Un estado, Dos estados, Tres estados, Cuatro estados, Statu quo, ...

Introducción: el Conflicto

Para enfrentar e intentar resolver los intereses contrapuestos de israelíes y judíos y árabes y musulmanes sobre la Tierra de Israel o Palestina, que algunos prevén y anuncian ya desde finales del siglo XIX, se han propuesto a lo largo del tiempo diversas alternativas para llevar a buen puerto el 'proceso de paz', término este acuñado tras la Guerra del Iom Kipur de 1973 por Harold Saunders, entonces Subsecretario de Estado para Asuntos de Oriente Próximo con Kissinger, y desarrollado (el proceso de paz) fundamentalmente sobre la base de la anterior CS Res 242 de 1967. Aunque hay otras minorías (drusos y beduinos y, más significativamente, árabes cristianos) con intereses sobre el territorio y en el conflicto, sus propuestas y presiones han sido mucho menos significativas.

En el párrafo anterior he mezclado conscientemente estado y religión, porque, por más que les pese a muchos, el conflicto hunde sus raíces en ambos. Muchos lo han dicho antes, yo mismo en el párrafo anterior, escrito años antes que éste, pero a finales de 2015 Nadav Shragai, con ocasión de relatar el origen del statu quo actual, lo vuelve a decir con sencillez:

"Para ambos, árabes y judíos, separar nacionalidad y religión es casi imposible."

En realidad, no existe acuerdo ni siquiera sobre el territorio total que debería ser objeto de regulación, que va desde las posiciones maximalistas (del Eufrates al Nilo) de algunos sionistas, apenas representativos, a otras más ‘realistas’ y limitadas (del Jordán al Mediterráneo), mayoritarias entre los palestinos (y dominante entre sus líderes de todo el espectro político religioso), mal que les pese a algunos, y entre los denominados sionistas religiosos israelíes (aunque muy poco defendida públicamente por los demás líderes políticos y gubernamentales israelíes). Sobre la opinión de la población palestina dice Polisar, tras analizar más de 400 encuestas llevadas a cabo por centros palestinos durante las últimas dos décadas:

"Juzgando por el conjunto de las evidencias existentes, está claro que la mayoría de los palestinos que viven en la Ribera Occidental y Gaza se oponen, y lo llevan haciendo desde hace muchos años, a la más generosa oferta que probablemente puedan recibir para establecer su propio estado al lado de Israel. Cuando se les da a elegir entre tres opciones —dos estados, un único estado con igualdad de derechos para palestinos e israelíes o un estado palestino del río al mar— la parte del león durante los últimos doce años elige la opción maximalista, en general por un amplio margen. En las raras ocasiones en que se les pregunta qué debería hacerse si los líderes palestinos alcanzaran un acuerdo de dos estados viviendo uno al lado del otro, la mayoría declara que la lucha debería en cualquier caso continuar hasta la plena 'liberación' de toda la Palestina histórica [del río al mar]."

En paralelo, la opinión de los israelíes en las encuestas indica una mayoría, últimamente algo decreciente, a favor de la solución dos estados (55% frente al 40% de oponentes, según la última encuesta de diciembre de 2016 del Instituto Truman para la Promoción de la Paz de la Universidad Hebrea junto al Palestinian Center for Policy and Survey Research, que ratifica otras anteriores en el mismo sentido).

A mediados de 2014, Gideon Sa'ar, que ha sido Ministro de Educación y Ministro del Interior con Netanyahu, dijo:

"El conflicto [con los palestinos] no es de los que se resolverá en el futuro previsible."

Algunos han interpretado que cuando lo dijo no hacía sino de vocero oficioso del Primer Ministro Netanyahu, lo que a finales de 2015 parece confirmarse, como bastante más abajo apunto al hablar del statu quo (aunque luego, en septiembre de 2014, Sa'ar  abandona el gobierno de Netanyahu, probablemente en relación con el conflicto interno por el poder en el Likud y/o por diferencias políticas - pero en 2017 se reincorpora a la actividad política dentro del Likud).

Soluciones, Resultados, Situaciones, Posibilidades, Movimiento

Aunque en este ámbito a las diversas propuestas o posibilidades se las suele denominar 'Soluciones' (Solución Un-Estado, Solución Dos-Estados, ...) creo que sería mejor hablar de 'Posibilidades' o 'Resultados', pues no son más que meras posibilidades teóricas y, en muchas ocasiones, quienes las plantean no buscan en realidad una solución sino un resultado que avance futuras posiciones desde un punto de partida mejor. 

Entre muchos, el General de brigada de las IDF, retirado, Michael Herzog es uno de los que prefiere decir 'Resultado Un Estado' (mayo 2014). 

El embajador israelí Michael Oren, paladín en 2014 de lo conocido como 'Plan B', prefiere hablar de 'Situación' (sobre el minuto 9:30 en el anterior vídeo), esto es, algo temporal, como alternativa a 'Solución', que implica algo definitivamente resuelto - Martin Kramer fue al primer israelí al que en Geopolitics of the Jews (invierno de 2006-2007) leí preguntándose por el Plan B israelí ante cinco supuestos que plantea: "¿cuál es nuestro Plan B para ese caso?"; en 2013 vuelve a referirse al asunto en Superpower Outrage, donde cita el anterior; en 2015, insiste y pregunta.

En diciembre de 2014, el brillante historiador y embajador israelí Itamar Rabinovich habla de 'Movimiento' (a partir del minuto 15:30 en el vídeo; a continuación, en el mismo vídeo, Oren concurre con Rabinovitch, pero inmediatamente reitera su preferencia por la idea de 'Situación'), implicando, una vez más, que en la actualidad no cabe aspirar a solución alguna, sino a mover piezas que creen nuevas realidades, por si el nuevo panorama abre nuevas posibilidades.

Campo de juego de las alternativas

La mayor parte de las propuestas pueden agruparse en dos grandes bloques: las que buscan el establecimiento y existencia de un solo estado en el territorio y las que buscan dos estados; pero hay otras, muy minoritarias, que llevarían a la existencia de tres o cuatro estados. Y, por supuesto, están las que optan por que, por ahora, las cosas se queden como están, statu quo, (hoy, creo, dominantes entre los israelíes y los líderes palestinos), como parece preferir Netanyahu, al menos si es cierto que Gideon Sa'ar hablaba en su nombre cuando en junio de 2014 declaró públicamente:

"El statu quo es mejor alternativa que un cambio en el statu quo. La opción un-estado no existe porque nadie está interesado en volver a ciudades palestinas."

Unas y otras alternativas han teniendo altibajos de popularidad. A principios de 2014, el resultado de dos estados, dominante durante gran parte de las dos décadas anteriores, parece perder pié entre los principales interesados, palestinos e israelíes, aunque se mantiene como paradigma entre la comunidad internacional. En Israel se abre el debate sobre el abandono de la idea de 'acordar' la creación de dos estados, en los términos en que venía planteándose, y la posible adopción de otras alternativas: desde quienes sugieren la anexión de toda Judea y Samaria, como Caroline Glick, a quienes proponen la anexión unilateral de un 10%, como Michael Oren (que, al tiempo, lleva años propugnando la retirada unilateral del resto de Cisjordania) o Yair Lapid, o del 60%, correspondiente a toda la zona C (definida en los Acuerdos de Oslo), como Naftali Bennet.

Acaso sea Yossi Klein Halevi quien en 2014, al final de la Operación Margen Protector, mejor haya expresado el sentimiento que a muchos nos provoca el Resultado Dos Estados:

"Tengo dos pesadillas relacionadas con un estado palestino: que vaya a haber uno y que no vaya a haber uno."

A finales de 2014, palestinos e israelíes parecen acentuar su desconfianza hacia la posibilidad de Dos Estados.

En 2015 Evelyn Gordon habla de que la alternativa Dos Estados está en posición de 'Tablas', y propone su Plan B para que Israel perdure.

Muchas, si no la mayoría, de las propuestas en uno u otro sentido no han buscado o buscan una auténtica solución al conflicto sino que tienen mero carácter táctico y coyuntural, para avanzar en el auténtico y diferente objetivo de los proponentes, apenas encubierto en la mayoría de los casos.

Al margen de posiciones tácticas coyunturales, a lo largo del tiempo y casi sin excepción hasta nuestros días, los árabes musulmanes han rechazado, constantemente y de manera absoluta, la existencia de cualquier estado judío independiente, negando derecho soberano alguno al ‘pueblo’ judío. Cuando no abogan por su expulsión o exterminio, a lo más que llegan es a plantear la posibilidad de permitirles vivir, en calidad de minoría , sometidos a la soberanía y el dominio árabe musulmán sobre el territorio. 

Por ello, al referirse a la Solución Un Estado (Feb, 10, 2014), Roger Cohen escribe (aunque lo hace para argumentar en favor de su propia agenda anti asentamientos):

Sería gratificante si de la noche a la mañana israelíes y palestinos pudieran aprender a vivir juntos como ciudadanos iguales en unos Estados Unidos de la Tierra Santa entre el Mediterráneo y el Río Jordán, estado secular binacional y democrático que solvente sus diferencias. Pero es ilusorio pensar que esto puede llegar a pasar nunca, el sueño de un estado. Las fallas son demasiado profundas. Un solo estado no puede celebrar la misma fecha como Día de la Independencia y como Día de la Catástrofe.

Se conciba como se conciba, un estado equivale al fin de Israel como estado judío, núcleo de la idea sionista. Los judíos no deben permitir que ocurra. ¿Confías en tu vecino? Ya he pasado por ello y lo he intentado.

Quizás por ello, a finales de 2015, al parecer respondiendo a John Kerry, Secretario de Estado de EEUU, Netanyahu declara:

Israel no será un estado binacional.”

“Pero para que haya paz, la otra parte debe decidir que también ellos quieren paz, y desafortunadamente eso no es lo que estamos viendo.”

Resumen de alternativas

En One State, Two States: Resolving the Israel/Palestine Conflict (2009) Benny Morris expone y analiza la evolución histórica de las posiciones judías y árabes y el estado de la cuestión.

Para exponer las posiciones de unos y otros, yo las clasificaré en:

Cada una de estas categorías incluye propuestas muy diferentes, empezando por el territorio que abarcaría tal estado: la Palestina del Mandato Británico de 1920-1922, la Palestina de la Partición de 1947 (esto es, Israel, Cisjordania - Judea y Samaria - y Gaza), Israel más Cisjordania o Israel solo; incluso otras, con modificación de otras fronteras actuales. Salvo que diga otra cosa, en lo siguiente asumiré que hablamos de la Palestina de la Partición de 1947.

La opción 1 - Un Estado binacional árabe-judío, con paridad de las dos comunidades - ya fue avanzada décadas antes de la creación del estado de Israel por judíos antisionistas como Magnus y Buber, fundador-director de la Universidad Hebrea aquél, su académico estrella éste, y su relevante grupo Brit Shalom - que tanta relevancia tendría en el avance del antisionismo y su posterior 'transformación' en postsionismo a pesar de que sus activistas nunca fueron más de un par de cientos -, o sus financieros, el grupo de judíos antisionistas neoyorquinos, de origen alemán, entre los que encontramos a Warburg o Rosenwald; o el mismísimo Ahad Ha'am, padre del 'sionismo cultural'. 

Hoy, esta opción 1, entendida como auténtica 'solución', y no como mero paso intermedio táctico, parece fuera de la cuestión dadas las enormes diferencias que en todos los aspectos presentan ambas comunidades (lengua, cultura, educación, economía, etc.) y la profundísima desconfianza que se tienen, además de que, por un lado, el sionismo busca precisamente un espacio donde no tener que vivir sujeto a la voluntad de otro pueblo y, por otro, desde los siglos VII y VIII hasta hoy los musulmanes árabes han buscado y buscan, y en gran medida han logrado, vivir hegemónicamente en todos los territorios que han ocupado. No obstante, son muchas las tendencias que, desde posiciones radicalmente opuestas, apoyan esta solución, tanto entre palestinos como entre israelíes, y tanto desde posiciones de izquierda como de derecha.

Obviamente, mediada la segunda década del siglo XXI, la coyuntura actual hace realmente inviable las opciones 2 - Un Estado árabe palestino en Palestina, sin judíos - y 3 - Un Estado judío en Palestina, sin árabes.

Para que se produjera la opción 2 sería necesario expulsar o empujar a que se fueran los 6 millones largos de judíos que hoy viven en Palestina, pero hoy es inimaginable que los judíos vayan a irse voluntariamente y, aunque los recientes antecedentes de Yemen, Sudán, Siria y otros países muestran que los árabes no tendrían mayor remilgo a la hora de intentar ejecutar la aniquilación o expulsión de los judíos, tampoco parece probable que ni los propios israelíes ni la comunidad internacional, o al menos EEUU, les fueran a dejar hacerlo. No obstante, un Irán nuclear (u otro país árabe musulmán nuclear) podría hacer más viable esta amenaza.

Para que se produjera la opción 3 sería necesario aniquilar o expulsar, o hacer que voluntariamente se fueran, unos 5 millones de árabes, la mayoría musulmanes, que hoy viven en la Tierra de Israel (1,5 millones de árabes actualmente israelíes, más 1,5 millones de Gaza y 2 millones de Cisjordania) y esto es algo que ni los árabes harían voluntariamente ni la sociedad israelí aceptaría llevar a cabo por repugnar a su moral, ni es probable que la comunidad internacional se lo permitiera, al menos ahora.

Las opciones 4 - Un Estado árabe palestino en Palestina, con una minoría judía sustancial - y 5 - Un Estado judío en Palestina, con una minoría árabe sustancial - ya fueron objeto de estudio por la Comisión Peel de 1936-1937, que las descartó por injustas y porque fomentarían los conflictos, las rebeliones y el irredentismo, además, claro está, de la falta de antecedentes históricos para la opción 5 y del mínimo optimismo que los abundantes casos históricos de la opción 4 ofrecen. Si en algún improbable momento se produjera la opción 4 es más que probable que los judíos (salvo los ultra ortodoxos) prefirieran ser minorías en países occidentales antes que en un estado palestino regido por árabes y, por tanto, que optaran por emigrar (si pueden). Es una opción que cuenta con abundantes partidarios entre los árabes.

Algunos, incluso muchos, por ejemplo el mismo Benny Morris, descartan la opción 5, aun si los judíos fueran a tratar justamente a los árabes, por considerar que sería fuente de guerras y conflictos perpetuos ya que los árabes nunca lo consentirían ni se aquietarían, pues en realidad buscan la destrucción de Israel. Otros, no tantos, recientemente Caroline Glick, entre ellos, creen que es la solución ideal, si bien la mayoría de estos limitan el territorio de ese estado al Israel actual más Judea y Samaria (Cisjordania o Ribera Occidental), sin incluir Gaza.

Pero lo cierto es que si parecen poco viables las 5 opciones que asumen la existencia de Un solo Estado en Palestina, el panorama que presenta la opción 6 - Dos Estados, para dos pueblos, cada uno en una parte de Palestina - es desolador, especialmente tras las malas experiencias consecuentes a la salida de los israelíes de Líbano en el año 2000 y, más reciente y principalmente, de Gaza en 2005

Y, por encima de ello, porque esta solución repugna los sentimientos más íntimos y los objetivos declarados de los árabes palestinos, que no la desean para nada, pues ellos aspiran a lograr, y les han convencido de que lo harán, el dominio de toda Palestina, esto es, la opción 2 (aunque coyunturalmente - siguiendo la teoría de avanzar por fases de Arafat - presenten su preferencia enmascarada como opción 4). Aún en el muy improbable caso de que la presión internacional empujara a algún organismo o autoridad palestino a pactar con Israel la Solución Dos Estados, e Israel creyera tal opción viable, lo que es mucho creer, lo cierto es que tal solución sería inmediatamente puesta en solfa, con acciones de terror y guerra incluidos, por otros grupos palestinos con el apoyo, más que probable, de una gran mayoría de los palestinos. A pesar de ello, el escritor izquierdista israelí Amos Oz, lo tiene claro: Dos Estados, y Ya, so pena de caer bajo el yugo de los árabes (bomba demográfica)... o de judíos fanáticos.

Otra versión de la opción 6 es Dos estados: uno palestino y otro binacional (con el ánimo de que también éste acabe siendo palestino), como sugiere Dennis Ross, rechazando tal idea.

Por distintas razones, tampoco las opciones 7 y 8 tienen hoy el menor recorrido.

La opción 7 - Solución Tres Estados - tiene dos versiones: 

La opción 8 - Solución Cuatro Estados -, que realmente no se presenta como solución sino como descripción, no es más que la solución 7.(b) pero modificando el territorio de referencia, que deja de ser la Palestina de la Partición y pasa a ser la Palestina del Mandato Británico; así, conforme a esta descripción, nos encontramos con un estado israelí y tres estados palestinos: uno en Jordania (regido por los hachemitas, por ahora), otro en Cisjordania (regido por la ANP) y otro en Gaza (regido por Jamás).

La opción 9 de Casi Dos Estados es propuesta por Hillel Haklin (no sé si otros le acompañan). Tiene toda la pinta de ser una adaptación de la siguiente opción 10 de Estados Paralelos, si no es la misma.

La opción 10, Estados Paralelos, sembrada en 2004 y nacida en 2008, es cosa manejada por Mark Levine y Mathias Mossberg. Viene a sostener que “la autoridad política puede dividirse entre, por un lado, la autoridad sobre los ciudadanos y, por otro, la autoridad sobre el territorio. Hasta ahora ambas han estado exclusivamente vinculadas.” Y, de acuerdo con tal asunción, la idea subyacente a este proyecto es que todo el territorio del Mandato Británico en Palestina entre el Río Jordán y el Mediterráneo sirva como unidad territorial para dos estados separados: gobiernos paralelos árabe e israelí compartirán el espacio mientras prestan servicios y controlan a sus propios ciudadanos. Los residentes podrán elegir definirse como ciudadanos israelíes o palestinos; las comunidades votarán su afiliación municipal pero la tierra misma no será truncada por fronteras, garantizándose la libertad de movimientos tanto a los ciudadanos israelíes como a los palestinos. La verdad es que la primera vez que me encontré esta propuesta me pareció una majadería; luego, me parece una solución simplemente inaplicable dadas las condiciones existentes, por más que idealmente pueda sonar estupenda.

En 2015 me entero de otra propuesta, que ya tuvo su curso en los años 90, antes de los Acuerdos de Oslo, la opción 11 - Confederación de dos estados -, variante de las opciones 9 y 10. Por lo que sé, la repropone ahora Yossi Beilin, el iniciador de las conversaciones secretas que llevaron a los Acuerdos de Oslo.  Parte de que israelíes y palestinos están tan entremezclados que dos estados independientes (el "Nosotros estamos aquí, ellos allí", de Ehud Barak) es realmente inviable, por lo que hay que "ir a la cohabitación" confederativa y "no al divorcio" de los dos estados.

La idea de Dos Estados para Dos Pueblos se resiste a morir - Solución Dos Estados

En The Two-State Delusion (2013), Mordechai Nisan recuerda y documenta el nacimiento y evolución del concepto 'Dos Estados'. En Two States for Two Peoples 20 years after Oslo II: How to renew the peace process between Israel and the Palestinians (2015), varios autores hacen resumen del estado de la cuestión.

Yo, como Benny Morris, el 'nuevo historiador' israelí, y tantísimos otros, cada vez veo menos realista y viable la solución dos estados para dos pueblos en Palestina, pero sigue siendo la idea dominante en el discurso público, si bien es cierto que cada vez sostenida con menos convicción, aunque solo sea porque es lo único que hay a juicio de muchos, como se dice en Five Reasons Why the Two-State Solution Just Won't Die (Aaron David Miller, July 16, 2012), y el propio Morris parece sostener (en este artículo hay también otras referencias a las posiciones de la izquierda israelí sobre el tema):

"En 1967, teníamos que derrotar a los ejércitos árabes. Y luego debíamos habernos retirado unilateralmente de Cisjordania. Sin tratado de paz, simplemente irnos.”

"Ahora “tenemos que irnos de los territorios”—incluso, si es necesario, sin tratado de paz; quedarnos indefinidamente “no es opción”.

En todo caso, las posiciones de quienes siguen defendiendo la solución son variadísimas y, casi siempre, se enfocan en la necesidad de lograr esa 'solución' para evitar el conflicto, pero se estancan al ofrecer alternativas que permitan la resolución de los problemas para alcanzarla. Toby Greene, por ejemplo, es uno de los muchos que apoyan el mantenimiento de esta opción, sin caer en la admonición de los muchos que creen que la puerta de oportunidad se está cerrando, y en su pequeño artículo Two-state solution still indespensible and achievable (julio 2013) expone sus argumentos con brevedad, aunque apoyándose en algunos datos de los que no estoy muy seguro (como el apoyo de la población palestina a esta solución - de hecho hay información abundante, como ésta, que contradice tal aserto) y, desde luego, sin ofrecer solución alguna para resolver las diferencias que separan a las partes.

Los EEUU de Obama, por boca de la subsecretaria de AAEE Wendy Sherman (la que en su día negoció el acuerdo nuclear EEUU-Corea del Norte), lo tienen claro y, cuando acaban de firmar el acuerdo marco en materia nuclear con Irán y negocian el acuerdo definitivo, el 27 de abril de 2015, amenazan: si Israel no muestra que sigue apoyando la solución Dos Estados, a EEUU puede resultarle difícil apoyarlo en NNUU; vamos que lo amenaza con retirarle el apoyo en el Consejo de Seguridad de NNUU, permitiendo que el conflicto se internacionalice, esto es, que en lugar de que las partes hayan de lograr un acuerdo sean los actores internacionales quienes (se) lo impongan (a Israel):

"... siempre hemos guardado la espalda de Israel en la arena internacional, y nos hemos opuesto repetidamente a los intentos de deslegitimar Israel o de señalarlo injustamente, incluso cuando eso ha supuesto hacerlo a solas. Así ha sido y así seguirá siendo.

Como hemos dicho, es cierto que el Primer Ministro Netanyahu, con sus comentarios justo antes y justo después de las pasadas elecciones [israelíes], levantó dudas sobre el compromiso de su gobierno con la solución dos estados. Ahora trabaja para formar un gobierno, para lo que tiene un plazo cuyo término se acerca rápidamente, y yo desde luego ni voy ni quiero adelantar acontecimientos. Observaremos estrechamente lo que, tras la formación del nuevo gobierno, ocurre sobre este tema de trabajar hacia dos estados viviendo uno junto al otro en paz y seguridad.

Si parece que el nuevo gobierno israelí da marcha atrás en su compromiso con la solución dos estados, algo que todos ustedes y una vasta mayoría de judíos americanos apoyan, eso hará más duro nuestro trabajo en la arena internacional. Porque nuestra capacidad de repeler los intentos de internacionalizar el esfuerzo para encarar los temas Israelo-Palestinos se ha fundado en nuestra insistencia en que la mejor manera de actuar para lograr una solución dos estados es mediante negociaciones directas de las partes."

Yo, como Yoram Ettinger, Land for peace in the Middle East? (2016), y tantísimos otros, no logro imaginar siquiera cómo podría Isreal retirarse a las fronteras de 1949, manteniendo la mínima seguridad que requiere, como tampoco veo que haya la menor posibilidad de que los palestinos acepten de buena fe la e

La izquierda israelí usa la opción Dos Estados para israelizar y desjudeizar Israel

Como recuerda Caroline Glick, Ron Pundak, uno de los arquitectos originales del abrazo israelí a la OLP y de la llamada Solución Dos Estados de Oslo en 1993, publicó, al amparo del International Crisis Group patrocinado por George Soros, Leap of Faith: Israel’s National Religious and the Israeli-Palestinian Conflict (Nov 2013), con el propósito de ofrecer estrategias para enfrentar la oposición del sionismo religioso a la Solución Dos Estados, a la que, dice, éstos “ven... dirigida a desionizar el estado”.

En su artículo, en lugar de ofrecer argumentos para convencerles de lo contrario, Pundak admite que llevan razón, que el propósito de la izquierda israelí (abiertamente, la representada por el partido Meretz, y, encubiertamente, otros muchos disfrazados de 'campo de la paz') al avanzar la Solución Dos Estados es destruir el apuntalamiento sionista del estado judío:

“La paz no es un objetivo en sí. Es un camino para hacer que Israel pase de una era a otra: a una era de lo que yo considero un estado normal. Israelización de la sociedad en lugar de su Judeización…”

La explicación de Pundak no es nueva. Con ocasión del desenganche israelí de Gaza en 2005, Haaretz publicó el 8 de julio de 2005 un editorial sin firma en la misma línea, señalando que el objetivo es la destrucción del poder político y social del sionismo religioso en Israel:

“El desenganche de la política israelí de su gasolina religiosa es el auténtico desenganche ahora en la agenda. El día después del desenganche, el status del sionismo religioso será diferente”.

“La auténtica cuestión no es cuántos cohetes de mortero caerán ni quién guardará la ruta Philadelphi [entre Gaza y Egipto] ni si los palestinos bailarán en los tejados [de las comunidades israelíes que Israel obligó a desalojar con el desenganche, y que se preveía que fueran inmediatamente destruidas por los palestinos, como efectivamente lo fueron], or whether the Palestinians will dance on the roofs of [the destroyed communities]. La auténtica cuestión  es quién fija la agenda nacional”.

Amos Oz lo tiene clarísimo (2015, aunque refundiendo escritos anteriores):

"Empezaremos por lo más importante, por algo de vida o muerte para el estado de Israel: si aquí no hay dos estados, y rápido, aquí habrá un estado. Y si hay un estado será un estado árabe, desde el mar al río Jordán. Si aquí hay un estado árabe no envidio a mis hijos y nietos.

He dicho un estado árabe, desde el mar al río Jordán. No he dicho un estado binacional: ..."

Otros políticos y comentaristas de izquierdas han expuesto argumentos semejantes, comoi Doron Rosenblum, Avirama Golan, Avrum Burg, Efraim Sneh, Dan Margalit y Ami Ayalon.

Los análisis demográficos agoreros de Soffer caminan en dirección semejante, si bien su 'objetivo' es más amplio, al abarcar a los 'judíos' no israelíes. En Israel: Demography and Density 2007-2020 (Evgenia Bystrov y Arnon Soffer, Mayo 2008) augura y propone lo siguiente:

Esta puesta al día revisa los recientes desarrollos demográficos y básicamente advierte que Israel se está volviendo el estado más densamente poblado del mundo occidental; esto intensificará la violencia, el sentimiento de estrangulamiento, la huida de gente joven de Israel y su descenso al nivel de un país del tercer mundo.

(...)

Hoy Israel nos recuerda el Titanic: el buque se estrelló contra un enorme iceberg pero en sus salones de baile siguió la fiesta, negándose los bailarines a escuchar las advertencias. Nosotros hemos decidido cambiar el rumbo del Titanic. No tenemos más pasaporte que el israelí, pero hemos descubierto que los pasaportes extranjeros abundan en los bolsillos de los bailarines, especialmente de los emitidos en países occidentales (la UE y los EEUU). ¿Planean sus poseedores saltar a las chalupas reservadas a la nobleza? (en realidad Soffer escribe 'reservadas exclusivamente', pero...)

De sus declaraciones se deduce con claridad que Soffer & Co quieren acabar con la Ley de Retorno y reservar Israel para los israelíes y no para los judíos (este es un debate relativamente presente en el Israel de principios del siglo XXI) y, para ello, no dudan en poner sus datos y predicciones al servicio de sus propósitos. 

Los Palestinos no quieren Dos estados para Dos pueblos

En 2009, Benny Morris escribe One State, Two States: Resolving the Israel/Palestine Conflict donde analiza la evolución histórica y el estado de la cuestión, exponiendo las posiciones judías y árabes sobre un estado - binacional, cantonal, mayoritario, etc. - y dos estados en Palestina, señalando también las distintas dimensiones geográficas que tales estados deberían abarcar según sus proponentes.

Benny Morris reconoce (Sep 20, 2012) que los palestinos no quieren dos estados para dos pueblos, base teórica del Proceso de Paz auspiciado en los Acuerdos de Oslo:

“Las décadas de estudio del conflicto, que me llevaron a publicar nueve libros, me han dejado un sentimiento de profunda desesperación. Yo he hecho todo lo que he podido,... He escrito lo suficiente sobre un conflicto que no tiene solución, principalmente por el rechazo consistente de los palestinos de la solución de dos estados para dos pueblos.

(...) El Movimiento Nacional Palestino no ha cambiado durante los diversos períodos de la lucha, ya fuera bajo el liderazgo de Haj Amin al-Huseini ya con su sucesor, Yaser Arafat,... No cambió siquiera durante los años del proceso de Oslo. Al final, ambos bandos del movimiento palestino − el fundamentalista liderado por Jamás y el bloque secular liderado por Fatah − están interesados en que los musulmanes rijan toda Palestina, sin estado judío y sin partición.

(...) Los palestinos nunca han aceptado - aun cuando puertas afuera parecieran listos para un compromiso [en apoyo de soluciones territoriales] − la legitimidad y las aspiraciones de los sionistas. Al Movimiento Palestino le da igual la historia judía. Niegan cualquier conexión entre los judíos y la Tierra de Israel. Les es completamente ajena la narrativa judía.

(...) Es verdad que hay diferencias entre los extremistas, que directamente dicen que quieren borrar el Estado de Israel del mapa, y los nacionalistas seculares... Pero, en realidad, si lees atentamente sus palabras, ambos quieren toda Palestina. Los líderes seculares − si se les puede llamar así −, como Yasser Arafat y el Presidente Mahmud Abbas, no están preparados para aceptar la fórmula de dos estados para dos pueblos. Así, para no asustar a los gentiles, proyectan una cierta vaguedad al respecto, pero piensan en términos de expulsión y eliminación.”

(...) Arafat, desde los años 70, después de que la guerra de Fatah no produjera resultados, concluyó que la liberación del hogar nacional sería lograda mediante un 'política de etapas'. La idea de la ‘lucha por etapas’ buscaba lograr la eliminación gradual de Israel y la solución de un solo estado árabe. En otras palabras, los líderes de la OLP siempre ponen una cara conciliadora para agradar a Occidente, pero en realidad su objetivo era eliminar Israel por etapas, al no poder hacerlo de golpe. La misma estrategia escalonada, que ve el establecimiento de un estado en los territorios ocupados como primera etapa en la conquista de todo el territorio, era, desde su perspectiva, mejor que una estrategia directa de confrontación militar sin fin. Abbas lo dice un dí y otro también, y sigue exigiendo el derecho de retorno. La realización del derecho de retorno requiere esencialmente la destrucción del estado judío. Por la misma razón, ahora Abbas se niega a mantener negociaciones con los israelíes. Porque las negociaciones podrían llevar a la resolución del conflicto. Y él ni desea ni tiene la intención de alcanzar una solución de dos estados para dos pueblos.

(...) Simplemente, en el otro bando no estaban preparados para la paz. [Los árabes] no querían aceptarnos aquí. En la medida en que los judíos quisieran un estado propio, bajo su control, no era posible alcanzar un acuerdo aceptable con los árabes. No era posible antes de 948 ni desde luego después, cuando el lado árabe también sentía la sed de venganza.

(...) Al margen del [deseo] de revancha, los palestinos tienen fe absoluta en que la justicia está de su lado, lo que derivan en parte de su fe religiosa. Lo que Dios manda, y lo que sus intérpretes en la tierra dicen que Dios manda, es la verdad final. Mientras que los judíos son mucho más escépticos con este tipo de interpretación, los palestinos sienten que la justicia está de su lado y que Dios no quiere que la Tierra Santa sea compartida con otro pueblo. Otra cosa: están absolutamente convencidos de que el tiempo juega a su favor, de que tienen el respaldo de (unos) 400 millones de árabes y de otros mil millones más o menos de musulmanes alrededor del mundo. Así, ¿por qué alcanzar un compromiso?”

En 2014, una encuesta entre los palestinos pone de manifiesto que la mayoría no quiere dos estados, sino una Palestina 'del río al mar'; y quienes aceptan los dos estados lo consideran solo como una etapa en el camino hacia aquél objetivo.

Los Palestinos no reconocen el Estado de Israel

Formalmente Arafat reconoció Israel a la luz de los Acuerdos de Oslo, aunque inmediatamente se negó a sí mismo en Sudáfrica, recordando que también Mahoma hubo de hacerlo cuando negoció una tregua con los coraichíes, con los que peleaba por volver a La Meca, solo para al poco saltársela, derrotarles y hacerse con La Meca.

En todo caso, todos los pactos y acuerdos de paz que se negocian y proponen parten del reconocimiento mutuo como estados, pero lo cierto es que lo que la AP dice al respecto es muy distinto cuando tiene enfrente a occidentales que cuando se dirige a árabes y musulmanes. El Jamás, y su matriz, La Hermandad, y quienes lo apoyan, esencialmente Jizbolá, Siria e Irán, no son ambivalentes al respecto: Israel no existe, y los judíos acabarán en el mar.

The PA Doesn't Recognize Israel, Renounce Violence Nor Keep It's Agreements--So How Can You Give Them A State? (Dale Amos, April 14, 2011)

PA defines "Palestine": Tel Aviv, Haifa, Galilee, Negev, Rosh Hanikra, Caesarea, Acre, Masada, Beit Shean, and Jerusalem. In front of Abbas: All of Israel depicted as "my [Palestinian] land" (Itamar Marcus y Nan Jacques Zilberdik, April 14, 2011)

Incluso tras la Declaración de Doha del 6 de febrero de 2012 en la que Fatah y Jamás por fin parecen llegar a un acuerdo para formar un gobierno de unidad, los de Jamás siguen declarando a todo trapo que su lucha no acabará sino con la desaparición de Israel; entre muchos, su 'primer ministro' en Gaza, y probablemente su líder principal, Ismail Haniyah, en su vista de mediados de febrero de 2012 a Irán (en inglés):

"Anuncio desde la Plaza Azadi en Teherán que nunca reconoceremos a Israel… La resistencia continuará hasta que toda la tierra Palestina, incluyendo Al-Quds [Jerusalén], sea liberada y todos los refugiados vuelvan."

Un solo Estado binacional - 'Solución' Un Estado

El estado binacional del Jordán al Mediterráneo es hoy apoyado por gentes muy diversas, desde los palestinos y la izquierda occidental - con el ánimo apenas encubierto de así acabar con el estado judío de Israel mediante la denominada 'bomba demográfica'; por la propia izquierda más a la izquierda israelí - con no sé muy bien qué animo -; y, desde perspectivas muy diferentes, por la derecha israelí, desde la más estratégica y política, como la que abandera Caroline Glick que propugna la anexión israelí de Judea y Samaria (ella excluye Gaza) sosteniendo que no se producirá la 'bomba demográfica' con que muchos amenazan, hasta la más religiosamente motivada.

De Dos Estados a Un estado

Alguno de los eximios proponentes de la 'inevitabilidad' de la Solución Dos Estados ha cambiado radicalmente de opinión y ahora en 2013 considera que tal solución es una quimera y que la única posibilidad es la Solución un Estado. Entre ellos destaca el giro del catedrático Ian Lustick, que, tras considerar 'inevitable' aquella solución (nadie puede "evitar que la historia acabe produciendo lo que producirá, que no es otra cosa que una solución dos estados"), a finales del verano de 2013 la considera 'imposible'; escribe Lustick en el New York Times:

Se trata de "una idea cuyo tiempo ha pasado"

No es “plausible, ni siquiera posible,” 

es una “quimera,” una “fantasía.” 

La “obsesión por enfocarse en preservar la posibilidad teórica de la solución dos estados es tan irracional como el intento de recolocar las tumbonas de cubierta en el Titanic.”

"Debe abandonarse la alegación de que las negociaciones bajo el lema de 'dos estados para dos pueblos' pueden conducir a tal solución.”

"La diplomacia bajo la bandera dos estados ya no es un camino hacia la solución sino un obstáculo en sí misma. Nos encontramos en negociaciones hacia ninguna parte.”

Martin Kramer le hace un traje a Lustick, con su habitual ironía y precisión. También el demógrafo Sergio della Pergola, que pone en su sitio las asunciones de Lustick sobre el impacto de la demografía en el problema.

Y así hay otros muchos, como la corresponsal del NYT en Israel Jodi Rudoren que, en marzo de 2014, haciéndose eco de la tendencia de la izquierda mundial, da voz a los palestinos de esta tendencia, apuntando a encuestas que sostienen que esta es la tendencia dominante entre los menores de 35 años.

Contra la Partición en Dos Estados

Al estado binacional, como 'panacea', ya se refería Jabotinsky en 1930 en Bi-national Palestine, que comienza así:

Algunos amantes obstinados de la charlatanería política salen de tiempo en tiempo pregonando una y otra vez la panacea que ha de reconciliar a los árabes con el sionismo: la teoría del estado Binacional. La obstinación merece atención analítica, así que usémosla. ¿Cuál puede ser el significado de binacionalismo? ¿Qué tipo de régimen o constitución presupone? Y -y este es el aspecto más importante de la cuestión- ¿cuáles son y dónde están esas ventajas concretas inherentes al esquema que se espera atraigan tanto a los árabes que les haga dar su bendición al sionismo en su versión binacional?

La creación de un estado binacional en toda Palestina es ya propuesta en el Plan Morrison-Grady de 1946, recibiendo el rechazo unánime de árabes y judíos. 

Luego tardaría un tiempo en resurgir la idea. Pero bajo ese denominación básica se acogen propuestas bastante diversas.

En 1999 Edward Said anuncia urbi et orbi (en realidad recupera una idea del sector más izquierdista de la OLP de finales de los años 69) la idea de que haya un solo estado binacional, para israelíes y palestinos, en todo Israel y Palestina; claro está, lo hace desde la visión de quién defiende un estado dominado por los palestinos. En realidad, para la mayoría de los partidarios palestinos, árabes y occidentales del estado binacional éste no es sino un eufemismo para avanzar en la desaparición del estado de Israel.

Al margen de muchos otros problemas, esta solución se enfrentaría a la práctica unanimidad de los palestinos a la hora de rechazar la mera existencia de los judíos como pueblo, pues lo consideran meramente una comunidad religiosa, y la extendidísima idea entre ellos de que Palestina incluye Israel. Por supuesto, tampoco entre los israelíes abundan los partidarios de esta solución, aunque algunos sí la apuntan, como Avraham Burg, portavoz de la Knéset, ex laborista y luego fundador del partido Shivyon Yisrael (Israel Igualdad), o Meron Benvinisti y otros, pero hoy la mayoría no rechaza la consideración de los palestinos como pueblo, por más que esto sea discutible. 

En 2002 resurge la tendencia de la Solución Un Estado, con Ghada Karmi, activista palestina británica, que publica su artículo, originalmente en árabe, A Secular Democratic State in Historic Palestine : An Idea Whose Time Has Come?, al que se refiere Benny Morris en su artículo ‘One State, Two States’: The Reemergence of One-Statism (NYT, May 22, 2009):

"... a Palestinian state as envisaged is not feasible, and the situation on the ground makes even a physical separation of the two peoples hard to achieve. Given these circumstances, abandoning the two-state solution in favor of one state to include both peoples would seem the obvious alternative. The history of the single state solution on the Palestinian side in fact goes back nearly thirty years. The proposal to create what was then called a secular democratic state in Palestine was first propounded in 1969 by the left-wing PLO faction, the DFLP, and formally adopted in the modified version of a "democratic state of Palestine" by the PNC meeting that year. (...) In recent times and faced with the current political impasse, the idea of one state for the two peoples has begun to resurface among a small number of left wing Israelis and Palestinians, albeit from varying perspectives and for different motives. The debate centers on what form this state should take, whether bi-national or secular and democratic."

En 2003, Tony Judt, judío británico y profesor de historia que nunca había tenido relación profesional con Oriente Medio, publica su artículo Israel: The Alternative, donde, considerando el estado de Israel un estado nacional anacrónico, ofrece la semilla que los palestinos y la izquierda occidental necesitaban para reintroducir en el debate político la legitimidad de la Solución Un estado desde la perspectiva palestina; dice Judt:

“[Vivimos en una era] en la que ese tipo de estado no tiene lugar”. 

“En un mundo en el que naciones y pueblos libremente se mezclan y casan entremezclados cada vez más; en el que los impedimentos nacionales y culturales para comunicarse se han colapsado practicamente; en el que cada vez más de nosotros tenemos múltiples identidades y nos sentiríamos falsamente constreñidos si tuvieramos que responder a solo una de ellas; en ese mundo Israel es un auténtico anacronismo.”

El artículo generó justificadas y acervas reacciones, algunas publicadas en el mismo medio: An Alternative Future: An Exchange, con escritos de Amos Elon, Abraham H. Foxman, Michael Walzer y Omer Bartov, y respuesta a estos del mismo Tony Judt.

En 2004, Omar Barghouti, más sofisticado, avanza en el camino publicando Relative Humanity: The Fundamental Obstacle to a One-State Solution in Historic Palestine (y su Parte 2):

"... la solución dos estados ... está realmente muerta. ¡Hasta nunca! ... estamos siendo testigos de la rápida caída del sionismo, y nada puede hacerse para su salvación.

Y poco después, también en 2004, le sigue Gary Sussman, de la Universidad de Tel Aviv, con su The Challenge to the Two-State Solution:

"... la legitimidad, base y apoyo a la separación entre dos pueblos está siendo constantemente erosionada, principalmente por acciones unilaterales israelíes. Teóricamente, el proceso puede ser revertido, pero en la atualidad no parece que haya un líder israelí, palestino o internacional que pueda alterar la tendencia... El estado binacional... llegará porque la separación está desacreditada y es imposible."

En 2006, Rashid Khalidi, portavoz en su día de la OLP en Líbano, discípulo de Edward Said y asesor de Obama, esto es, un palestino occidentalizado, publicó sobre el tema The Iron Cage: The Story of the Palestinian Struggle for Statehood, donde apenas encubre su defensa de un estado palestino desde el Jordán al Mediterráneo, aunque en el libro pretende que se limita a exponer las opiniones y razonamientos que hay. Luego ha insistido mucho en el tema, por ejemplo, en The Palestinians' Next Move.

También en 2006, Ali Abunimah, fundador de Electronic Intifada, publica One Country: A Bold Proposal to End the Israeli-Palestinian Impasse, y en una entrevista declara:

"I realized this idea of partition is an illusion; it's the problem. The reality is that it [Palestine-Israel] is one country. We don't have to agree how and why everyone came into the country. We just have to agree it is indeed one country and everyone gets to have a dignified life. Debates about how it came to be are important but they don't deal with the reality that there are 10 million people who live there. And they aren't going to go away."

También defiende el estado binacional el palestino Sari Nusseibeh, presidente de la Universidad al-Quds de Jerusalén, en su libro What Is a Palestinian State Worth? (2011). 

La idea fue abrazada incluso por Muhamar Gadafi, quien propuso llamar 'Isratine' al nuevo estado.

Como sabemos, hoy cuando alguien avanza la idea del binacionalismo no suele ser para buscar la aquiescencia y colaboración del otro, sino como instrumento para avanzar en la sumisión del otro.

Israel and the Two-State Delusion (William A. Levinson, Nob 10, 2011)  - Desde la perspectiva de un economista israelí, él dice desde la perspectiva de un ingeniero, o 'evaluación de la raíz de la causa'.

Into the Fray: The alchemy of Palestinian nationhood (Martin Sherman, Aug 9, 2012)

The Failure of the Two-State Solution: The Prospects of One State in the Israel-Palestine Conflict (Hani Faris, 2013)

En su Tony Judt and Israel (Arun, June 26, 2011) recuerda y actualiza su visión, y rechazo, de la idea de Jundt, desde la perspectiva de un occidental culto habituado a defender la causa palestina:

"There are, in fact, only two groups who advocate one state. The first is mainly comprised of Arabs, hard leftists, and sundry tiersmondistes, for whom the one-state idea is simply a euphemism for the elimination of the state of Israel. They reject the legitimacy of Israel’s existence, period. (For Arab perceptions on this, see my post on mental maps). And for some odd reason they seem to think that what the Palestinians failed to achieve by armed struggle can somehow be realized by boycotts and sanctions, court cases, letting demography do its handiwork, or whatever.

The second group—and to which Judt belonged—is made up of dreamers and naifs, who have a faulty knowledge of the conflict and its history.

(...)

Binationalism means two nations—Jews and Palestinians—and the mutual recognition of such. Golda Meir may have denied the existence of a Palestinian people forty years ago but hardly anyone in Israel does today. The acknowledgment that Palestinians constitute a national group—or have a vocation to be one—is largely admitted even on the Israeli right. But such is decidedly not the case on the other side. For Palestinians, Palestine is Arab and Palestinians are Arabs. Case closed. The Palestinian consensus on this is total. As for the Palestinian/Arab view of Jews, the latter is considered a religious community tout court. The notion that Jews may also constitute a national group—that Jews are a nation and with a vocation to have their own state—is vehemently rejected. It always has been and is to this day. Jews-as-a-nation is Zionism. And Palestinians will sooner go to Jonestown and drink Kool-Aid en masse than formally recognize Zionism and accord it legitimacy. In this respect, it is to be noted that when Palestinians talk about a single-state, they never refer to it as binational. (Sure, Edward Said may have done so, but he was more of a deracinated American than a Palestinian).

(...)

... if a single state were to be willed into existence and Palestinians were to constitute the numerical majority, they would have no reason to play a binational game. They would simply invoke the principle of majority rule and define the nation-state’s identity as Palestinian and Arab (and with Islam as the official religion), with the usual formal guarantees for religious minorities. Well, we know how religious minorities have fared in that part of the world over the past century…"

Francamente, cuesta trabajo pensar cómo podría lograrse y, sobre todo, desarrollarse tal estado binacional para judíos y palestinos. Parece una de esas ideas peregrinas que tanto abundan entre los 'nuevos dioses' dispuestos a arreglar el mundo obviando la condición humana y que, en el fondo, no parecen ser sino argucias para desmantelar y acabar con el estado judío de Israel.

Acaso, el más claro ejemplo de ello, últimamente, sea la iniciativa que se guarece bajo el paraguas de la Kennedy School of Government de Harvard, la OneStateConference, a celebrar los días 3 y 4 de marzo de 2012, duramente criticada, incluso considerándola una clara manifestación de antisemitismo, por no pocos, entre los que me encuentro, algunos de los cuales son apuntados por Martin Kramer

Al hilo de lo de Harvard, Richard L. Cravatts escribe (Feb 26, 2012):

"La noción de un estado, un estado binacional en el que millones de palestinos árabes se convierten en ciudadanos de un nuevo Israel, forzándolo así a cometer un suicidio demográfico, es, claro está, el deseo largo tiempo cultivado por gran parte del mundo árabe - y, obviamente, por muchos en Occidente-, encantados de dejar que desaparezca el Israel que hoy existe. Esto es, imaginan, un mundo sin Israel, como hizo Ahmadinejad durante su conferencia para negar el Holocausto celebrada en Irán."

El mismo Kramer, con su sorna y agudeza habituales nos reta (26 Feb 2012):

"Pregunta: ¿Quién dijo lo siguiente sobre el destino de los judíos bajo la 'solución un estado'?

"Me preocupa eso. La historia de las minorías en el Oriente Medio no ha sido tan mala como en Europa, me pregunto que ocurriría. Me preocupa mucho. La pregunta de cuál va a ser el destino de los judíos me resulta muy difícil. La verdad es que no lo sé. Me preocupa." 

Respuesta: Edward Said

¿Y a eso le llaman 'solución'?"

¡Y mira que son bien conocidas las posiciones antijudías extremas mantenidas por Edward Said!

En la misma línea que los de Harvard, un abogado que ha asistido a los palestinos en sus negociaciones con Israel aconseja (22 Feb 2012) que Abas, tras solicitar y, da por hecho, lograr que NNUU reconozca a los palestinos como 'estado observador', haga una 'declaración histórica' que comprenda:

Por otro lado, algunos sostienen que, si Israel no avanza en las negociaciones de paz, en breve se encontrará con la "Solución Un Estado", conforme a la cual la anexión, práctica o expresa, de la Ribera Occidental y Gaza obligaría a Israel a dar la ciudadanía a sus habitantes y, ello haría inevitable caer bajo el dominio de la resultante mayoría árabe de población con el consiguiente fin de la judeidad del estado y del sionismo, so pena de convertirse en un estado segregacionista y, con ello, perder el apoyo de EEUU y la judería americana.

En Nothing Inevitable About a One-State Solution-Part One y Part Two y Part Three (Jonathan S. Tobin, Dec 9, 2011) se refuta tal inevitabilidad:

"It has become a common theme heard on the left that unless Israel radically changes its posture toward the peace process it will be faced with two huge threats to its existence. One is the notion that in a few years, if not sooner, there will be only one option available to resolve the conflict: the so-called “one-state solution” in which Israel is forced to treat Palestinians in the West Bank and Gaza as Israeli citizens and thus lose its Jewish majority–meaning the end of the Jewish state and Zionism. The other is that if it refuses to accept that grim fate, then it will be branded as the new South Africa, and a Jewish apartheid state would lose the support of both American Jewry and the United States. This means that sooner or later Israel must unilaterally evacuate the West Bank and even parts of Jerusalem as it did in Gaza in 2005 or face the consequences."

Pero lo cierto es que la izquierda internacional y los líderes palestinos se quitan la careta cada vez con más desahogo: quieren un solo estado y, con ello, el fin de Israel; así lo vemos, en febrero de 2012 en, por ej., AlYazira, Harvard y la sorprendente y explícita acusación del clásico propalestino y extremista de izquierdas Finkelstein contra sus correligionarios del Movimiento Solidaridad Internacional, representados en la entrevista por Fran Barat, del movimiento BDS (video, de obligada visión, comentado aquí).

En Europe proves one-state solution is an illusion (sep 2014), Ben-Dror Yemini sostiene que, como ocurre ahora en Europa, la realidad está demostrando la inviabilidad de los estados compuestos por pueblos heterogéneos:

"Europa tiene una cultura compartida, valores compartidos y generalmente la misma religión. Y, no obstante, el deseo de autodeterminación está floreciendo de nuevo.

En Medio Oriente, la situación es peor. (...) A pesar de todo eso, hay gente, en la derecha y en la izquierda, que está tratando de imponernos un gran estado judío-árabe. No está funcionando en el continente unido. Indudablemente no funcionará en el dividido Medio Oriente."

Un estado... palestino: dominio de toda la Palestina anterior a 1948

En el mismo sentido maximalista que la apuesta por el Plan de la Líga Árabe, pero aún más radical, Ahmad Samih Khalidi considera (en A West Bank anachronism, April 19, 2011) que el objetivo de la OLP de obtener el reconocimiento de Palestina como Estado - cuya aprobación por la AG de NNUU da por segura - ha perdido su brillo, pues lo que ahora se busca es algo nuevo y más amplio, el dominio de toda Palestina en los territorios anteriores a 1948:

"What is emerging instead is a slow but sure manifestation of a new transnational movement, centred less on statehood and more on forging a national project that will traverse the existing Palestinian divides – diaspora, occupied territories and Israeli Arab citizens – and bypass the notion of an independent Palestinian state on part of Palestinian soil. (...)

What this approach, still in nascent and tentative form, reflects may be profoundly important for the future of the struggle; a move away from seeking the ever-shifting goalposts of an inevitably constrained and incomplete form of statehood that would come at the expense of equally fundamental rights to a much broader interpretation of self-determination that includes all the divergent Palestinian constituencies, and a much wider and continuing confrontation with the Zionist enterprise in Palestine.

This shift is premised on forging a new common identity and common national goal – embracing all sectors of Palestinian society and aimed at the entirety ofPalestine before 1948. Its means will include the struggle for civil rights in Israel, ending the West Bank occupation, healing the split with Gaza, and safeguarding refugee rights including the right to live free in Palestine. It will be primarily expressed by popular and mass protest and the appeal to universal values, and articulated and developed through interaction within and between the various Palestinian communities.From this perspective West Bank statehood seems an irrelevance, almost an anachronism."

Como muestra el mapa adjunto publicado por la propia Autoridad Palestina en agosto de 2011, la única línea roja que aceptan es la que incluye todo Israel dentro de Palestina... dejando de existir Israel, claro.

Queremos toda Palestina, nada de la solución 2 Estados para 2 pueblos

Two-Faced Hamas on the Two-State Solution (Michael Sharnoff, May 21) que cita y analiza las declaraciones de responsables de Jamás:

El líder del Jamás, Khaled Meshaal, junto a otras más que reveladoras declaraciones, el mismo 5 de mayo recuerda:

“Todo el mundo sabe lo que piensa Jamás y cuáles son nuestros principios, (...)

Todos los palestinos saben que hace 60 años vivían en la Palestina histórica desde el río al mar. No es nada secreto.”

Por si alguien no hubiera entendido, tras la propuesta del Presidente Obama de que el acuerdo con Israel debe basarse en las Fronteras de 1967, Zahar dice por TV (July 21, 2011):

"We want Palestine in its entirety—so there will not be any misunderstandings. If our generation is unable to achieve this, the next one will, and we are raising our children on this. Palestine means Palestine in its entirety, and Israel cannot exist in our midst." 

Interviewer: "Today, you are talking about the 1967 borders." 

Zahhar: "Fine, but this is a phase. This is just a phase."

Y la propia TV Palestina del Fatah (Aug 10, 2011, video) no deja lugar a la menor duda:

"They [Israelis] know for certain that our [Palestinian] roots are deeper than their false history. We, from the balcony of our home, look out over [Islamic] holiness and on sin and filth (Jews' praying at Western Wall) in an area that used to have [Arab] people and homes. We are drawing our new maps. When they [Israelis] disappear from the picture, like a forgotten chapter in the pages of our city's history, we will build it anew (residential area). The Mughrabi Quarter will be built here (on the Western Wall Plaza)."

En todo caso, Saath lo tiene claro y no pretende ocultarlo (July 13, 2011; su entrevista es agudamente comentada por Barry Rubin, July 27):

"Two states for two peoples is unacceptable to us. They can describe Israel as a state for two peoples, but we will be a state for one people.… We will not sacrifice the 1.5m Palestinians with Israeli citizenship who live within the 1948 borders, and we will never agree to a clause preventing the Palestinian refugees from returning to their country."

El propio Primer Ministro de Jamás, Ismail Haniyeh, declara que reza por el fin de Israel:

"Palestinians mark the Nakba with great hope of bringing to an end the Zionist project in Palestine"

En un artículo para un periódico catarí y jordano titulado "Israel Es Indudablemente Temporal" en el que se refiere a Israel como "La Gran Mentira", Samir al-Hijjawi dice (May 23):

"It's time for Israel to go... It's time for the end of the great lie... It's time [for Israel] to go because the regimes protecting [it]... are toppling one by one." 

Y añade que las recientes protestas en las fronteras de Israel prueban que los palestinos y árabes nunca renunciarán a una Palestina integral porque es territorio sagrado musulmán.

Por ahora, la AP borra a Israel de los mapas: PA Carries out Ahmadinejad’s Threat and Wipes Israel Off Map (Tzvi Ben Gedalyahu, April 27); también lo borran en su embajada en el Reino Unido.

Pero el líder de Jamás que 'firma' el acuerdo, Khaled Mashaal, sostiene sin tapujos que el reconocimiento de Israel solo le corresponde hacerlo a un estado palestino unificado. Este es el mismo Meshaal que en Occidente califican de moderado pero se permite afirmar que los musulmanes son humanos, pero los judíos no, y el mismo que, reunido con el líder de La Hermandad de Musulmanes en Egipto, declara que el acuerdo servirá para liberar la Tierra, Jerusalén y Al Aqsa y que con Israel están en tregua, no en paz. 

Desprecio por la iniciativa de Abbas en NNUU

Zahar también es claro sobre la iniciativa de Abbas ante NNUU, calificándola de "estafa política" (July 29, 2011); según ese artículo en Haretz:

He (Mahmoud al-Zahar) is equally unequivocal on the so-called two-state solution, which aims at an Israeli state and a Palestinian state existing side by side. 'We are not going to recognize Israel. That is very simple. And we are not going to accept Israel as the owner of one square centimeter...'

Estado Palestino libre de Judíos

Maen Areikat, embajador de la OLP ante EEUU, dice que el estado palestino debe ser un estado libre de judíos: PLO ambassador says Palestinian state should be free of Jews (Oren Dorel, Sep 14, 2011)

"Tras la experiencia de los últimos 44 años de ocupación militar y de todo el conflicto y las fricciones [vividos], creo que lo mejor para ambos pueblos es que estén separados."

Los Refugiados como 'arma nuclear'

Más sobre Refugiados

Palestinian Authority Presidential Advisor: The Refugees Are the New 'Palestinian Nuclear Weapon' (May 23, 2011) - Sabri Saidam, asesor de Mahmoud Abbas y vicesecretario general del Consejo Revolucionario de  Fatah:

"The glorious day has arrived, [the day] that some feared and others ignored, while the rest prepared themselves at the last minute. The Palestinians have begun moving their new, quality 'nuclear weapon' across the borders – while the massive arsenal of nuclear, chemical, and biological weapons, cluster and phosphorous [bombs], and the entire spectrum of WMDs rests in Israel's storage facilities, nuclear reactors, and laboratories. [The arsenal was] paralyzed by the footfall of a Palestinian youth who advanced via the border, risking his life, to reach the birthplace of his parents, grandparents, and noble Jaffa family – while his comrades encountered [live] fire at the border.

"This new Palestinian 'nuclear weapon' is based on a large nucleus of loyalty to the motherland – a nucleus of courage and of yearning, and of distress due to the occupation. Together with this is a nucleus of courage, that disregards the minefields, the barbed-wire fences, the [tear] gas grenades, the [various] types of munitions, and the [various] types of obstinacy reflected in every speech delivered so generously before humanity by the occupation government.

"The new Palestinian 'nuclear weapon' demolishes the theory [that the Palestinian refugees will] forget [their yearning for the homeland], on which the Hebrew state has relied. It destroys the possibility of intimidating the millions of Palestinian refugees. It shatters the aspirations of the generals of our time, who aim to eliminate the affiliation of the Palestinian grandchild [with the homeland] – the grandchild who is charged with yearning for the land of his forefathers, [so much so] that he is willing to gamble with his life in an attempt to attain his plundered right – his right to a state, to freedom, and to independence. (...)"

Palestinian statehood: What is the U.N.'s role? (Mousa Abu Marzook, June 12, 2011) - el autor, fundador de Jamás y vicejefe de su Bureau Político:

"The right of return is not just an absolute legal right under international law but a moral issue, which we will not cede or trade away, no matter what. Nor will we permit East Jerusalem to be wrenched away from us.… The demand that our future state be demilitarized would guarantee its failure. Our reconciliation with Fatah means that we are one people speaking with one voice, and Palestine will not allow foreign powers to dictate who our leaders will be — and our leadership includes Hamas."

Y de paso, en el mismo artículo 'responde' al discurso de Obama del 19 de mayo y sus matices del 22 de mayo mandando el siguiente recado:

The president's call for a vague period of "transition" and a "phased withdrawal" of Israeli occupation is only more stalling. We have no interest in any "peace process" designed to eat up yet another 15 years as presidents come and go, making speeches. In the meanwhile, we will take our chances with statehood now... In this time of profound Arab change, Palestinians will chart their own course, and there is nothing that the United States or Israel can do to stop it.

Martin Kramer apostilla con su habitual ironía: "Statehood? Reward for fanatic intransigence." Y también le responde, en el mismo enlace que lo del propio Marzook y a continuación de éste, John R. Bolton, ex embajador useño ante NNUU, y lo hace con ironía contenida pero semejante a lo de Kramer:

An aversion to reality can be a powerfully destructive force. Its most visible manifestation in international affairs lies in trying to create political "facts on the ground" through the United Nations.

Un estado... israelí: anexión de Judea y Samaria

Caroline Glick razona la propuesta en su libro The Israeli Solution: A One-State Plan for Peace in the Middle East (2014), donde expone los fallos de la solución dos estados y llama a la soberanía israelí sobre la región. Caroline no ofrece esta alternativa como 'solución final', sino como la alternativa actual más viable y realista en función de la realidad existente y que mejor permitiría a lo mejor en 40 años poder replantearse el estado palestino; ella se refiere a su alternativa como 'plaza de aparcamiento', en espera de que lleguen mejores vientos que permitan, a lo mejor, una solución final.

Caroline Glick defiende que no estallará la bomba demográfica... pero Martin Sherman (y muchos otros mucho más expertos) la considera indudable.

Otros también han propuesto y proponen responder [al intento de declarar estado independiente por los palestinos] recuperando la idea de la anexión de Judea y Samaria, si bien a veces con otros matices distintos a Glick:

Como nos recuerda Caroline Glick, el congresista useño Joe Walsh publica una op-ed (May 2012) en The Washington Times en la que llama a que EEUU e Israel abandonen la solución dos estados. Antes, en septiembre de 2011,  Walsh había promovido la Congressional Resolution 394 apoyando el derecho de Israel a anexionar Judea y Samaria si los palestinos seguían con su intención de obtener la declaración de estado al margen de conversaciones directas con Israel. Su propuesta estaba apoyada por otros 44 congresistas

Unparallel Universes: Iran and Israel's One-state Solution (Moshe Behar, 2011)

Is the One-State Discourse Relevant? Reflections from a Jewish Theology of Liberation (MH Ellis, 2013)

Economic Prospects for a One-State Solution in Palestine-Israel (Leila Farsakh, 2013)

Opción 'Jordana'

Otros se acuerdan de la 'opción Jordana': 

Un estado, Israel, de fronteras defendibles, con una entidad palestina al este del río, en Jordania

Desde luego, esta era la visión del mismísimo Yitzak Rabin, el Primer Ministro israelí que por primera vez reconoce a la OLP y firmas los Acuerdos de Oslo en 1993... pero que, a pesar de ello, nunca aceptó la creación de un 'estado' palestino, siguiendo el conocido como Plan Allon, por su autor Yigal Allon, laborista, comandante en jefe del Palmaj, 25 años MK y titular de umerosos cargos ministeriales y gubernamentales.

Only Israel West of the River: The Jewish State & the Palestinian Question (Mordechai Nisan, 2011) - Del autor del libro enlazado, también The Two-State Delusion (2013)

Ni uno ni dos estados: mantenimiento del statu quo

A brief history of the status quo (Nadav Shragai, 2015)

En el invierno de 2006-2007, Martin Kramer habla con dirigentes de las principales organizaciones judías de EEUU, en un panel titulado “Mirando atrás, Mirando adelante: Situación Geopolítica del Pueblo Judío”, y dice:

"Hoy el pueblo judío está en una situación geopolítica envidiable. Tiene un pie plantado en un estado soberano judío y el otro en la sociedad más abierta y poderosa del mundo. Uno se siente tentado a decir que nunca en su larga historia ha sido mejor la situación geoplítica de los judíos. Los judíos han sido soberanos antes, en la antigüedad, pero entonces no tenían una alianza estratégica con la más grande potencia sobre la tierra. Y como es difícil imaginar una situación geopolítica mejor, el pueblo judío se ha vuelto un pueblo del statu quo. Una vez fuimos revolucionarios; ahora no necesitamos que el mundo cambie. Claro está, querríamos una mejoría en la posición de Israel ante algunos de sus vecinos — lo que los soñadores llaman “paz”. Pero en general estamos lo suficientemente confiados y complacidos como para preferir el statu quo a los riesgos de cambiarlo."

Claro que inmediatamente a continuación advierte:

"Pero, como todos deberíamos saber, la historia no se detiene por nadie, ni por pueblo alguno. Fui formado como historiador y, aunque ello no me confiere dotes proféticas, les puedo asegurar algo. Lo que es, no siempre será. Los balances de poder cambiarán. Las identidades serán reconformadas. Eventualmente, también, el mapa del Oriente Medio será dibujado de nuevo."

E, inmediatamente, sigue planteando las principales tendencias de cambio potenciales, y, por primera vez por lo que yo sé, se pregunta por el "Plan B" de los judíos para cuando llegue ese cambio (esa referencia a un "plan B" sería muy popular en Israel unos años después, como ya mencioné más arriba) y clarividentemente acaba diciendo:

"Pero cuando Herzl escribió El Estado Judío, también Europa llevaba treinta años de larga paz. Él sabía que no duraría, que sus fundamentos eran débiles. Y planeó consecuentemente. Deberíamos reconocer que el statu quo en Oriente Medio no durará indefinidamente, y debemos planificar consecuentemente. No he dicho lo que pienso que debe hacerse — qué alianzas forjar, qué objetivos atacar, qué fronteras redibujar —. Pero sí digo que Israel deberá forjar alianzas, atacar objetivos y redibujar fronteras — y estos no serán necesarialemente aquellos a los que estamos acostumbrados."

En 2013, Kramer retomaría el tema públicamente (y aún después, en 2015) y, dice:

"Al margen de lo enamorados que estemos del statu quo, Israel necesita un Plan B, que debe consistir en algo más que castigar a EEUU por no lograr mantener sus posiciones avanzadas en el Oriente Medio."

En una interesentísima presentación (vídeo, desde el minuto 51, abril 2014), David Pollock, unos de los principalísimos analistas de la opinión pública en la zona, expone que, según encuestas recentísimas, la calle de ambas partes, israelí y palestina, 'están contentos' con el statu quo. Como muchísimos otros analistas, el 7 de julio de 2014 Abram Elliott sostiene, en The Palestinian Mess, que:

"es de esperar que, en un año veamos a los mismos líderes políticos palestinos, israelíes y americanos siguiendo las mismas políticas"; 

Elliott reitera su argumento poco después en septiembre de 2014, sosteniendo que, desde su nacimiento, Israel vive y vivirá mucho tiempo inmerso en una "Guerra Larga" (the 'Long War') que le viene impuesta por los elementos ajenos que lo rodean - no por lo que Israel haga o deje de hacer sino por el mero hecho de su existencia.

Robert Satlof matiza un poco, al considerar que Israel no es un mero sujeto pasivo de las acciones de otros sino que sus acciones también pueden influir en su devenir y determinar su destino.  En realidad, creo que Satlof más que matizar discrepa radicalmente de Elliott, pues en su visión apuesta claramente por el resultado 'Dos Estados', si bien no sugiere que la misma esté cercana, mientras que Elliott guarda un significativo silencio, al menos en el citado artículo, sobre el tema.

Por más que poco después el mismo Netanyahu da señales de haber empezado a escuchar más atentamente la idea del Plan B (que en hebreo también denominan así, Plan B, pronunciado como en inglés, con acento israelí). Aunque, algo más adelante, con ocasión de su reunión con el Presidente Obama el 1 de octubre de 2014 en la Casa Blanca, reitera su compromiso con la Solución Dos Estados... si bien con matices importantes, pues sugiere que el camino hacia los dos estados deberá ser diferente al seguido en los últimos 20 años:

“Creo que hay oportunidades... [que] están cambiando el Oriente Medio, porque de esta situación emerge una comunidad de intereses entre Israel y países árabes líderes, y creo que deberíamos trabajar muy duro para captar esa comunidad de intereses y construir un programa positivo para caminar hacia un Oriente Medio más próspero y pacífico. Sigo comprometido con una visión de paz de dos estados para dos pueblos, basada en el mutuo reconocimiento y en acuerdos sobre seguridad inquebrantables en el terreno. Y creo que deberíamos aprovechar las nuevas oportunidades [que han surgido en el Oriente Medio], pensar de forma imaginativa y ver cómo podemos reclutar a los países árabes para avanzar en este muy esperanzador programa.”

Pero, un par de días antes de la votación en las elecciones de marzo de 2015, cuando parecía que los laboristas le habían comido terreno y se le habían adelantado bastante (luego, contra las encuestas, el Likud ganaría de calle), Netanyahu repudia la creación de un estado palestino, mientras exista la actual amenaza del terrorismo islamista en la zona:

"Creo que quien hoy actúe para establecer un estado palestino, y evacue zonas [territorio], está dando al islamismo radical una zona [territorio] desde la que atacar el estado de Israel." 

"Esa es la realidad creada en los últimos años. Quienes la ignoren están enterrando sus cabezas en la arena. La izquierda lo hace, enterrar la cabeza en la arena, una y otra vez.”

[Preguntado directamente si bajo su liderazgo no se crearía un estado palestino, el primer ministro respondió:] “Desde luego.”

The Guardian, y la prensa mayoritariamente, elimina el "hoy" cuando cita esa declaración, y titula que Netanyahu descarta un estado palestino si gana. El New York Times, en el primer párrafo del artículo en que da la noticia, va más lejos y sostiene que Netanyahu dijo que 'nunca' permitiría un estado palestino (aunque al hacer la cita es más prudente y sí incluye, correctamente, el "hoy"), y dice que Netanyahu revoca su apoyo a la idea de Dos estados como solución al conflicto israelo-palestino. Dore Gold, embajador israelí y asesor de Netanyahu en política exterior, destaca ante la CNN precisamente la importancia de ese "hoy", como aquí he sostenido. El propio Netanyahu también destaca ese hoy

Pero los periodistas se resisten a corregir sus erróneos titulares y sus interpretaciones de las primeras declaraciones y prefieren decir que es Netanyahu quien empieza a retractarse. Claro que, a continuación, Naftali Benet, líder de Habait Hayehudí, dice que para apoyar a Netanyahu como Primer Ministro va a exigir que este ponga por escrito que no habrá estado palestino.

Insistiendo en su anterior declaración, el día después de las elecciones Netanyahu declara a la BBC:

No quiero una solución un-estado. Quiero una solución dos-estados sostenible y pacífica, pero para ello las circunstancias han de cambiar.”

Y en declaraciones a la MSNBC reitera:

“Nunca me he retractado de mi discurso de hace seis años en la Universidad Bar-Ilan donde apoyaba un estado palestino desmilitarizado que reconociera el estado judío.” 

Quiero una solución dos-estados sostenible y pacífica. Pero para ello las circunstancias han de cambiar.”

Y más Netanyahu, en una entrevista radiofónica con NPR (y su transcripción).

Ya a medidos de 2015, según relata Daniel Gordis, Netanyahu aclara su postura ante sus propios ministros a quienes dijo que él no quiere un estado binacional, aunque:

en este momento necesitamos controlar todo el territorio durante el futuro previsible.” 

“Me preguntan si viviremos siempre con la espada en la mano” (parafraseando la pregunta de Abner a Joab en Samuel 2 2:26) “Sí.”

Tras el aplastante e inesperado triunfo electoral de Netanyahu en las elecciones de 2015, con la Administración americana metiéndole mano y amenazando seriamente con cambiar la posición de EEUU con Israel, Nathan Thrall, que considera el statu quo la más terrible de las opciones, nos ofrece una razón de tal comportamiento en una entrevista cómplice que le hace Mas Fisher, otro que cree lo mismo, que el mantenimiento del statu quo es la más temible de las alternativas:

Max Fisher: parece que parte del problema es que nadie en el gobierno israelí está dispuesto a asumir grandes riesgos por la paz y que realmente no hay un cuerpo electoral que les empuje a ello. (...) Así que en cierta manera parece que la preservación del statu quo es el escenario más temible, pues se avanza año a año y nunca hay una buena razón para enfrentarse realmente con las implicaciones de una anexión completa ni para darse por enterado de lo que eso implica realmente. ¿Te parece probable un statu quo efectivamente permanente o crees que hay algo que en algún momento compela a una retirada unilateral?

Nathan Thrall: Ante todo, estoy de acuerdo con todo lo que acabas de decir, pero añadiría un matiz.

Si algún partido se presentara con una plataforma que incluya una retirada unilateral no obtendría voto alguno. Al tiempo, si preguntas a la gente si quiere volver a Gaza ... la mayoría no quiere estar ahí. ...

Pero, sí, creo que extender el statu quo es desde muchas perspectivas el resultado más temible. El status quo no es stasis — sino que hace cada vez más difícil la retirada en el futuro, y desde luego más costoso. Muchos palestinos y muchos israelíes de izquierda sintieron durante estas elecciones [de 2015] que el peor de los resultados posibles sería que se formara un gobierno de unidad nacional.

Tal gobierno de unidad vería cómo, por ejemplo, Tzipi Livni y Isaac Herzog condicionarían su participación a la renovación del proceso de paz. Ello haría que disminuyera la presión mundial sobre Israel, pero los cambios de política no habrían sido muy significativos. 

Palestinos y miembros de la izquierda israelí sienten que en realidad eso sería la mejor receta para perpetuar el statu quo, mientras que ahora que vamos a tener un gobierno de derechas, tú estás escribiendo un artículo sobre adónde demonios camina Israel y Obama está haciendo esas afirmaciones tan duras tras la retractación de Bibi.

Así que eso es una forma complicada de decir sí, que estoy de acuerdo en que perpetuar el statu quo es la más terrible de las posibilidades. Porque el elctorado israelí percibe el statu quo como la opción menos costosa. De cierta manera, Bibi Netanyahu era el candidato perfecto para esa mayoría isarelí que no quiere cambiar nada y sabe que el mundo desaprueba el no hacer nada.

¿Quién mejor que Bibi para guiñar al mundo y decir "Estoy a favor de los dos estados con muchos, muchos asteriscos," al tiempo que en realidad no hace nada por alcanzarlos.

Max Fisher: Como has dicho, el statu quo no es estático, y parece que eso es especialmente cierto para los palestinos, cuya realidad cambia aun cuando la política israelí permanece en gran medida inalterada.

Nathan Thrall: Lo que está cambiando es que hasta cierto punto es que hay gente en EEUU y Europa que ya npo acepta la noción de que se trate de algo temporal.

A través de Arun Kapil (March 28, 2012), que tiene otros enlaces interesantes, llego a estos dos artículos de Noam Sheizaf: One or two states? The status quo is Israel’s rational choice (March 25, 2012) y Direct negotiations: Recipe for prolonging the occupation (Feb 13, 2012) donde en definitiva se sostiene que nadie está interesado en avanzar ahora en el proceso de paz, ni se manejan solo 2 alternativas - uno o dos estados -, sino que hay una tercera alternativa, que es la mejor opción racional israelí - mantener el statu quo -, opción que Arun considera la opción preferida por todos, por motivos diversos:

Yo estoy inclinado a ser de la misma opinión, aunque mis objetivos no se parecen a los del autor. Satloff, director del Washington Institute for Near East Policy, cuenta lo mismo tras volver de Jordania, Israel y la Ribera Occidental (video, sobre el minuto 45). 

Pero John Kerry, Secretario de Estado de EEUU no comparte la opinión y el 1 de febrero de 2014 advierte:

"Hay una campaña de creciente deslegitimización de Israel que viene aumentando. La gente está muy sensibilizada. Se habla de boicots y de otras cosas. El statu quo de hoy es insostenible absolutamente, con plena certeza, se lo prometo, al ciento por ciento. Es insostenible. Es ilusorio. Hay una prosperidad momentánea, por el momento hay paz. El año pasado ni un israelí fue matado por un palestino de Cisjordania. Desgraciadamente, este año ha habido un repunte de violencia. Pero lo cierto es que el statu quo cambiará si fracasa [las negociaciones de paz que Kerry viene empujando desde mediados de 2013]. Así que todo el mundo tiene algo en juego en el intento de encontrar un camino hacia el éxito [de esas negociaciones de paz]."

Aunque en la misma conferencia de prensa que Kerry (y en el mismo enlace), el Secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, aun diciendo que apoya lo dicho por Kerry de hecho lo contradice, al reconocer que cualquier posición conlleva riesgos:

"Todos sabemos que cualquier cosa conlleva riesgos. Hay riesgos en el statu quo. El riesgo siempre está ahí en cualquier cosa en las zonas complicadas del mundo. Pero creo que es mucho más arriesgado dejar esto pasar [la oportunidad de paz entre israelíes y palestinos]. Señalé en mis comentarios que – no en el marco de este asunto concreto sino en el general de los asuntos de seguridad - seguirá requiriéndose ... liderazgo comprometido y visión para enfrentarse a cualquier gran reto. Y por mucho riesgo e incertidumbre que hay en éste, yo aplaudo con ganas y apoyo lo que John está haciendo al respecto. Claramente, es en interés de todos."

Desde otra perspectiva, y aun siendo muy propalestinos, Hussein Agha y Robert Malley ponen de relieve otras alternativas relativamente vinculadas con el statu quo, en Who’s Afraid of the Palestinians? (Feb 10, 2011):

Invoking a one-state solution in which Jews someday no longer will form a majority has its own limitations. The argument is familiar—in the absence of a two-state solution, Israel will face a stark choice: remaining Jewish by denying its Palestinian population the right to vote and thus no longer being democratic; or extending the suffrage to all, in which case it no longer will be Jewish. The only way to avoid this fate, according to this view, is to achieve a two-state solution.

Demographic developments undoubtedly are a source of long-term Israeli anxiety. But they are not the type of immediate threat that spurs risky political decisions. Moreover, the binary choice Palestinians, Americans, and even some Israelis posit—either a negotiated two-state outcome or the impossibility of a Jewish, democratic state—assumes dramatic and irreversible changes that Israel would not be able to counter. Yet Israel possesses a variety of potential responses. Already, by unilaterally withdrawing from Gaza, former prime minister Ariel Sharon transformed the numbers game, effectively removing 1.5 million Palestinians from the Israeli equation. The current or a future government could unilaterally conduct further territorial withdrawals from the West Bank, allowing, as in the case of Prime Minister Salam Fayyad’s West Bank government, or compelling, as happened in Gaza, large numbers of Palestinians to rule themselves and mitigating the demographic peril. The options, in other words, are not necessarily limited to a two-state solution, an apartheid regime, or the end of the Jewish state.

Arun nos da la pista de un experto francés sobre los palestinos, especialmente Jamás: Jean-François Legrain.

Tres Estados: Israel-Egipto-Jordania (La Ribera Occidental regida por Jordania y Gaza por Egipto) o Israel-Cisjordania-Gaza

En el pasado (7 ene 2009), Daniel Pipes ha sugerido que -junto al control israelí, la creación de un estado palestino o el estado binacional- existe otra alternativa estratégica ante el conflicto que denomina "Gobierno compartido por Jordania y Egipto": que Cisjordania sea regida por el rey Hachemita de Jordania, integrada en éste, y Gaza se integre en Egipto. Y así lo recuerda el 31 de enero de 2012.

Antes, en septiembre de 2008, Giora Eiland, un general israelí retirado, ya propuso la idea en Rethinking the Two-Stae Solution. Su propuesta también fue repetida el 5 ene 2009 por John Bolton en The Three-State Option.

Más recientemente, Danny Doron pone en circulación algo parecido en A Three State Solution (May 3, 2012). Malcom Lowe (July 17, 2012) recuerda todas las citas anteriores (salvo las de Daniel Pipes) pero considera que tal aproximación es un gran error porque 'roba' la noción Tres Estados de la que él considera más deseable: que los Tres Estados sean Israel, Gaza y la Ribera Occidental.

En su Three-State Solution (2018), el teniente general (reserva) Gershon Hacohen propone que el estado palestino de Gaza se extienda, mediante cesión 'a largo plazo', al norte del Sinaí, desde Rafah a El Arish.

Jordan and Palestine (Elliott Abrams, October 16, 2012) que cita el discurso del Rey Hussein al pueblo egipcio del 31 de julio de 1988 en el que renuncia a la Ribera Occidental salvo que 'cambien las circunstancias'... consistente con la posición del Rey Abdullah, su abuelo, desde antes del nacimiento del nuevo estado de Israel en 1948.

The Three-State Solution (Malcolm Lowe, July 17, 2012) en donde expone otros antecedentes e ideas próximas:

Para reconocer las aportaciones de otros, ha habido comentaristas que han considerado beneficiosa la posibilidad de independencias separadas [de Gaza y la Ribera Occidental], como S.C. Denney en 2008, Colin P. Clarke en 2009 y Ori Z. Soltes (que llamó la atención sobre el paralelismo con Paquistán) en 2010. Sin embargo, lo propusieron como una nueva base de negociación. Pero así como los palestinos fracasaron en negociar su unidad, se negarán resueltamente a negociar su desunión. Hay que olvidarse de negociaciones al respecto. Más vale reconocer la realidad de los tres estados y reforzarla hasta que se vuelva irresistible. Bruce Bialosky recomendó algo así en 2009.

En un blog del Huffington Post en 2009, Cameron Sinclair enumeró algunas de las ventajas de crear dos estados palestinos en lugar de uno. En concreto, en lugar de recibir fondos exteriores automáticamente habrían de competir en excelencia para obtenerlos. Solo su resultó desafortunada su elección de los nombres para los dos estados: "Palestina del Este" y "Palestina del Oeste" (sí, colocó Gaza en el Este). Simplemente "Gaza" y "Palestina" es mejor, como propuso independientemente Stephen I. Siller en 2011. Los datos de Sinclair también tenían algunas inexactitudes. Pero, a pesar de ello, pasados tres años  su brillante idea del momento está plenamente justificada.

Yo creo que, efectivamente, es una estrategia alternativa y, acaso se pueda luchar por ella, pero probablemente se le ha pasado su momento, o éste no ha llegado aún de nuevo: los egipcios no querrán quitar esa presión de encima a Israel y, encima sumarse más problemas, y no es seguro que los israelíes la vean con muy buenos ojos; además, los palestinos pueden no quererlo tampoco.

Cuatro (Tres) Estados: Israel-(Jordania)-Gaza-Ribera Occidental

A esta solución, Caroline Glick  la llama Solución Cuatro Estados: 3 palestinos (Jordania, el primero; Gaza, el segundo; y Cisjordania, el tercero por constituir) y 1 judío (Israel), con lo que queda:

"Desde que en 1922 la Liga de Naciones asignara ambas orillas del río Jordán al pueblo judío, la comunidad internacional ha insistido en que el camino a la paz se levantaría quitando tierra a los judíos y dándosela a los árabes.

Primero tuvimos una solución Dos Estados cuando se talló Jordania, con su abrumadora mayoría palestina, sacándola del territorio judío.

Durante los últimos 20 años, se nos ha dicho que necesitamos un solución Tres Estados, añadiendo un nuevo estado palestino en Judea, Samaria y Gaza.

Desde la retirada israelí de Gaza, hemos tenido dos estados palestinos – en Gaza y Jordania. Pero, sin embargo, los gazeños, de quienes se nos dice que están motivados por aspiraciones nacionalistas, se han negado a declarar un estado palestino independiente en Gaza. Y ahora Obama habla de un solución Cuatro Estados – tres palestinos y un Israel con lo que queda."

Casi Dos estados

Yo primero me la encontré propuesta por Hillel Halkin, que se quiere realista. Dice Hillel:

"... dos estados en un país —o, siendo más concretos, una federación Palestina-Israelí en la que dos gobiernos soberanos, cada uno con sus propias instituciones, uno en la Ribera Occidental y otro en el Israel de antes de 1967, colaboran en la administración de un territorio que es el hogar nacional tanto de árabes como de judíos. Cada pueblo tendría derecho, sujeto a restricciones diseñadas para salvaguardar la mayoría del otro en su zona soberana, a vivir y trabajar en cualquier parte del territorio y a viajar libremente por todo él. Los judíos que vivan en el estado palestino serán libres de elegir entre la ciudadanía israelí o palestina 8o acaso ambas); los árabes que ahora viven en el estado judío tendrían el mismo derecho.

Uno podría llamarla la solución "Casi Dos Estados" (“two-state-minus”)..."

Estados Paralelos

El proyecto de Estados Paralelos fue sembrado en 2004 y nace en 2008. Es manejado por Mark Levine y Mathias Mossberg. Parte de la idea de que:

“la autoridad política puede dividirse entre, por un lado, la autoridad sobre los ciudadanos y, por otro, la autoridad sobre el territorio. Hasta ahora ambas han estado exclusivamente.” 

Y, de acuerdo con tal asunción, propone la idea de que todo el territorio del Mandato Británico en Palestina entre el Río Jordán y el Meditarráneo sirva como unidad territorial para dos estados separados: gobiernos paralelos árabe e israelí compartirán el espacio mientras prestan servicios y controlan a sus propios ciudadanos. Los residentes podrán elegir definirse como ciudadanos israelíes o palestinos; las comunidades votarán su afiliación municipal pero la tierra misma no será truncada por fronteras, garantizándose la libertad de movimientos tanto a los ciudadanos israelíes como a los palestinos. La verdad es que la primera vez que me encontré esta propuesta me pareció una majadería; luego, me parece una solución simplemente inaplicable dadas las condiciones existentes, por más que idealmente pueda sonar estupenda.

Otras cosas

En Redesigning the Peace Process (Richard Landes, September 25, 2012) se sostiene que haber ignorado las diferencias culturales y sobreestimado la política nos ha dejado sin solución posible al conflicto... pero que podemos hacerlo mejor.