Foto de la instalación en Al Kabir, antes del ataque israelí.
Tras alcanzar el poder en mayo de 1977, el Primer Ministro Menajem Beguin añadió otra 'línea roja' a la Doctrina de Seguridad de Israel: el desarrollo y construcción de instalaciones nucleares por un estado hostil conllevaría una respuesta de Israel.
En junio de 1981, aviones de Israel destruyeron una planta nuclear iraquí cerca de Bagdad y, según fuentes periodísticas, aviones de Israel volvieron a destruir una planta nuclear en el norte de Siria en el verano de 2007, aunque el gobierno de Israel, presidido por Ehud Olmert, mantuvo silencio al respecto. La destrucción se hizo contra la enérgica oposición de la entonces Secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice (el Presidente era George W. Bush), que había sido la diseñadora del renovado empuje americano por alcanzar un acuerdo con Corea del Norte, y ello teniendo en cuenta que este país era el que había construido el reactor en el desierto sirio, reactor prácticamente idéntico al coreano de Yongbyon.
Aún en septiembre de 2012, el entonces Jefe de Estado Mayor de las IDF, Gabi Ashkenazi, niega, si bien con la boca pequeña, saber nada del asunto: "No tengo ni idea de lo que hablan, pero sí sé que no de todo ha de hablarse".
Así, algunos, por ejemplo, Avi Shilon, Begin 1913-1992 (Tel Aviv: Am Oved, 2007, pp. 335-46) o la misma CIA, sostienen que el 6 de septiembre de 2007, en un ataque sorpresa al amanecer, siete aviones de guerra israelíes destruyeron unas instalaciones cerca de al-Kibar, Siria, luego identificadas por la CIA como un reactor nuclear casi terminado que se venía construyendo en secreto desde 2001.
Parece que la operación fue denominada Operación Huerta, y fue ejecutada con la participación de la Sayeret Maktal, unidad de inteligencia tras las líneas enemigas del Amán, Servicio de Inteligencia Militar.
En su libro Shadow Strike (23019) Yaakov Katz cuenta por primera vez la historia completa de este incidente. Poco después Mike Doran, que en la época del incidente había sido miembro de esta administración y conocía los hechos, publica Red Light, Green Light, donde hace la crítica del libro, que considera "certero en juicio y sobre los hechos".
Según funcionarios useños y de otros países con acceso a informes de inteligencia, el reactor nuclear se basaba en un modelo usado por Corea del Norte para crear reservas de fuel para sus armas nucleares. Según fuentes de la CIA se trataba de una instalación capaz de suministrar 1-2 armas/año.
El 28 de abril de 2011, pasados casi cuatro años del bombardeo israelí y en plena decadencia del régimen de Assad en Siria, el Presidente de la AIEA, Yukiya Amano, afirmó oficialmente por primera vez en París que Siria intentaba construir una instalación nuclear secreta y que el asunto requería más análisis.
El 10 de septiembre de 2012, David Makovsky publica en el New Yorker nuevos detalles de la operación; según esa información, los israelíes usaron cuatro aviones F-15 y otros cuatro F-16 que soltaron unas 17 toneladas de explosivos sobre el reactor sirio entre las 12:40 y 12:53 a.m. del 5 de septiembre de 2007 (no tengo claro si quiere decir a las 00:40 del 6 de septiembre, y ello sería acorde con las anteriores noticias, o del 5, y esto sería novedoso pues adelantaría en un día el acontecimiento).
Los servicios de inteligencia de Israel obtuvieron información sobre este proyecto secreto tras robar los datos del portátil de un alto funcionario sirio. Parece que el programa nuclear sirio fue una sorpresa tanto para los israelíes como para los EEUU. Antes del ataque ni los israelíes ni los americanos se habían referido a posibles ambiciones nucleares sirias ni habían tomado medidas ante tal posibilidad, y ambos actuaron de forma peculiarmente extraña tras el ataque aéreo.
No obstante, The Washington Post publicó que el ataque:
"tuvo lugar, según fuentes del gobierno de EEUU, después de que este verano Israel compartiera información con el Presidente Bush indicativa de que personal nuclear de Corea del Norte se hallaba en Siria."
Según el The New York Times:
"The description of the target addresses one of the central mysteries surrounding the Sept. 6 attack, and suggests that Israel carried out the raid to demonstrate its determination to snuff out even a nascent nuclear project in a neighboring state. The Bush administration was divided at the time about the wisdom of Israel’s strike, American officials said, and some senior policy makers still regard the attack as premature.
Según Fox News:
"The reactor was destroyed by Israeli jets in September 2007. Nonetheless, its construction indicates a real threat of the spread of nuclear weapons technology, lawmakers said. It "is a serious proliferation issue, both for the Middle East and the countries that may be involved in Asia," said Michigan Rep. Pete Hoekstra, the ranking Republican on the House Intelligence Committee. Intelligence officials told several House and Senate committees that the destroyed site was designed to produce a small amount of plutonium, a highly radioactive substance."
Y el 2 de febrero de 2013, tres días después de que el 30 de enero Israel atacara instalaciones y/o convoyes militares con armas químicas/nucleares o antiaéreas cerca de Damasco en territorio sirio, quien en 2007 era Viceconsejero de Seguridad Nacional encargado de los asuntos de Oriente Medio en el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Elliott Abrams, cuenta con algún detalle, desde la perspectiva de los EEUU, lo del reactor sirio en 2007 en Bombing the Syrian Reactor: The Untold Story.
Abrams, confirmando la información del Washington Post, relata cómo a mediados de mayo de 2007 EEUU recibe una petición urgente para recibir en la Casa Blanca al Jefe del Mossad que les muestra pruebas de la construcción de la instalación nuclear siria al lado del Éufrates, sin conexión a la red eléctrica, esto es, con objetivo claramente militar y no de producción de energía; también relata las alternativas militares y diplomáticas, cubiertas y abiertas, etc. que EEUU elabora para enfrentar la amenaza; por supuesto, también se plantean si el ataque debe hacerlo EEUU (como pedía el Vicepresidente de EEUU, Dick Cheney) o Israel (como apoyaba el propio Abrams) o se debe dejar actuar a las organizaciones internacionales (AIEA y NNUU, como apoyaban Rice y Gates). El artículo de Abrams es esencial y ha de leerse para entender la posición americana en el incidente; acaban decidiendo que el atacante no sería ni Israel ni EEUU (que, además, amenaza fuertemente a Israel para que no actuara por sí), que se acudiría a la AIEA y, leugo, en su caso al Consejo de Seguridad de NNUU, al tiempo que el Presidente Bush propondría negociaciones Israelo-Palestinas en búsqueda del Status final y un estado palestino. Como sabemos, el Primer Ministro israelí Olmert no se plegó a las exigenciasd de EEUU y, según Olmert, Bush respetó la decisión israelí, incluso alabando los 'cojones' de Olmert.
Según cables desvelados por Wikileaks en 2011, parece que Siria consideró responder al ataque lanzando armas químicas contra Israel. Los mismos informes ponen de relieve cómo Irán y Siria arman al Jizbolá al que preparan para que en la próxima confrontación con Israel pueda lanzar entre 400-600 proyectiles diarios contra Israel, de los cuales 100 diarios se dirigirían contra Tel-Aviv.
Un buen artículo sobre el tema: Israel’s Airstrike on Syria’s Reactor: Implications for the Nonproliferation Regime, de Leonard S. Spector y Avner Cohen.
El ataque repite el raid israeli de 1981, cuando Israel destruyó el reactor nuclear de Osirak en Iraq poco antes de que fuera operativo. El ataque fue oficialmente condenado por la administración Reagan, pero los israelíes lo tienen entre sus mejores logros militares. Durante las semanas anteriores a la Guerra de Iraq, responsables de la administración Bush sostuvieron que el ataque retrasó muchos años las ambiciones nucleares iraquíes.