1917 - La Declaración Balfour (2 de noviembre)

Resumen

Martin Kramer sobre la Declaración Balfour: The Forgotten Truth about the Balfour Declaration (2017), The Balfour Declaration and the Jewish Threat that Made Britain Honor It (2019), Was the Balfour Declaration a Colonial Document? (2020)

A menudo se considera que la Declaración Balfour comienza el proceso jurídico que llevaría al establecimiento del estado de Israel con aprobación de la ley internacional... y, claro está, con el esfuerzo y la sangre de los sionistas.

Se conoce como Declaración Balfour la carta (ver la carta) que el 2 de Noviembre de 1917 el ministro de asuntos exteriores británico, Sir Arthur James Balfour, 1874-1952, Primer Lord del Almirantazgo, manda a Lord Rothschild, judío británico y sionista, afirmando que el Gobierno de Su Majestad “vería favorablemente el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina.”

El periódico londinense The Times publica la Declaración Balfour el 9 de noviembre de 1917, el mismo día en que da noticias sobre el golpe bolchevique de Lenin en Petrogrado (San Petersburgo).

En junio de 2017, en el año del centenario de la Declaración, Martin Kramer publica un importante ensayo, The Forgotten Truth about the Balfour Declaration, en el que esencialmente destaca:

“La Declaración Balfour no legitimó el Sionismo. Fue el Sionismo, mediante sus esfuerzos diplomáticos, el que legitimó la Declaración Balfour. No solo su emisión dependió del acuerdo de las potencias Aliadas, sino que este acuerdo había sido logrado por los propios sionistas —por Weizmann, Brandeis y, sobre todo, por el olvidado Nahum (Najum) Sokolow.”

Kramer destaca dos aspectos, hoy en gran medida olvidados, de la Declaración y del proceso seguido para obtenerla (y de las consecuencias de tal olvido):

Más adelante, en The Balfour Declaration and the Jewish Threat that Made Britain Honor It (2019), Kramer responde la pregunta que a menudo se planteó sobre la Declaración Balfour, ¿por qué emiten los británicos una carta tan aparentemente atípica y poco diplomática?, con de la información que proporciona apertura de los archivos del Reino Unido en los años 70, concluyendo que los británicos emiten la Declaración para:

Por su parte, Nathan Brun señala cómo otra carta, esta declarando una ruptura amorosa en Inglaterra en 1915, fue esencial para que se llegara a la Declaración, pues anonadó al abandonado, el entonces Primer Ministro británico, Henry Herbert Asquith, que pronto se vería obligado a dimitir, abriendo así las puertas al nuevo gobierno que traería la Declaración.

La Declaración se hace tras meses de negociaciones (que comenzaron casi dos años antes, en el otoño de 1915) del ministro británico con, entre otros, Jaim Weizmann en representación de la Organización Sionista Mundial (portal de ésta hoy), Nahum Sokolow y Louis D. Brandeis, en EEUU. El Dr. Weizmann era un químico judío nacido en Rusia que en 1904 se había trasladado a Inglaterra y que una década después había desarrollado un método para producir acetona a partir del maíz, producto vital para la munición de artillería y que escaseaba entre británicos y aliados. Durante esa época conoce a Balfour y a David Lloyd George (ministro británico de municiones), que le tenían en alta consideración. En 1916 Lloyd George se convirtió en Primer Ministro británico y Arthur Balfour en Ministro de Asuntos Exteriores. Así concurren los propios designios británicos para Palestina y la ambición sionista, que Weizmann aprovecha bien.

Antes de firmarla, el británico Sykes (el del Acuerdo Sykes-Picot) sugiere a los sionistas que para hacerlo debe contar con el apoyo de los franceses, encargo del que se ocupará Sokolow, con éxito, al obtener también el acuerdo de Italia y el Vaticano, en Europa, y coordinar el apoyo que Louis Brandeis, Presidente del Tribunal Supremo en EEUU, obtendría del Presidente Woodrow Willson.

La Declaración Balfour respondía tanto a los intereses británicos, y de los Aliados en general, como a su simpatía hacia la causa sionista. En los albores de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña necesitaba el apoyo de los judíos (y de los árabes) frente a los otomanos, aliados de los rusos, así como proteger la ruta marítima a través del Canal de Suez, esencial para su economía, y la ruta terrestre hacia la India, joya de la corona de su imperio. Y apoyar a los sionistas parece que podía contribuir a ello, al justificar su pretensión de dominar (los británicos) Palestina.

Más adelante, la Declaración Balfour se incluyó en la Resolución de San Remo en 1920 y, desde el 24 de julio de 1922, en el Mandato (Administración fiduciaria) por el que los británicos administraron temporalmente Palestina. El preámbulo del Mandato dice:

"La Administración Fiduciaria debería responsabilizarse de llevar a cabo la declaración originalmente hecha el 2 de noviembre de 1917 por el Gobierno de Su Majestad Británica [la Declaración Balfour]... a favor del establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío…"

La actitud británica favorable al sionismo sufriría un cambio, primero en 1931 y, definitivamente, con el Libro Blanco de 1939. En todo caso, desde el principio, los militares británicos trataron de subvertir la declaración de su gobierno, al punto de incitar la revuelta árabe de 1920 en Jerusalén.

Los árabes se tomaron la declaración como un acto de deshonestidad británica y una traición a la promesa, no pública, de establecer un país árabe unido desde el Mar Rojo hasta el Golfo Pérsico (correspondencia Hussein-McMahon, 1915), que los británicos les habían hecho por su colaboración durante la Primera Guerra Mundial en la región del Hijaz contra los otomanos

La gran diferencia de esas promesas con la Declaración Balfour, además de que aquéllas no fueron públicas y la Declaración Balfour sí y de que el mismo McMahon diría que lo ofrecido nunca incluía Palestina sino Iraq y Siria, es que lo ofrecido por McMahon nunca contó con el imprescindible apoyo de las potencias aliadas, especialmente de Francia que, tras la I Guerra Mundial lo primero que hizo fue deponer a Hussein del trono de Siria, donde le habían colocado los británicos, al ir contra sus intereses, y por ello se negó a incluir referencia alguna a ello en la Declaración de San Remo. Lo ofrecido por McMahon sí que fue cosa británica en exclusiva. La Declaración Balfour fue cosa de las potencias aliadas, entonces lo más cercano a un acuerdo internacional.

Lord Balfour pone la primera piedra de la Universidad Hebrea (foto) el 24 de julio de 1918. 

El periódico londinense The Times dice el 19 de septiembre de 1919: 

"Nuestra obligación, como Administración Fiduciaria será hacer de la Palestina judía no un estado en dificultades sino un estado capaz de desarrollar una vida nacional vigorosa e independiente."

Aunque a algunos pueda sorprender, la Declaración Balfour no fue bien recibida por todos los judíos americanos. En ese artículo, Rick Richman recuerda cómo el 11 de diciembre de 2017 Henry Morgenthau, prominente judío y entonces embajador de Wilson ante el Imperio Otomano, escribe en el New York Times:

"Cuando el mensaje principal al mundo del pueblo judío y su religión debiera ser uno de paz, hermandad e internacionalismo, qué gran error sería establecer un estado nacional limitado y, consiguientemente, parecer que así se crea una frontera física a su influencia religiosa."

Y, en la misma línea, también recuerda cómo el 4 de julio de 2018 la Conferencia Central de Rabinos Americanos (CCAR) emite la siguiente declaración:

"El ideal judío no es el establecimiento de un estado judío - no es la reivindicación de una nacionalidad judía hace mucho superada. Creemos que nuestra supervivencia como pueblo depende de la reivindicación y el mantenimiento de nuestro histórico papel religioso y no de la aceptación de Palestina como hogar del pueblo judío. La misión de los judíos es ser testigos de Dios en todo el mundo."

El 5 de septiembre de 2018, el New York Times publica la carta del Presidente Wilson del anterior 31 de agosto al rabino sionista americano Stephen S. Wise, en la que, a petición de este, por primera vez muestra públicamente su apoyo a la Declaración Balfour (en privado le había dado su apoyo expreso, comunicado a los británicos antes de que estos emitieran la declaración casi un año antes):

"Agradezco la oportunidad de expresar la satisfacción que he sentido con el progreso del movimiento sionista en Estados Unidos y en los países aliados desde la declaración del señor Balfour en nombre del gobierno británico sobre la aprobación por Gran Bretaña del establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y su promesa de que el Gobierno Británico hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de tal objetivo, en el bien entendido de que nada se hará en perjuicio de los derechos civiles y religiosos de la gente no judía de Palestina ni de los derechos o el status político de los judíos en otros países."

Con tal declaración, EEUU sería el cuarto gran aliado - tras Gran Bretaña, Francia e Italia - en apoyar públicamente el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina, convirtiendo así la declaración Balfour en un hecho públicamente consensuado entre las potencias entonces aliadas, cuando la Primera Guerra Mundial se acercaba a su fin.

Dos días después de la declaración de Wilson, el mismo New York Times se hace eco de los sermones de algunos eminentes rabinos neoyorkinos oponiéndose a la declaración de Wilson, como la del rabino Schulman:

"Nuestro destino no es convertirnos en un pequeño pueblo oriental en Palestina. Mas bien es persistir en el mundo como Israel, Sacerdote de Dios: ser testigos como congregación de Dios en el mundo entero, ser parte de cada nación, abdicando de la nacionalidad política como algo muy menor."

No obstante, en ese mismo artículo y en otros de los días siguientes, también se haría eco del apoyo a la declaración de otros judíos, mostrando la división de los judíos americanos sobre el movimiento sionista, que hasta hoy persiste.

Balfour 100: The Fathom Essays (2017) - Varios ensayos relativos a la Declaración publicados con ocasión de su Centenario

Texto (Español)

*** Traducción propia del original que reproduzco más abajo.

2 de noviembre de 1917

Estimado Lord Rotschild:

Tengo gran placer en comunicarle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía con las aspiraciones Sionistas Judías que ha sido sometida a, y aprobada por, el Consejo de Ministros.

"El Gobierno de Su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y hará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de tal objetivo, en el bien entendido de que nada se hará que pueda prejuzgar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina o los derechos y el status político que los judíos disfrutan en otros países."

Le agradecería que pusiera esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista.

Sinceramente suyo,

Arthur James Balfour

Texto (English)

Fuente: Avalon Project

"November 2nd, 1917

Dear Lord Rothschild,

I have much pleasure in conveying to you, on behalf of His Majesty's Government, the following declaration of sympathy with Jewish Zionist aspirations which has been submitted to, and approved by, the Cabinet.

"His Majesty's Government view with favour the establishment in Palestine of a national home for the Jewish people, and will use their best endeavours to facilitate the achievement of this object, it being clearly understood that nothing shall be done which may prejudice the civil and religious rights of existing non-Jewish communities in Palestine, or the rights and political status enjoyed by Jews in any other country."

I should be grateful if you would bring this declaration to the knowledge of the Zionist Federation.

Yours sincerely,

Arthur James Balfour"

Otros Documentos selectos relevantes

Apoyo de EEUU a la Declaración

Fuente: The Jewish Virtual Library

El 3 septiembre de 1917, el Presidente de EEUU, Woodrow Wilson, contesta que aún no ha llegado el momento de apoyar pero lo hace poco después, el 6 de octubre, persuadido por Louis Brandeis y superando la vigorosa oposición de su asesor más cercano, "Coronel" Edward House. (Richard Ned Lebow, "Woodrow Wilson and the Balfour Declaration," The Journal of Modern History, Dec., 1968, pp. 501-23, según cita de Mitchell Bardin en The Arab Lobby: The American component, Middle East Quarterly, Otoño 2010; Michael B. Oren, Power, Faith and Fantasy, 2007)

El Presidente Wilson expresa públicamente su apoyo a la Declaración Balfour cuando el 3 de marzo de 1919 dice:

"Las naciones aliadas con la plena concurrencia de nuestro gobierno y nuestro pueblo han acordado que en Palestina deben sentarse las bases de una Commonwealth Judía."

Tras Wilson, sus sucesores muestran apoyo semejante. El Presidente Warren Harding afirma:

"A cualquiera que haya mínimamente estudiado los servicios del pueblo hebreo le resulta imposible eludir la fe de que un día serán restaurados en su hogar nacional histórico y allí entrarán en una nueva y aun más espléndida fase de su contribución al avance de la humanidad." 

Calvin Coolidge sostiene su:

"simpatía hacia el profundo e intenso anhelo que halla tan fina expresión en el Hogar Nacional Judío en Palestina."

Herbert Hoover observa:

"Palestina que, desolada durante siglos, renueva ahora su juventud y vitalidad mediante el entusiasmo, duro trabajo y sacrificio personal de los pioneros judíos que allí trabajan con espíritu de paz y justicia social."

El Congreso no era menos, como muestran las resoluciones conjuntas de ambas cámaras que en 1922 y 1944 aprueban y apoyan la Declaración Balfour. En 1922, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes declaró:

"Los Judíos de América están profundamente interesados es establece un Hogar Nacional en la antigua tierra para su raza. Desde luego, tal es el ideal del pueblo judío, de cualquier lugar, pues, a pesar de su dispersión, Palestina ha sido objeto de su veneración desde que fueron expulsados por los romanos. Durante generaciones han orado por su vuelta a Sión. Durante el último siglo esa oración ha tomado forma práctica."

Legislaturas de 33 estados, que representaban el 85 por ciento de la población, aprueban también resoluciones apoyando la creación de un estado judío en Palestina, y 37 Gobernadores de estado, 54 senadores y 250 congresistas firman peticiones al Presidente en ese sentido.

Debates de la reunión en la que Weizmann presenta a los líderes judíos de la época esta declaración

Texto manuscrito original que recoge los debates de la reunión en la que Weizmann presenta a los líderes judíos de la época esta declaración, antes de que la misma sea publicada, así como de las conflictivas posiciones de dichos líderes e incluso de la posibilidad de que Weizmann tuviera que dimitir como 'representante' de los judíos si no lograba el acuerdo de dichos líderes.

Bibliografía y Artículos relacionados

After the Mandate: The Tragic Error of the Balfour Declaration (Christopher Sykes, 1948)

Cross Roads to Israel - Palestine from Balfour to Bevin (Christopher Sykes, 1967)

The Balfour Declaration (Leonard Stein, 1983)

Britain’s Secret Re-Assessment of the Balfour Declaration. The Perfidy of Albion (John Quigley, 2011)

Promises to Keep. Jonathan Schneer’s history of the Balfour Declaration frames a still-unfolding struggle (ITAMAR RABINOVICH, 15 sep 2010)

The History Lesson So Desperately Needed By Israel’s Detractors (PAUL SCHNEE, Feb 11 2011) - Pone en su contexto legal la Declaración Balfour y la Conferencia de San Remo

Recursos sobre la Declaración Balfour (bbcwatch.org)