Teherán, mientras la insurgencia islamista en La Meca movilizaba una oleada de ataques contra las misiones diplomáticas norteamericanas en ocho países de mayoría musulmana.

Una de las primeras medidas de Obama fue nombrar al experimentado mediador George Mitchell como su representante para el medio oriente. "Será mi política actuar de manera activa y enérgica para conseguir una paz duradera entre Israel y sus vecinos palestinos y entre Israel y los países árabes", sostuvo Obama unos días después de asumir su cargo.

Esa paz, sostuvo, debe incluir un Estado palestino y otro judío que convivan en paz. Sería "intolerable", declaró, "un futuro sin esperanza" para el pueblo palestino.

EEUU está "comprometido con la seguridad en Israel", apuntó el jefe de la Casa Blanca, tras recordar que el grupo terrorista islámico Hamás ha estado lanzando "durante años" cohetes contra la población del sur del territorio israelí desde Gaza, una práctica que debe cesar. Pero Israel, por su parte, debe retirarse "por completo" de la Franja (lo hizo tras Plomo Fundido) y permitir la apertura de las fronteras, demandó.

Al asumir su cargo, Netaniahu comenzó a experimentar la dura presión por parte de la Administración Obama para reconocer un estado palestino y para que se congele la construcción en los asentamientos de Judea y Samaria. En el discurso de Barack Obama en El Cairo (4 de junio 2009), el presidente norteamericano dijo: 

"Estados Unidos no reconoce la legitimidad de los asentamientos judíos y la continuación de la construcción en ellos ya que violan acuerdos anteriores y perjudican los esfuerzos para alcanzar la paz. Llegó el momento de detener esos asentamientos".

Dos semanas después del discurso de Obama en El Cairo, Netaniahu presentó su visión de paz para el medio oriente en el Discurso de la Universidad de Bar-Ilan.  (En la imagen, Netaniahu presesnta su Propuesta de Paz en la universidad de Bar Ilan.)

Por primera vez, Netaniahu aceptaba la premisa de "dos estados para dos pueblos". Para el Primer Ministro israelí:

Desde la izquierda y entre los palestinos, el discurso de Bar Ilan fue criticado por considerarlo insuficiente (los palestinos) o acusando al Primer Ministro de aceptar formalmente la creación de un estado palestino pero actuar en un sentido contrario (izquierda).

Los nacionalistas de la derecha israelí criticaban la aceptación de un estado palestino y ponían en duda la credibilidad de Netaniahu cuando aseguraba que mantendría la indivisibilidad de Jerusalén.

El diputado árabe israelí Ajmad Tibi comparaba las posturas de Netaniahu con las de su predecesor Ehud Olmert: 

"Lo máximo ofrecido por Olmert no alcanzaba a lo mínimo exigido por Mahmud Abbas. Lo ofrecido por Netaniahu es insuficiente".

El discurso de Netaniahu incluía una exigencia fundamental: la judeidad de Israel.

Si los judíos poseían un derecho anterior sobre la tierra de Israel, no se justificaba el derecho al retorno de los palestinos. Además, si los palestinos aceptaban esta exigencia, estarían renunciando a Dar el-Islam, la tierra sagrada islámica que no debe ser cedida por un creyente, so pena de muerte.

Desde el punto de vista teológico, aceptar la judeidad del estado de Israel es exactamente lo mismo que declarar el fin de todo tipo de exigencia hacia Israel… el fin del conflicto.

Abbas difícilmente poseía la fuerza para aceptar esto. No hay seguridad de que realmente esté dispuesto ideológicamente a esta renuncia. El Hamás debería renunciar a su ideología para aceptarla.

El discurso de Bar-Ilan era una propuesta muy cercana al consenso nacional en Israel. La inmensa mayoría de israelíes aceptaban la creación de un estado palestino desmilitarizado, se rechazaba el derecho al retorno palestino y se apoyaba la exigencia de ser reconocidos como el estado del pueblo judío. Sobre el futuro e indivisibilidad de Jerusalén, el consenso no era tan contundente.

En Bar-Ilan, Netaniahu defendió el derecho a continuar construyendo en los asentamientos judíos de Judea y Samaria según las necesidades del crecimiento natural. El estatus final de los territorios en disputa sería acordado en las negociaciones finales, afirmaba Netaniahu. 

Lo cierto es que la presión de Barack Obama obligó al gobierno israelí a declarar la congelación de la construcción en los asentamientos durante 10 meses, un período finalizado el 26 de setiembre del 2010. El Primer Ministro israelí afirmó que se trataba de una decisión única, irrepetible y que no se iba a extender.

Tras la declaración de congelación por parte de Israel, los palestinos adujeron que la decisión no se estaba cumpliendo. Durante nueve meses, los palestinos rechazaron regresar a las mesa de negociación, disfrutando al ver la presión que le imponía la administración norteamericana al gobierno de Netaniahu. Durante estos meses, el Primer Ministro logró convencer a varios líderes de la principal potencia mundial sobre su seriedad y supuesta preparación para realizar concesiones.

En setiembre del 2010, los palestinos finalmente aceptaron entablar un diálogo directo con el gobierno israelí de Binyamín Netaniahu.

Para continuar dialogando, exigían la extensión del periodo de congelación de la construcción en los asentamientos judíos, "congelación" que según ellos no se cumplía.

Los EEUU han apoyado la extensión de la moratoria para facilitar el clima del diálogo. A mediados de setiembre del 2010, la secretaria de estado Hillary Clinton solicitó la extensión de la moratoria por otros tres meses.

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